El examen a la grada de Río ha revelado que la cara externa, hacia la avenida Alcalde Portanet, es la más afectada por los daños. "Necesita una actuación lo más urgente posible", advierten los técnicos. La zona está libre de cascotes de hormigón de importancia que puedan provocar desperfectos en la cubierta de las instalaciones deportivas inferiores, pero los expertos no descartan la posibilidad de que con lluvias o fuertes vientos se desprendan esquirlas. Éstas, según las conclusiones del análisis, no llegarían al interior al estar reforzado el techo. "Por mayor seguridad se ha supervisado la cubierta existente por si fuese necesario el despliegue de redes de seguridad sobre la misma y se ha detectado la existencia de una doble cubierta de chapa capaz de absorber los pequeños impactos de los áridos que se pudiesen desprender sin causar perjuicio alguno a las instalaciones, lo que asegura totalmente su uso", apuntan. La grada de Río fue construida en 1981 y desde entonces nunca se ha acometido una mejora a fondo.