Isorna: “El vapeo es una puerta de entrada inversa al tabaco”

Expertos gallegos vinculan el aumento de gallegas que usan el cigarrillo electrónico al impacto de ‘influencers’

“Entre un 20% o 30% de usuarios acabarán fumando”, alegan

Una modelo fuma un 
cigarrillo para atraer a 
compradores a una feria. | // CAS AGENCIAS

Una modelo fuma un cigarrillo para atraer a compradores a una feria. | // CAS AGENCIAS / e. ocampo

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Los ya sofisticados dispositivos para vapear, con esencias de todo tipo –desde los más inocentes mentolados o frutos rojos, al sabor “gin tonic”– que incluso intercambian los jóvenes en terrazas de villas y ciudades gallegas, se integra cada vez más en el día a día. Pero su uso, a juzgar por los expertos, no es inocuo. “Se vendía el vapeo como mecanismo para dejar de fumar, pero es una puerta de entrada inversa al tabaquismo... Entre un 20% y un 30% de los usuarios acabarán fumando y la industria lo sabe”, ejemplifica el doctor en Psicología y profesor de la Universidade de Vigo Manuel Isorna Folgar, como experto en conductas adictivas entre los más jóvenes.

Ahora, la nueva encuesta entre estudiantes de secundaria del Plan Nacional sobre Drogas advierte que en solo dos años, desde 2021, ese consumo se ha disparado: la mitad de los adolescentes gallegos ya han probado cigarrillos electrónicos. El salto es de más del doble entre quienes vapearon el último año, al pasar del 19,7% que lo hicieron en 2021 al 41,6% de estudiantes de 14 a 18 años encuestados que lo reconocen este año. Y también, aparecen las chicas como principales fumadoras en el caso de Galicia. ¿Cuáles podrían ser las causas de esta situación, constatada por primera vez?

El profesor Isorna explica que “la tendencia es buscar a influencers y personas famosas que vapean, como estrategia publicitaria de imitación para las adolescentes”. Es decir, pasaríamos del modelo icónico para hombres de un James Dean en los años 50 y 60 del siglo pasado, con su cazadora biker de cuero y el pitillo apoyado en la comisura del labio, a esa otra imagen moderna, de caras femeninas conocidas que vinculan el vapeo a un mecanismo contra la ansiedad. No solo eso, Isorna apunta que por parte de muchas chicas hay también “expectativas” que vinculan el tabaco a adelgazar y a suprimir el hambre. De nuevo, un falso mecanismo contra la ansiedad.

Y ese efecto imitación, relacionado también con la empoderación femenina entre las más jóvenes y que estaría muy relacionado con las nuevas técnicas publicitarias, que cada vez –y gracias a la redes sociales– definen con más precisión el público objetivo al que van dirigidas.

“La industria quiere que siempre tengas una muleta e intenta venderlos como un mecanismo válido para calmar los problemas de la vida cotidiana”, asegura el experto de la UVigo. Ahí, sitúa el caso de la leyenda de la natación sincronizada Gemma Mengual, que promociona el uso del Cannabidiol (CBD), medicinal, “ya que no genera los efectos típicos de la droga, ni crea adicción” –y es uno de los productos que puede obtenerse para vapeadores–. De hecho, uno de los sectores en los que más se consume e invierte, indican es en el deporte. Y todo porque el CBD es el primer principio activo del cannabis en estar despenalizado por la AMA, la Agencia Mundial Antidopaje. Por eso, cada vez son más los deportistas que utilizan algunos de estos productos, “para frenar la ansiedad previa a las competiciones”.

En esa tesis coincide, también, el psicólogo clínico y director de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga de Vigo Alborada, Jesús Cancelo, que advierte de que en la franja de edad de 14 a 18 años, las mujeres consumen más drogas legales, entre éstas el tabaco y los psicofármacos, que los varones. “Las tabaqueras han sabido cómo introducir en su publicidad a la mujer, a la que antes no iba dirigida, para mantener su cuota de mercado”, afirma. Los cigarrillos electrónicos, asegura, además de nuevos “tienen un aire más tecnológico y sofisticado que el papel de los clásicos; además de suponer una especie de ritual de iniciación en el mundo adulto”. De todos modos y citando al análisis de Estudes 2023, “el 25% de las chicas han probado los vapeadores, frente al 17% de chicos”. Lamenta, en ese caso, que el modelo de empoderamiento femenino iguale, en ocasiones, los aspectos negativos de los hombres (que tradicionalmente fumaron más tabaco).

De ahí también que en la normativa con la que la Xunta pretende atajar los consumos problemáticos de sustancias adictivas en los más jóvenes se igualarán los vapeadores al tabaco a todos los efectos y se prohibirá su compra y su utilización por menores. El anteproyecto de Lei de Protección da Saúde das Persoas Menores e Prevención das Condutas incluye los cigarrillos electrónicos.

Cancelo aplaude esta equiparación legal y, de hecho, aclara: “No deberían vender vapeadores a menores de 18 años; otra cuestión son todos los medios por lo que pueden adquirirlos”, comenta. Además, asegura que ya hay estudios que rompen el mito de inocuidad que acompañan al vapeo: “600 caladas de un vapeador equivaldrían a una cajetilla con 20 cigarrillos”, asegura.

Pero no solo eso, también han crecido las mujeres que recurren al alcohol: crecieron hasta casi el 24% las que reconocen haberse emborrachado en el último mes. “Seguirán creciendo... hasta igualarse con los chicos. Ya era difícil llegar a un tope dentro de los adolescentes varones, porque para ellos beber estaba más incluido en los diferentes mandatos de género”, vaticina Manuel Isorna.

Eso sí, se constata que se retrasa en Galicia la edad del primer contacto con esta sustancia: los escarceos con el tabaco comienzan a los 14,2 años y también con el alcohol, y llegan a los 15 la experimentación con el primer porro.

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