El Concello pagará con los pisos. El alcalde, Abel Caballero, anunció ayer que se entregará a Renfe las 10 viviendas que le corresponden en la urbanización de Rosalía de Castro para compensarla por los terrenos que le fueron expropiados en el solar. El gobierno local adoptó la decisión al no llegar a un acuerdo con la compañía sobre el valor de los inmuebles. Al Ayuntamiento le corresponden otras 40 en el mismo edificio, situado en la esquina con la calle República Argentina.

La administración municipal tasa los 10 pisos de Renfe en 60.000 euros cada uno al sumar el precio de coste, los intereses desde la construcción y el IPC interanual. La compañía demanda un precio de mercado, que estima en 300.000 euros. "Como no están de acuerdo, se los entregaremos y ellos los administrarán", resumió Caballero.

No obstante, el Concello aún deberá esperar para recibir los pisos, pese a que paga la comunidad desde que se concluyó la urbanización hace más de una década. La junta de propietarios, según expuso el alcalde, presentará un proyecto de regularización de todas las edificaciones, declaradas ilegales en distintas sentencias. El nuevo Plan Xeral les da encaje jurídico al ajustar sus características a la nueva ordenación, pero tendrán que recibir aún las licencias municipales.

Caballero anunció ya meses atrás que destinaría las viviendas del Concello en Rosalía a alquiler subvencionado.Las bases para que los interesados puedan optar a las que se arrendarán aún tardarán al menos varios meses en redactarse, ya que los pisos siguen sin ser oficialmente propiedad del Ayuntamiento. La futura Oficina Municipal do Solo se encargará de promocionarlas. "Serán las primeras de protección que ofreceremos", subrayó. El gobierno local aprobó ayer un pago de 1.750 euros en concepto de comunidad. Los pisos tienen entre 90 y 110 m2 de superficie.

Sobre la urbanización de Rosalía pesan varias sentencias por distintos motivos. Una de ellas es la construcción en los edificios de una entreplanta no prevista en el proyecto original -ahora encajada en el nuevo Plan Xeral al aumentarse las alturas de 10 a 11-; y otra, la existencia de una gasolinera incompatible con la zona residencial en la que se ubica. Varios locales comerciales de un edificio fueron desalojados.

Con todo, el mayor problema es la situación del parking privado, que tiene licencia pero debe pasar a manos públicas al estar debajo de un vial público. El edil de Urbanismo y los representantes del parking y la junta de propietarios ya se reunieron para empezar a buscar una solución.