Los vecinos de Bouzas se volcaron ayer con el descendimiento del Santísimo Cristo de los Afligidos. El acto religioso más importante de la parroquia congregó en la iglesia a muchos más fieles de lo habitual para contemplar cómo una veintena de cofrades sacaban la imagen de la Sacristía y la entronizaban.

El descendimiento del Cristo de los Afligidos de Bouzas es una expresión de fervor religioso multitudinaria debido a la arragaida tradición de la imagen en la villa. El proceso consiste en bajar al Cristo desde la sacristía para después portarlo hacia un altar en el que se lo venerará a partir de hoy y durante toda la novena. Durante el descendimiento, en el que los cofrades incluso besan la imagen ante la atenta mirada de sus vecinos, se produce un silencio absoluto en la iglesia, sólo interrumpido por un pequeño murmullo cuando estos porteadores suben al Cristo a su nuevo altar. "Es muy bonito", explica Dolores Gestoso, vocal de culto de la parroquia, que añade que "significa un año más que estás vivo, que te concedió cosas".

Y es que los vecinos sienten pasión por su imagen. "Vengo siempre a ver el descendimiento desde que estoy casada, por devoción y por la tradición", reconoce Nieves San Juan. Dolores Gestoso indica que "Bouzas es un pueblo de tradiciones, y estamos muy arraigados a ésta". Y es que la vocal de culto de la parroquia añade que "el Santo Cristo para nosotros es como la luz".

Con el de ayer y a partir de hoy, en que se adornará la entronización con flores, los vecinos de Bouzas vivirán diez días de auténtica veneración a la imagen. Con siete días de novena normal y tres de triduo solemne darán el chupinazo a las fiestas que comienzan el día 18.