No es la ubicación más adecuada. El informe de la Consellería de Benestar desaconseja utilizar el edificio de la antigua Escuela de Hostelería como sede del albergue, aunque deja la decisión definitiva en manos del Concello y, en caso de que éste lo mantenga como primera opción, acepta colaborar en su acondicionamiento. Tras revisar el inmueble durante la segunda semana de agosto, técnicos del departamento autonómico emitieron un informe que advierte de que su estructura interna y su distribución en pequeños despachos "no es la más adecuada" y por encima requeriría una gran inversión económica.

El documento, emitido el día 13 de agosto y enviado el pasado lunes a Alcaldía, conmina al gobierno vigués a tomar una decisión y, de seguir apostando por el edificio del Berbés, pide que se remitan cuanto antes a Santiago los planos y toda la documentación existente sobre este inmueble. En caso contrario, lo que se demanda es una lista con emplazamientos alternativos.

Decida el Concello una u otra ubicación, lo que desde Benestar dejan claro es que el proyecto se plantea a medio o largo plazo, por lo que "se le ofrece ayuda para habilitar un lugar transitorio que dé respuesta a las necesidades de la población durante este invierno". A finales de verano y sin ninguna gestión realizada para poner en marcha un centro para indigentes permanente y bien acondicionado, la Xunta recuerda al Concello que "es urgente decidir el espacio donde ofrecer una atención temporal" a los sin techo.

Se pide inmediatez en la respuesta al gobierno local y se le ofrece colaboración económica. No hay una partida prefijada en los presupuestos, sino que se aprobará la inversión cuando se decida la ubicación y técnicos autonómicos puedan "cuantificar la reforma".

Firma la misiva remitida a Alcaldía de Vigo la secretaria xeral de Familia y Benestar, Susana López, quien omite referencia alguna al proyecto previsto en el edificio de La Gota de Leche, que la Xunta quiere reservar para otro tipo de usos sociales. La responsable autonómica no descarta ayudar al Concello de Vigo a poner en marcha un albergue temporal, siempre matizando desde Santiago que la atención a indigentes es competencia de los servicios sociales de los municipios, por lo que tanto este centro transitorio como el definitivo deben ser proyectos tutelados por la Administración local en los que el Ejecutivo gallego simplemente "colaborará" económicamente.