Perros y gatos enjaulados; plagados de pulgas, con sarna, heridas, ciegos y entre multitud de desperdicios y destrozos; y un olor pestilente por la acumulación de heces y la falta de higiene de las mascotas. Ésta es la casa de los horrores a la que los agentes del Seprona y de la Patrulla Medioambiental entraron ayer en O Freixo (Valladares) para salvar a los canes y felinos del infierno en el que vivían. Pero no sólo encontraron animales. La dueña, una señora de avanzada edad y con el síndrome de Noé y Diógenes, vivía entre ese caos. Un hijo la acompañaba. "Dice usted que los animales no están en buenas condiciones. ¿Le pone usted unas mejores? Lo que están haciendo es ilegal", reprochaba éste a los agentes, que le citaron para hoy en el cuartel de la Guardia Civil por un presunto delito de maltrato animal.

La Policía sacó siete perros y tres gatos en "penosas" condiciones, aunque aseguran que había más en la finca de la casa, pero que se escaparon. La sorpresa de los agentes llegó cuando entraron en el sótano de la casa. Un hombre de unos 80 años estaba tirado en un colchón rodeado de basura y con dos perros encima. "Pensamos que estaba muerto", decía el lacero municipal. El varón estaba lleno de orín y no podía valerse por sí mismo. Tenía las piernas llenas de llagas. Una ambulancia del 061 lo trasladó a Povisa; al igual que a la dueña de la vivienda, que insultó a los agentes cuando entraron en su vivienda, con una orden judicial.

Denuncias vecinales

"La situación ahí dentro es deplorable. Llevamos 20 años soportando esta situación. Las ratas invaden la casa y las viviendas colindantes. Ya era hora de que alguien frenara este horror", exclamaban los vecinos que presenciaron la intervención policial.

La concejala de Medio Ambiente, Chus Lago, participó también en las las labores de desalojo. "Teníamos que actuar con rapidez y sin que la dueña supiera que íbamos a venir. En otra ocasión se le notificó y se llevó a todos los animales, por lo que no se pudo salvar a ninguno. Ahora por fin lo conseguimos", explicaba.

Los vecinos de la zona soportaban esta desagradable situación desde hace dos décadas, además de denunciar los insultos que la propietaria de la casa les profería cuando intentaban hacerla entrar en razón. "No le podías ni chistar", aseguraban.

Los animales rescatados fueron trasladados a la perrera municipal. El departamento de Medio Ambiente prevé que técnicos municipales acudan hoy a la vivienda para limpiarla y desinfectarla.