La picadura de una velutina causó el accidente de una avioneta en Galicia en 2022

La CIAIAC ha emitido su informe final del siniestro que ocurrió en el aeródromo de Rozas cuando el piloto estaba despegando

Estado en el que quedó la avioneta tras el accidente aéreo en Lugo.

Estado en el que quedó la avioneta tras el accidente aéreo en Lugo. / CIAIAC

Alberto Blanco

Alberto Blanco

En noviembre de 2022 una avioneta se estrelló en el aeródromo de Rozas (Lugo) capotó (dar con la proa en tierra) y acabó volcada sobre la pista. Su piloto estaba realizando entrenamientos de tomas y despegues. El accidente ocurrió justo cuando levantaba el vuelo en una de estas maniobras. De pronto, el aparato quedó fuera de control y colisionó contra. Su único ocupante tuvo heridas leves. Aunque ya se apuntaba entonces a la causa más probable del golpe, la Comisión de Investigación de Accidente e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) lo ha hecho ya oficial tras publicar el informe final del siniestro: una velutina (concretamente una picadura) que se coló en el avión acabó desencadenando el suceso.

Según el informa definitivo y oficial del siniestro que ha hecho público la CIAIAC, el piloto tuvo ese día un primer encontronazo con una avispa velutina al comenzar las maniobras: "Cuando se encontraba en el tramo de viento en cola el piloto vio una avispa velutina. Cogió el libro del avión y la mató. Al ver el insecto muerto se quedó tranquilo pensando que no le picaría", se describe en el citado informe oficial.

Picadura en un ojo

Tras un primer aterrizaje y posterior maniobra para volver a despegar, la situación se complicó. "Al irse (de nuevo) al aire notó un pinchazo en el ojo izquierdo y vio otra avispa velutina, soltó la palanca de control que llevaba con la mano izquierda para intentar matarla. Al soltar el mando, el morro de la aeronave se cayó y al encontrarse entre uno y dos metros sobre la pista tocó la misma. Después el avión se arrastró por la pista y terminó volcando hacia delante por la inercia que llevaba".

El piloto de la avioneta perteneciente al Real Aereo Club de Lugo (Aisa I-11B, matrícula EC-BLX), tenía en aquella fecha 46 años y una experiencia de más de 540 horas de vuelo.

Se inspeccionó la aeronave en busca de un nido o más avispas

Tras el accidente, y según recoge la CIAIAC, el piloto, al ver que la radio estaba apagada, buscó su móvil. Al no encontrarlo, intentó salir, pero estaba atrapado entre los restos de la aeronave. El ruido de la colisión alertó al técnico de mantenimiento de la aeronave y a unos socios, que le socorrieron. Luego, llegaron a inspeccionar toda la aeronave por si pudiera haber más insectos o incluso un nido, pero no hallaron más avispas. Tampoco en el hangar en el que se guardaba la avioneta.

Análisis, constataciones y causas

Restos de la aeronave tras el siniestro.

Restos de la aeronave tras el siniestro. / CIAIAC

En el apartado de análisis de la operación, la CIAIAC apunta que "es probable que el piloto estuviera más centrado en el dolor que sentía que en volar el avión". Y aunque probablemente el accidentado tuvo un acto reflejo al sentir la picadura en el ojo, en el informe se apunta que "ante cualquier eventualidad lo primero es volar la aeronave, aunque para el piloto fuera complicado por la situación que estaba viviendo"

"Es probable que el piloto estuviera más centrado en el dolor que sentía que en volar el avión", apunta la CIAIAC

El citado documento concluye con dos constataciones en este accidente aéreo: que el piloto sufrió la picadura de una avispa velutina en el ojo durante el despegue provocando la pérdida de control de la aeronave y que ni en el aparato, ni en el hangar, no había más presencia de avispas o nidos.

Sobre las causas, se concluye que la investigación ha puesto de manifiesto que se produjo por la pérdida de control tras la picadura al piloto. En este caso, al contrario que en otros accidentes aéreos, la CIAIC no ha emitido ninguna recomendación de seguridad.