Valencia y Galicia, autonomías donde más peligra el relevo generacional en el campo

El envejecimiento de la población en España no sorprende. Es un fenómeno que se arrastra desde hace décadas. Y si hay un sector económico en el que se nota especialmente este factor, es en el agroganadero. De hecho, el Ministerio de Agricultura admite sin contemplaciones que el envejecimiento de la población agraria “es un hecho generalizado en todas las regiones” que complica el relevo de los profesionales. Pero hay dos comunidades que destacan sobre el resto por lo comprometido que lo tienen para rejuvenecer el campo: Valencia y Galicia. El motivo es que en ambas la mitad de los titulares de las explotaciones ganaderas y agrarias superan los 65 años de edad.

“El relevo generacional es un problema en todas las comunidades”, concluye el ministerio en un reciente informe del sector agrario español que toma como base el análisis del censo. No obstante, hay dos bloques bien diferenciados. Uno es el norte de España, con una situación “más aliviada” por la presencia de población joven en las tareas agroganaderas, pero en este bloque no figura Galicia a pesar de compartir numerosas características socioeconómicas con las comunidades de la España verde.

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En Cantabria, el 16% de los titulares de las explotaciones tiene menos de 40 años, lo que duplica la media nacional, mientras que los mayores de 65 apenas representan el 21%. Y en Asturias, el escenario es bastante similar, con un 12% de trabajadores menores de 40 años y un 27% que supera la edad de jubilación. En cifras parecidas al Principado se mueven País Vasco y La Rioja.

Estas cuatro comunidades presentan, dentro de las dificultades generales que afectan a toda España, la situación más favorable al relevo generacional en el campo. Y en el “extremo opuesto”, con las condiciones más crudas para el rejuvenecimiento profesional, aparecen Valencia, Galicia, Madrid y Baleares  (por este orden).

En la Comunidad Valenciana el 50% de los titulares de las explotaciones tiene más de 65 años de edad, mientras que los menores de 40 años apenas representan el 5%. Galicia solo está un poco mejor: el 48% supera la edad de jubilación y los más jóvenes se quedan en el 7%. Todas las demás autonomías ya presentan mejores cifras.

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Tomando como base el censo agrario de 2020 –que es el que ha utilizado el Ministerio de Agricultura para realizar su análisis–, resulta que de los 75.500 jefes de explotación agroganadera en Galicia, casi 36.500 superaban por entonces los 65 años, mientras que solo 5.300 estaban por debajo de la barrera de los 40.

La tendencia no parece que vaya a cambiar en los próximos años, al menos si se mantiene el comportamiento de la última década en la comunidad gallega, con un campo que cada vez ofrece menos atractivos para los jóvenes. Pese a las subvenciones concedidas por la Xunta, desde 2009 solo se han incorporado a la actividad agraria unos 4.450 profesionales menores de 41 años.

El año de la serie que más personas se incorporaron gracias a esta línea de subvenciones de Medio Rural fue 2016, con 618. En 2017 fueron 465. Pero en los sucesivos años, fueron a menos (382 en 2018; 356 en 2019; 278 en 2020). En 2022 se produjo un repunte (353), si bien en 2021 no hubo convocatoria. Las ayudas de la Xunta se han mantenido a lo largo del tiempo, oscilando entre los 10,3 y los 15 millones de euros. Para la convocatoria de este año, Medio Rural ha reservado una partida de 16,5 millones.

El papel de las mujeres, crucial

En clave nacional y atendiendo al tipo de explotación, el relevo generacional está “muy comprometido” cuando se trata de cultivos permanentes tipo olivar o frutales, mientras que es un poco más fácil en actividades de orientación ganadera o horticultura de invernadero, áreas en la que el peso de los jóvenes oscila de media entre el 13% y el 20,5% en el conjunto de España.

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En un contexto de envejecimiento y de reducción de la población agraria, el papel de las mujeres es cada vez más crucial, sostiene el Ministerio de Agricultura. En 2020 ya representaban el 29% de los titulares de explotación tras experimentar un crecimiento del 22% desde el anterior censo, realizado una década antes. En el caso de Galicia, el 48% de los jefes de explotación son mujeres, ocupando la primera posición en España en este ranking, al que sigue Asturias con un 44%. De los 75.500 titulares que había censados en 2010, en Galicia las mujeres eran 36.247.

“La importancia de la mujer se ha hecho más visible en los últimos años. Sin embargo, hay que tener en consideración que las estadísticas oficiales tendían a subestimar la participación de las mujeres en el sector, puesto que en muchos casos el trabajo femenino solía permanecer invisible”, se advierte en el informe ministerial.

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