La tala de casi 150 chopos enfermos y con riesgo de desplome en la avenida de Castelao llegará a su fin en los diez primeros días de marzo. Las excavadoras de Cespa preparaban ya este fin de semana el terreno para iniciar la segunda fase del plan de repoblación entre el centro comercial y la salida hacia Navia. En este último tramo de calle se acabará en los próximos días de podar los árboles que pueden ser recuperados con tratamiento y de suprimir los que se encuentran podridos por la humedad y los hongos. Al igual que en la zona próxima a Praza de América, se replantará la Alameda con especies autóctonas y más resistentes que eviten riesgos de seguridad en el futuro. Se mezclan ejemplares de montaña, especies de ultramar y bosque ripario, atlántico, mediterráneo y ámbitos costeros: fresnos, avellanos, pinos, carballos, castaños, encinas, jacarandas y arbustos.

Grupos ecologistas y asociaciones de vecinos llevan desde noviembre oponiéndose a una tala que consideran "excesiva" y realizaron varios actos de protesta como concentraciones o la colocación de corazones de cartulina y poemas. A pesar de este rechazo, el gobierno local siguió adelante argumentando razones "de seguridad" y esgrimiendo un informe diagnóstico de Cespa que alertaba ya en otoño del "elevado riesgo de desplome" de al menos 150 chopos de Castelao y las calles adyacentes: Silleda, Lalín, Marín y A Estrada.

Los trabajos de limpieza se encuentran en su fase final y desde el Concello esperan que en unas dos semanas acabe la tala y se puedan colocar los nuevos árboles al final de la avenida.

De los 355 ejemplares plantados en los años 70 que componían el jardín de la Alameda, se detectaron problemas graves en 152 que se proponían eliminar y a cambio Parques y Jardines se comprometió a plantar 460 nuevos árboles, aunque son de pequeño tamaño y la fisonomía de Castelao tardará años en recuperarse. El informe municipal apuntaba a un excesivo crecimiento de los chopos como una de las causas de su mal estado y también a su escasa capacidad para compartimentalizar ataques fúngicos, de tal forma que las heridas o roturas ocasionadas por las podas o por la salida al exterior de las raíces favorecían la entrada rápida de humedad y hongos. Tras casi cuatro meses de trabajo, la intervención está a punto de concluir y las grúas y excavadoras desaparecerán de los jardines.