El DNI del parque móvil: 310.000 coches en Galicia aún circulan con matrícula provincial

Estos modelos, que en algunos casos superan los 70 años, suponen el 20% de los turismos censados en la comunidad

Es la quinta autonomía con más placas antiguas

Coches con matrícula provincial, algo más que un vestigio.

Coches con matrícula provincial, algo más que un vestigio. / Marta G. Brea

Los que ya tienen unas cuántas décadas a la espalda se entretenían con juegos que hoy pueden resultar de lo más raro para las generaciones más jóvenes. En los años 80 y 90 era habitual pasar un buen rato fijándose en las matrículas de los vehículos para saber de dónde procedía aquel Seat, Ford o Renault que de manera ocasional pasaba por las carreteras de nuestro municipio. E incluso era un gesto habitual saludar a otros coches que eran de la tierra cuando se cruzaban en nuestro viaje. Eran matrículas provinciales, el DNI del parque móvil que permitía averiguar de dónde venían esos forasteros: la letra de la provincia a la que seguían una serie de números. En ocasiones, el código la provincia podía dar lugar a confusión entre las que empezaban por la misma letra si se desconocían las siglas asignadas a cada territorio del mapa nacional. A modo de ejemplo, A correspondía a Alicante y AL a Almería; SG a Segovia y SE a Sevilla o H a Huelva y HU a Huesca.

Pese a la sucesión cambios en el sistema de identificación de un vehículo, todavía hoy circulan por las carreteras españolas casi cinco millones de vehículos con matrícula provincial, más de 310.000 censados en Galicia, la quinta comunidad con el mayor parque móvil con placas de sus respectivas provincias (C, de A Coruña; LU de Lugo; OR y, posteriormente OU, de Ourense, y PO de Pontevedra). Así lo recoge el informe “La posventa en verde del VO” elaborado por Solera, una empresa dedicada al software, datos y servicio integrados en la gestión del ciclo de vida del vehículo y de las flotas.

Estos modelos, que tienen más de 24 años y que en algunos casos superan las siete décadas, representan el 19% del total de turismos censados en España, el mismo peso tienen en la comunidad gallega. Este porcentaje supone que este tipo de placas todavía abundan en las carreteras españolas. Pero aunque son de las más numerosas en el parque móvil, según revela el estudio de Solera, no son los que más visitan el taller: suponen el 13% de las reparaciones y el 11% de la facturación.

Fue el 31 de octubre de 1900 cuando se matriculó el primer coche en España. Un cuadriciclo Clement. Desde entonces y hasta el año 2000, los cambios fueron más bien estéticos y en el reglamento. El sistema solo sufrió un cambio en 1971, con el paso a un sistema provincial alfanumérico: a la letra de la provincia le seguían los números y un par de letras finales.

Con el cambio de siglo y la entrada en la UE, las matrículas en España dejaron de regirse por el código provincial y se pasó al sistema alfanumérico nacional. Las placas pasaron a identificarse por su color blanco, su código en negro y se incluyó la banda azul europea con la bandera de la UE y la letra E de España en su parte inferior en el lateral izquierdo. El código lleva cuatro números que van desde 0000 a 9999 y tres letras. Con este cambio no se hizo obligatorio cambiar las placas de los vehículos matriculados con anterioridad a la entrada en vigor de la norma.

En la provincia de A Coruña, el primer vehículo matriculado fue un Decauville en diciembre de 1901 y la última placa provincial fue la C-1397-CK, en el año 2000. De Lugo, los registros recogen en agosto de 1904 el LU-1, un A. Barrage. Dos años más tarde, en septiembre de 1906 se matriculó el primer automóvil en Ourense, un Landaulet Mercedes. Y en la provincia de Pontevedra, bate el registro histórico también un Decauville, como en A Coruña, pero dos años y medio más tarde, en agosto de 1903.

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“Mi madre siempre me decía ‘por muchos años que yo viva, no lo veo acabado”. Al final sus augurios no se cumplieron y Juan Gómez Vales pudo convertir aquel viejo Seat 1400 B salido del desguace a mediados de los 90 en una joya del parque móvil de Galicia. Diez años de trabajo en el garaje de la casa de sus padres en Abegondo que lo devolvieron a la circulación y lo convirtieron en uno de los vehículos históricos registrados en la comunidad. Su OR 4234, uno de los más de 300.000 vehículos que aún circulan en Galicia con placa provincial, data del año 1956, pero fue matriculado al año siguiente. Algo que era habitual en aquellos años por la lentitud en los trámites y el papeleo. Tres son las particularidades que tiene este vehículo que tanto dudó en comprar Juan, miembro del Automóvil Club de Galicia, porque su sueño era hacerse con un Ford de los años 20 o 30. Primero, este Seat que utiliza en exhibiciones, ceremonias familiares y alguna que otra salida a las localidades limítrofes de Culleredo, municipio en el que reside, fue el último vehículo matriculado en Ourense en 1957. Segundo, fue estrenado por una mujer, una titularidad excepcional para aquellos años en los que ellas “estaban en un segundo plano” –recuerda Juan–. Su nombre estaba grabado en la placa que entonces tenían todos los vehículos, con los datos de la matrícula, el número de bastidor y su propietario y domicilio. En esos más de 60 años, otros cinco o seis conductores estuvieron al volante de su Seat. Y en tercer lugar, lo que para los vendedores de este coche en Santiago resultaba una tarea faraónica y muy costosa por el estado en el que se encontraba, Juan pudo afrontar el reto por sus conocimientos como profesional del sector que había sido. “Sabía que no iba a ser un camino de rosas. Fue un trabajo duro, pieza a pieza, tornillo a tornillo lo restauré”, detalla. El esquema de trabajo, apunta, era sencillo: desmontar pequeños grupos mecánicos, repararlos, pintarlos y guardarlos hasta su montaje. Diez años de trabajo, con un parón de tres por el estrés que le generaba una tarea que veía “interminable”, en los que tuvo que escuchar comentarios que, lejos de hacerle tirar la toalla, lo motivaron para poder poner de nuevo en circulación esa joya automovilística. Incluso el párroco al que un amigo suyo llevó el coche para que le diese la bendición, le dijo con cierta sorna “si es muy viejo aconsejo darle la Santa Extremaunción”. Y el vecino que le dijo al ver aquella “chatarra” en el garaje de sus padres “si yo soy tu padre, lo echo fuera y le planto fuego; ahí no te lo dejaba tener”, al verlo terminado se tuvo que tragar aquellos comentarios. Y por fin, llegó su primer encendido y salida a la calle por sus propios medios. Fueron solo 200 metros del garaje a la grúa camino de la ITV. Fue el 22 de septiembre de 2014. Desde entonces, Juan hizo al volante de su OR 4234 más de 20.000 kilómetros. Y todavía le queda mucha carretera por recorrer.

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