La pandemia retrasa el estreno de la maternidad en Galicia hasta los 32 años

Tras una década con una media de edad en 31, el COVID aceleró una tendencia cuya reversión se presenta complicada | Las pontevedresas, las madres primerizas más tardías

Bebé recién nacido con su madre.

Bebé recién nacido con su madre. / Iñaki Osorio

X. A. Taboada

X. A. Taboada

Durante una década la edad media de las madres primerizas en Galicia se mantuvo en los 31 años, pero la pandemia también cambió este comportamiento, al igual que muchos otros, y acentuó el fenómeno por el que las gallegas tienen sus hijos cada vez más tarde. En 2021 se fue hasta los 32 años y medio, según acaba de revelar el Instituto Galego de Estatística (IGE) en un informe sobre los indicadores demográficos. Entre 2012 y 2020, la edad media oscilaba entre los 31,03 y los 31,89 años, que ya eran dos más que los registrados en el primer lustro del siglo XXI. Pero en solo un ejercicio, el posterior al COVID, el retraso ha sumado de golpe medio año más para ponerse la media en 32,41, el más alto de la historia.

“La pandemia tiene que ver, es un efecto coyuntural y concreto, como también lo es la caída de la natalidad”, explica el experto en demografía Carlos Ferrás. “Es una consecuencia evidente ante las crisis sobrevenidas, como antes lo fue con la económica y ahora con la sanitaria. Es una reacción natural ante la incertidumbre y la pérdida de confianza, pero la tendencia de ir retrasando la maternidad viene ya de las últimas décadas”, añade.

A su juicio, hay más fenómenos que ayudan a explicar este comportamiento, como el envejecimiento de la población, el progreso profesional de las madres o la incorporación plena de la mujer al mercado de trabajo. “La maternidad pasa a un segundo plano, cuando ya se tiene asegurado el desarrollo profesional”, sostiene.

Pero hay más elementos que justifican no solo la tardanza en ser madre primeriza, sino también la caída de la natalidad, “como un mercado laboral precario para los jóvenes, salarios insuficientes o la dificultad para acceder a una vivienda digna”.

¿Es posible revertir esta situación de declive demográfico? “Es muy complicado, visto los antecedentes y porque se trata de una dinámica común a España y Galicia”, indica Ferrás.

De ser posible, agrega, sería fundamentalmente a cargo de la población inmigrante, más dinámica demográficamente, que es también la causa de que Galicia frene su caída poblacional, dado que las defunciones de gallegos duplican ya a los nacimientos.

Por provincias, son las pontevedresas las que más tarde tienen sus hijos: a los 32,58 años de media. Le siguen, a corta distancia, A Coruña (32,41) y Ourense (32,39), ya que en Lugo siguen por debajo de los 32 años (31,77).

El informe del IGE confirma, de nuevo, que la población gallega está inmersa en un proceso continuo de envejecimiento del que no es ajeno toda Europa. De los 45,34 años de media a 1 de enero de 2012 ha pasado a los 48,01 en 2022. Pero en 1975 eran 35 años. Así que en menos de medio siglo la comunidad en su conjunto ha envejecido 13 años. Los habitantes de Ourense se colocan en los 51,19 y los de Lugo, los 50,35. Frente a ellos están los vecinos de A Coruña, con 47,72, y los de Pontevedra, con 46,52 de media.

En la estructura por edades de la población gallega es donde mejor “se comprueba el proceso de envejecimiento”. Disminuye el peso de las personas menores de 20 años y de entre 20 y 64 y se incrementa, por el otro extremo, el de los mayores de 64.

Para el análisis “más específico” del proceso de declive demográfico se usa el índice de envejecimiento, que calcula el número de personas de 65 o más años por cada 100 personas menores de 20. Desde el año 1975, su “continuo” aumento refleja “la velocidad del envejecimiento” de la población de Galicia, superior, advierte el IGE, en el caso de las mujeres. Así, para el conjunto de Galicia, este índice se situó en 2022 en 167, lo que significa que por cada 100 jóvenes menores de 20 años hay ya 167 personas mayores de 64.

Otro indicador, el índice de “sobreenvejecimiento”, muestra cómo está estructurado el grupo de 65 o más: calcula qué porcentaje representa la población de 85 o más años sobre el grupo de 65 o más. En 2022, en el conjunto de Galicia se sitúa en el 19,97%. Un dato crucial a la hora de diseñar las políticas asistenciales y sanitarias, por las mayores necesidades que requiere este grupo poblacional.

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