Entrevista | Josep Alfonso Caro Director general de la Fundación AXA

“Solo el 9% de los gallegos niega el cambio climático y los jóvenes son los más sensibilizados”

Fundación Axa presenta un estudio sobre el desafío ambiental y para los gallegos es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad

Josep Alfonso Cano, director general de la Fundación AXA.

Josep Alfonso Cano, director general de la Fundación AXA. / Cedida

Para Josep Alfonso Caro, director general de la Fundación AXA, el cambio climático es un asunto serio y transversal que debe ser abordado por todos los agentes. Desde las administraciones y empresas, hasta llegar a cada ciudadano. Positivo y alegre, está convencido de que el poder del cambio a mejor está en cada uno de nosotros. Y es que la entidad que dirige ha realizado un extenso estudio sobre la percepción y conocimiento sobre el Cambio Climático.

De los datos se extrae que la mayoría de los gallegos cree que es el desafío más importante, más que las guerras. El 82% percibe un agravamiento del calentamiento global, poniendo el foco causal en las acciones humanas. La deforestación es vista como un efecto de gran impacto en este cambio. Y el 80% está preocupado por las enfermedades respiratorias que pueden derivar. También se extrae que son los más jóvenes los que más saben sobre sostenibilidad. Y que las soluciones pasan por aprovechar mejor el agua y la reforestación, pero cuesta cambiar los hábitos en la alimentación, principalmente por los elevados precios de los alimentos sostenibles.

–¿Por qué una compañía de seguros realiza un informe sobre Cambio Climático?  

–Si lo piensas, una aseguradora es el mayor experto sobre riesgos del futuro. Nos preocupa lo que viene y nuestro trabajo, en contra de lo que normalmente se piensa, es prevenir antes que proteger. Los datos recabados son importantes para nuestros productos y servicios, pero también para nuestro compromiso con la sociedad a través de las acciones de la fundación. La pandemia ha puesto el cambio climático en el centro de todo. Estamos en un momento de oportunidades donde podemos avanzar de verdad en sostenibilidad.  

–¿Qué respuesta esperas presentando el informe en Galicia?   

–Deseo que sirva para concienciar y sensibilizar. Para los gallegos las soluciones pasan por la reforestación. Y hay un grave problema con los incendios. El asunto de la sequía, aunque aquí no se percibe, en otras comunidades ha roto todas les estadísticas. Una de las cosas que más me ha llamado la atención es el hecho de que Galicia tenga agua os hace más conscientes del valor que tiene. Y en el cambio climático no existen fronteras regionales.

–Con la que está cayendo: una guerra en Europa, la subida generalizada de precios, la falta de estabilidad laboral... Cuestiones que afectan de forma determinante en el presente, ¿por qué un ciudadano de a pie debería preocuparse por el cambio climático? 

–A mí me sorprendió el resultado, en Galicia, para los gallegos es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad. A veces parece que el asunto de la sostenibilidad es un tema de otro, sin embargo, nos afecta a cada uno de nosotros. Las decisiones que tomas hoy influyen de forma determinante en la vida futura. Cuando hablas con la gente te cuentan cómo nunca tuvieron estas temperaturas tan altas. Yo mismo conocí Galicia hace muchos años y noto cómo ha cambiado el clima. La gente lo percibe, pero tiene que sensibilizarse. La sequía, las alergias, las filomenas... Son problemas que tenemos hoy. Como ciudadanos tenemos que tener información, pero debemos ser conscientes de que podemos cambiar las cosas. Lo más importante sería conseguir que el ciudadano de a pie se sienta un actor relevante.

–Cómo lo hacemos, ¿qué hábitos del día a día prácticas que cualquiera pueda copiar para ser más sostenible?

–Lo primero es entender que cada uno de nosotros puede tomar la decisión de ser mejor. Son pequeños detalles, no grandes cosas. Se trata de la suma de gestos. Cuando pido una botella de agua rechazo la de plástico, prefiero el vidrio. Aunque en mi mochila procuro ir siempre con mi termo que puedo rellenar. Es menos cómodo, eso sí. Y me molesta tremendamente cuando pido un café y me dan un vaso de cartón. Tengo muchas reuniones y no voy a ningún sitio sin mi iPad, pido que me pasen los enlaces o documentos en formato digital, así llevo lo que necesito y lo puedo leer en cualquier momento.

–Y dentro de la oficina, ¿es fácil cambiar los hábitos?

Puedes seguir pequeñas pautas de sostenibilidad en tu rutina que además aportan practicidad en el trabajo. Por ejemplo, en esta empresa no se imprime nada. De hecho, ya no tenemos ni papeleras. Nuestro comedor funciona como los escolares, con jarras de agua que se rellenan en una fuente porque ya no hay botellas. Hacemos un uso razonable del correo electrónico. No es un tubo de escape, pero el entorno digital también tiene emisiones de dióxido de carbono. Hay que intentar mantener el volumen de datos almacenados estrictamente necesarios, porque de ello depende el uso de más servidores. Son decisiones que hemos ido tomando de política de empresa. Y en los protocolos de actuación del día a día, hay más aspectos que puedes gestionar de lo que piensas.

–Sí pero, has venido a Vigo en avión. ¿Alguien que tenga un puesto de responsabilidad con unos compromisos como los tuyos, puede seguir su agenda viajando de otra manera?

–Sí se puede. Mantener mi agenda en España es sencillo, siempre priorizo el AVE, se complica cuando se trata de viajes internacionales, pero se puede ser sostenible aunque se viaje de forma continuada. Eso sí, requiere un compromiso. Yo he reducido en solo un año el 50% de mis vuelos gracias a la tecnología, que me permite reuniones telemáticas. Es verdad que el primer paso es compensar, el siguiente será no emitir gases de efecto invernadero. Tenemos que ir trabajando progresivamente. 

–Según el informe, los más escépticos con el cambio climático son los gallegos que rondan los 50. Cómo convencería a mi padre no sólo de que existe, sino de que es importante. 

–Solo el 9% de los gallegos niega el cambio climático. Los jóvenes están más sensibilizados. Es un tema de educación. Tienen más formación y más información. Ellos son los que movilizan, los que animan a separar para reciclar en sus casas. Vemos lo que ocurre, y es el legado que se les deja a ellos.

–Teniendo en cuenta que la política de la UE, a través del Pacto Verde Europeo, afecta a todo como el consumo o la industria, ¿qué está fallando en la práctica?  

–Hay quienes opinan que hay un exceso de regulación, pero mi opinión personal es que nos ayuda. Esta avalancha normativa, como todo lo nuevo, cuesta. Pero no se trata de un tema de leyes sino de que el ciudadano entienda que está en su mano. No es responsabilidad de otros. Como sociedad debemos hacer más y exigir que se haga, a las administraciones y a las empresas. Los avances hay que mirarlos con perspectiva.

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