Doctores de grandes minorías

Médicos en Laza, O Courel o núcleos de Lugo defienden su plaza de “difícil cobertura"

Sonia Muinelo, en el pequeño concello donde 'rota' su trabajo como residente.

Sonia Muinelo, en el pequeño concello donde 'rota' su trabajo como residente. / Fdv

Elena Ocampo

Elena Ocampo

El doctor Albert Foo conduce hasta 100 kilómetros al día –entre ida y vuelta– para llegar a su centro de salud en Laza, Ourense, mientras la doctora Tania Salgado vive en Seoane, a escasos kilómetros del consultorio en que trabaja en Folgoso do Courel, Lugo, orgullosa de que sus pacientes sean, también, sus vecinos –“los conozco a todos”, sonríe– . En lo que coinciden ambos médicos vocacionales, becados por la Sociedad española de médicos generales y de familia (Semg) y la Asociación de médicos rurales (Asomega) por sus proyectos, es que en el rural “pervive el concepto real de Atención Primaria” y que allí “se hace medicina de calidad”.

Albert Foo, en su trabajo en el centro de salud de Laza.

Albert Foo, en su trabajo en el centro de salud de Laza. / Fdv

Muchos de los médicos rurales que en Galicia ocupan plazas denominadas “de difícil cobertura” sacan pecho de su plaza. Es más, aseguran que no la cambiarían por una urbana. Su actitud proactiva es inversamente proporcional a esa vieja calificación.

El proyecto presentado por este facultativo de origen venezolano-gallego (lleva nueve años en Galicia y tiene hijos gallegos), bautizado “Creación de un aula de formación en ecografía clínica para residentes y médicos de familia en el ámbito rural” obtuvo el primer premio de la II Beca de Medicina rural por parte de los comités científicos de la Asomega y Semg.

Busca evitar desplazamientos a un hospital para realizar esta prueba diagnóstica entre una población de 1.200 pacientes que tienen más de 70 años en su 70%. No hay un centro comarcal a menos de cuarenta kilómetros. Integrar la técnica ecográfica como una herramienta diagnóstica en su actividad asistencial en el entorno rural es uno de los objetivos. “También evitas hospitalizaciones innecesarias”, alega. Un sistema de tutorización y formación en ecografía clínica con interacción con referentes como sus compañeros de proyecto, los doctores Manuel Solla y Manuel Devesa, ambos del centro de salud de Allariz, es otro de los ejes de este plan docente, que constaría de seis semanas presenciales en el centro de salud en las se da una etapa formativa, otra práctica y otra de evaluación. En Laza acaban de recibir la primera residente que se forma en esta especialidad, llegada de Lugo.

“Demostramos que aquí se hace medicina de calidad, aunque sea un entorno rural y que contamos con todos los medios necesarios”, indicó. El conselleiro de Sanidade anunció este fin de semana durante la entrega del citado premio que los centros de salud gallegos se implementarán con 180 ecógrafos portátiles para llegar a toda la Atención Primaria y alabó la labor de los médicos rurales.

“No pienso en marcharme, porque nunca me he sentido tan a gusto como en este centro de salud, típico de nuestra Galicia. El trabajo del médico rural es totalmente distinto al que se hace en el contexto urbano... me refiero a la cercanía y la confianza con el paciente al que ves en todas las etapas de la vida y al que haces recomendaciones ya no solo de salud, sino sociales y a veces incluso consejos”, relata Albert Foo. “Nuestra figura, que aún implica respeto a los pacientes es gratificante, pero representa para nosotros más responsabilidad”.

La doctora Sonia Muinelo, en la localidad de Castro Riberas de Lea.

La doctora Sonia Muinelo, en la localidad de Castro Riberas de Lea. / e. ocampo

El “abordaje poblacional mediante estrategias de prevención primaria y secundaria de cáncer en el ámbito rural” se llevó el primer accésit del citado premio. Sus autores, los doctores Carlota Bugallo, Brais Miguel García y la residente de tercer año Sonia Muinelo, lo pondrán en marcha en Castro Riberas de Lea para “conocer el mapa de situación de la población con respecto a la enfermedad”.

Sonia Muinelo explica que su iniciativa consiste en conocer la afectación de cáncer en la población del área rural de Castro Riberas de Lea, de en torno a unos 6.000 habitantes, realizando un mapeo de la misma, para luego “poder utilizar todas las estrategias de prevención de las que disponemos”. “Percibimos que tras la pandemia se ha detectado un incremento en los casos de cáncer avanzado. Las causas son múltiples, entre ellas el retraso en la consulta de síntomas de alarma por parte de los pacientes; la lista de espera, que sufrió un incremento notable para el diagnóstico como el tratamiento del cáncer... Y la población rural, cada vez más dispersa y envejecida no goza de las mismas oportunidades en la salud que la de zonas urbanas, por eso debemos de ser más proactivos”, justifica Muinelo.

Tania Salgado, que ejerce en Folgoso do Courel.

Tania Salgado, que ejerce en Folgoso do Courel. / Fdv

Otra de las orgullosas médicas rurales es la doctora Tania Salgado, que ejerce en el centro de salud de Folgoso do Courel y obtuvo otro accésit por el “Proxecto de intervención comunitaria: O traballo de coidados no ámbito rural”. No solo trata de valorizar a los cuidadores y los cuidados que realizan sino de prevenir los problemas de salud que tienen que ver con estos trabajos.

“Aquí se puede hacer Atención Primaria de calidad; quizás hoy más desvirtuada en zonas urbanas. Me parece que se puede hacer un trabajo real de medicina comunitaria... y no me quiero ir”, indica Salgado, que ha trasladado su domicilio allí a donde viven sus pacientes. Los cursos y talleres que desarrollan, además de formación, tejen redes y son lugar de encuentro para cuidadores sin otros espacios de socialización.

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