"El concepto de rebajas ha cambiado. Se acabaron las colas de clientes que buscan la prenda deseada el primer día; ahora son una herramienta que cada establecimiento empleará cuando lo necesite". Raúl Fontán, gerente de Zona Centro, recurre a la metáfora para explicar el nuevo escenario que se abre al comercio. Hasta este año las tiendas disponían de dos meses entre enero y marzo -y de julio a septiembre- para soltar el stock acumulado gracias a suculentos descuentos. El género con la etiqueta de "rebaja" debía llevar además un mínimo de 30 días en la tienda. Esa rutina desapareció en 2012 con el cambio de normativa impulsada por el Gobierno. Cada negocio es libre de escoger cuándo pone fin a sus rebajas. Por primera vez, los carteles con "gangas" lucirán en los escaparates de algunas tiendas cuando -a principios de marzo- se cumplan los dos meses de campaña.

¿Cuántos? Ni el propio sector es capaz de estimarlo. Lo que se sabe con certeza es que en la calle convivirán establecimientos sin descuentos con otros que conserven la etiqueta de "rebajas". "Calculamos que un número importante de tiendas, más o menos la mitad, va a mantenerlas en función de sus necesidades", avanza Fontán. "No sabemos qué va a pasar a partir del 28 de febrero" -confiesa, desde la gerencia de Centro Príncipe, Enrique Núñez- "algunos comentan que ya no pueden seguir en rebajas, otros sí y hay incluso quien puede comprar género nuevo para seguir vendiendo con esos descuentos". Encarna Álvarez -de la Federación de Comerciantes de Vigo (Fecovi)- aventura que "la mayoría" terminará las rebajas en la próxima semana. Anxo Méndez, de Vigovello, concuerda en que no todos los establecimientos del casco histórico retirarán durante los próximos días los carteles y pegatinas de "rebajas", como era habitual hasta ahora.

El ánimo que reina en el sector es el de "expectación". "Son las primeras rebajas liberalizadas y eso genera la incertidumbre de hacia dónde puede tirar esto; antes todos sabíamos cuándo empezaba y cuándo terminaba la campaña, ahora ya no", resalta Fontán. Una sensación parecida muestra Núñez, quien espera que "los grandes no se coman a los pequeños". "Seguramente haya un arrastre de precios hacia abajo", teme el responsable de Zona Centro. Anxo Méndez vaticina que "el mercado se autorregulará". "Cada comerciante debe decidir; mantener un criterio común es muy difícil", reflexiona.

Un 15% menos de ventas

Lo que ya se constata en el colectivo es que la crisis pasa factura a las rebajas. A la espera de cerrar la campaña y contrastar los datos, los negocios estiman que este año facturarán entre un 10 y un 15% menos que en 2012. "En enero se vendió con alegría, pero en febrero hubo un parón", explica Núñez. Una tendencia similar constatan desde Fecovi y Zona Centro. "El consumo ha caído, se nota que la gente se está retrayendo en el gasto y el resultado está por debajo del año pasado", apunta Álvarez. Desde Villovello se eleva la bajada de caja a un 30%. "El cliente mantiene quieto su dinero y las previsiones para 2013 también son malas", señala Méndez.