La idea del trabajador de la administración pública como un ser libre del "machaque" del jefe es "un topicazo". Eva Ventín, presidenta de la Asociación Gallega contra el Acoso Moral en el Trabajo (Agacmt), lo explica añadiendo una cifra clave: de cada cien funcionarios con baja por depresión, 60 deben su enfermedad al acoso laboral en el trabajo, mobbing.

Las causas de la alta incidencia entre el funcionariado son varias, como el revanchismo político cada cuatro años y la organización laboral con una estructura muy jerarquizada. Sobre este tema y los procesos judiciales por mobbing disertaron ayer y proseguirán hoy y mañana (a partir de las 19.30 horas) los expertos de las VI Xornadas contra o Acoso Moral no Traballo que se desarrollan en Vigo en el Edificio Administrativo de la Xunta.

Desde Agacmt, organizadora del evento, resaltan la cifra de afectados que recurre a la asociación, con una media de dos a tres llamadas cada semana.Otro dato salientable es que las mujeres tardan un año y medio en darse cuenta del mobbing; mientras que en los hombres el periodo se amplía a dos años porque "ellos tienen menos tolerancia al fracaso", explica Ventín.

Otro momento difícil es la denuncia y posterior juicio ante la dificultad de demostrar el acoso y las secuelas. Para facilitar la tarea, Ramón Arce, desde la Unidad de Psicología Forense de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) junto a otro grupo de investigación de la universidad viguesa, ha creado un protocolo que garantice las pruebas y demuestre que las secuelas son reales. Ayer, Arce habló en Vigo de este protocolo cuyo fin es "ayudar a los trabajadores en esta situación de indefensa". Desde el centro universitario, se forma a peritos de partes que intervienen en los casos de denuncia de mobbing. Por último, el abogado Fernando Escariz defiende que la Administración pública "es un caldo de cultivo de mobbing", especialmente, los ayuntamientos.