Menos de la mitad del monte gallego reúne condiciones favorables para aprovechar su madera

Inicialmente se calculaba que ascendía al 60%, pero tras una revisión con el sector del inventario forestal autonómico se aumentó el área de difícil explotación

Tala de pinos en A Bandeira.

Tala de pinos en A Bandeira. / Bernabé/Javier Lalín

X. A. Taboada

X. A. Taboada

Galicia cuenta con una extensa masa forestal, con una superficie arbolada que se acerca a los 1,5 millones de hectáreas, ocupando casi la mitad del territorio de la comunidad. Según los datos del primer inventario forestal autonómico, presentado en junio del pasado año, hay 619.000 hectáreas de frondosas, 409.026 de eucalipto y 422.344 de coníferas. Pero una cosa es tener estas especies en el monte y otra, que se pueda explotar comercialmente su madera. Según la última actualización del inventario, solo un 38% de la superficie forestal gallega reúne condiciones “favorables” para ser aprovechada con fines comerciales, correspondiendo el porcentaje más bajo a las frondosas, que además son los árboles que más superficie ocupan.

Inicialmente se calculaba que el porcentaje de superficie aprovechable en términos de rentabilidad rondaba el 60%. Eran estimaciones teóricas que emplean variables como la fragmentación de la propiedad, la pendiente del terreno, la proximidad de vías de comunicación para la evacuación de la madera o las restricciones legales (como estar ubicadas en zonas protegidas ambientalmente, al lado de los ríos o en la zona más próxima al mar).

Con estos indicadores se llegó a la conclusión de que el 64% de las plantaciones de eucalipto reunían condiciones “favorables” para su aprovechamiento, que ascendía al 71% en el caso de las coníferas y se quedaba en un 46% para las frondosas.

Actualización

Pero el inventario, impulsado por la Xunta en colaboración con las universidades de Vigo y de Santiago, nació con vocación de estar de vivo, de irse actualizando periódicamente, por lo que desde su presentación se encuestó a los madereros para que, con los mismos indicadores, ayudaran a precisar mejor las limitaciones que supone una determinada pendiente o la distancia a un punto de carga, tal como explicó ayer Juan Picos, uno de los responsables del inventario y director de la Escuela de Forestales de Pontevedra de la UVigo.

El resultado es que solo un 38% de la superficie arbolada –unas 560.000 hectáreas en total– reúne condiciones “favorables” para que se pueda explotar comercialmente su madera, 20 puntos porcentuales por debajo de la primera aproximación hace ahora ocho meses.

En el caso del eucalipto, el área aprovechable asciende al 42%, lo que representa unas 172.000 hectáreas, y en las coníferas llega al 48% (202.000 hectáreas). Las frondosas ocupan la mayor parte de la superficie forestal, pero como lo hacen en terrenos más complicados, con pendiente, con accesos difíciles y en zonas protegidas ambientalmente, su índice de aprovechamiento es de solo el 30% (185.00 hectáreas).

En el resto del territorio no compensa explotar la madera. En el 39% de la superficie es totalmente desfavorable, mientras que en otro 23% sería posible, aunque difícil. En las frondosas, en el 70% de los casos estaría en terrenos de muy complicada explotación.

Utilidades

El inventario gallego, el primero que se hace –ya que los anteriores son responsabilidad del Estado– responde al mandato del dictamen aprobado por el Parlamento en 2018 a raíz de la ola de incendios de 2017, que costó la vida a cuatro personas. Es una herramienta útil para el sector, para conocer con precisión las especies que ocupan el suelo gallego así como su evolución y para el diseño de políticas públicas forestales, pero también tiene otras implicaciones, como ayudar a combatir los incendios, ya que la metodología empleada permitirá calcular la “carga de combustible” del monte (matorral) y ayudar a predecir en qué zonas es más probable que los incendios adquieran la condición de virulentos.

La cadena forestal-madera es uno de los sectores estratégicos de Galicia. Aporta el 1,9% del PIB y da empleo a 18.000 personas, además de las miles de familias gallegas que obtienen ingresos por la venta de madera de sus montes. En 2022 batió récords de facturación, y en 2023, castigado por la bajada generalizada de la demanda, la previsión era que el negocio rondara los 2.400 millones de euros, 300 millones menos que el año anterior.

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