Desbloquean tras dos años la ley que obligaría a Galicia a contratar casi 9.000 enfermeras más

El Congreso retoma la tramitación de la norma que fija una ratio de una profesional por cada 8 pacientes | La legislatura encara su final

Una enfermera atiende a un paciente de COVID en el hospital de Santiago.

Una enfermera atiende a un paciente de COVID en el hospital de Santiago. / A.Varela

La semana pasada, el Congreso desbloqueó la tramitación de una ley que obligaría a las comunidades a contratar miles de enfermeras (en Galicia rozarían las 9.000) para mejorar la ratio entre estas profesionales y los pacientes y así reducir la mortalidad. La decisión se produce dos años después de que la Cámara Baja aceptase cursar la iniciativa legislativa popular impulsada por el sindicato de Enfermería Satse.

La Ley sobre ratios de enfermeras para garantizar la seguridad del paciente fue registrada en diciembre de 2019 y su tramitación, aceptada en el mismo mes del año siguiente. Su intención pasa por mejorar la atención a los enfermos y recoge en su artículo 5 un cambio que obligará a realizar contrataciones masivas si se mantiene su redacción: una ratio máxima de ocho pacientes por enfermera, lo que supondría, según Satse, elevar la necesidad de este personal sanitario en un 64% en Galicia hasta otras 8.800 profesionales: 5.900 en el servicio público y 2.900 en la privada.

En Galicia, la ratio mínima fijada por el Sergas establece dos enfermeras por turno en cada unidad de hospitalización, que tendrán un máximo de 50 pacientes.

La norma, sin embargo, encalló en el Congreso con “83 peticiones para que se ampliase el plazo para presentar enmiendas parciales”, lamenta Carmen Guerrero, portavoz de Satse, que culpa al PSOE de esta “maniobra política para bloquear” la tramitación de la norma.

El pasado día 14 se cerró esa catarata de ampliaciones y quedaron ya registradas las enmiendas, que todavía no han sido reveladas en el Congreso. Ni Satse las conoce.

La legislatura finalizaría con las elecciones generales de diciembre, de mantenerse el calendario político, por lo que “es perfectamente posible aprobar la ley”, cree Guerrero, que alega que varios estudios establecen que en los hospitales con una ratio de 10 pacientes por enfermera “existe un 37% más de riesgos de fallecimientos”. “En la actualidad, en los hospitales hay hasta 25 pacientes por cada enfermera, por lo que, atendiendo a este estudio, nuestro país está contribuyendo a favorecer fallecimientos evitables en los centros sanitarios”, añade.

Las comunidades suman meses de denuncias sobre la falta de personal sanitario, por lo que las masivas contrataciones a que obligaría la nueva ratio se antojan un reto. Guerrero propone una implantación “progresiva”, pero considera imprescindible elevar las plazas universitarias de los grados de Enfermería y ofrecer “condiciones laborales dignas y seguras”, acabando con la “temporalidad y penosidad” para retener a esos trabajadores y que ninguno “se vea obligado a emigrar”. “Habrá suficientes profesionales disponibles si hay una clara y real voluntad del conjunto de administraciones”, asegura.

En la actualidad, se gradúan alrededor de 12.000 estudiantes de Enfermería al año y serían necesarias 90.000 más, además de compensar la jubilación de 60.000 en la próxima década en toda España.

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De salir adelante la ley supondría la necesaria revisión de la planificación universitaria, con un posible aumento en el número de plazas para cursar la carrera, algo a lo que aludía hace tan solo unos días la directora xeral de Recursos Humanos del Sergas. Sin embargo, las decanas de Enfermería recuerdan que la calidad de la formación que recibe el personal sanitario en Galicia (y por la que otros países captan a enfermeras y médicos gallegos) responde, en gran medida, a las 2.300 horas de prácticas presenciales que de manera obligatoria deben cumplir (el grado está regulado por una orden CIN que determina cómo debe ser la formación y entre otros requerimientos obliga a cursarlas). Estas prácticas se hacen en hospitales bajo la supervisión de personal sanitario en activo habilitado para ejercer de tutor.

Así que, para las decanas, el problema de falta de enfermeras “no es una cuestión de espacio en los centros educativos sino de saturación de los hospitales que están llenos de alumnos: enfermeras, médicos, biólogos, técnicos de todo tipo. No podemos tener a alumnos sueltos por ahí, el ratio educativo es un alumno-una enfermera”, explica la responsable del grado en la Escuela de Enfermería del campus de Pontevedra, Mª Paz Diéguez. “Debe ser el sistema y en su nombre, la Consellería de Sanidade, la que cuantifique la necesidad de enfermeras. Desde la Universidad comprendemos que exista la necesidad de formar a más profesionales pero no podemos hacerlo a coste cero. Es necesario planificar el aumento teniendo en cuenta los recursos actuales y los recursos a mayores que se pueden poner a disposición de las facultades y escuelas. Y entender que nos debemos al informe de verificación del título (que establece el aumento máximo de plazas permitido por el Ministerio)”, recuerda la decana de la facultad de Enfermería de A Coruña, Emma Rodríguez Maseda.

Asimismo, desde los centros universitarios se hace hincapié en que son precisamente los ratios pacientes-enfermera, una de las claves de la precariedad laboral del colectivo una vez que son profesionales, aunque no son el único escollo. “El problema está más en el sistema sanitario que en el universitario. La inserción laboral no es de la misma calidad en términos de estabilidad y tipo de contrato”, afirman las decanas.

Las tres universidades gallegas ofrecen en su catálogo formativo 2022-2023 el grado en Enfermería en diferente proporción: Vigo (55 plazas), Santiago (150 plazas, más 68 plazas en el campus de Lugo) y A Coruña (66 plazas). 

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