El acusado por el doble crimen de O Ceao niega su implicación en la primera jornada del juicio

“Ese día estaba trabajando. No fui a ningún sitio”, asegura | La acusación particular pide 28 años y la Fiscalía no presenta cargos

El acusado del doble crimen de O Ceao en el banquillo durante el juicio, ayer.

El acusado del doble crimen de O Ceao en el banquillo durante el juicio, ayer. / EFE / ELISEO TRIGO

Redacción / Agencias

El juicio con el sumario más antiguo de España, casi 30 años, arrancó ayer en la Audiencia Provincial de Lugo y el único procesado por el doble asesinato del Cash Record de O Ceao, Manuel Juan Vilariño Casanova, admitió durante su comparecencia y en declaraciones a preguntas de su defensora y del fiscal, las únicas que contestó, que conocía a las víctimas, la cajera Elena López y el reponedor Esteban Carballedo. No obstante, negó su implicación en los hechos y aseguró que lo incriminaron. También ayer declaró, entre otros, la hermana de una de las víctimas, quien indicó que el procesado era cliente “habitual” del supermercado mayorista del polígono empresarial lucense, o un encargado, que afirmó que al autor del crimen “se le tenía que conocer” dado que le “abrieron el portalón”.

La vista se dirime de acuerdo a las reglas de 1994, cuando se cometió el crimen y todavía ni existían los jurados, y la acusación particular pide para el acusado 28 años de cárcel, mientras la Fiscalía no presenta cargos. El único procesado rechazó haber tenido implicación alguna con el atraco al Cash Record o que en algún momento hubiese propuesto a otros participar en un robo similar. De hecho, aseguró que el día de autos, el 30 de abril de 1994, cuando se produjo el atraco en el que fueron asesinados a tiros las dos víctimas, no fue “a ningún sitio”. “Ese día estaba trabajando. No fui a ningún sitio” proclamó, según informa Efe, e indicó que se enteró del doble crimen “por la prensa”.

Sí reconoció que frecuentaba el supermercado porque entonces regentaba un local de hostelería en Lugo e iba “una vez por semana” a comprar “alcohol” para el negocio. Incluso tenía tarjeta de cliente. Como “llevaba tiempo” pasando por ese Cash Record, sabía quiénes eran los asesinados “de verlos allí”, pero “no los conocía por su nombre” ni tuvo rencillas con ellos, dijo.

Negó igualmente haber ido a la nave de O Ceao hasta cuatro veces seguidas, supuestamente para vigilar el funcionamiento del local, y añadió que ignoraba cuándo se hacía la recaudación. Asimismo, indicó que entonces no conducía ni andaba con armas porque había estado en prisión preventiva en 1993 por posesión de armas sin licencia. Además, indicó que fueron dos toxicómanos que conoció en la cárcel, antes de los hechos, quienes lo incriminaron “para beneficiarse” después de ser pillados traficando con droga.

La segunda citada a declarar en la primera jornada fue María Isabel López, hermana de la fallecida, quien indicó que la relación del acusado con su hermana era “cliente habitual, de confianza” y dijo que “era un secreto a voces” que el procesado “estaba implicado en el crimen”.

Entre otros, también declaró el encargado del Cash Record en el momento de los hechos, que explicó que cuando se iba el último cliente “se cerraba el portalón y muchas veces la puerta interior que solo se abría después si era alguien conocido”, por lo que sostuvo que al autor de los hechos “se le tenía que conocer”, recoge Europa Press.

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Los familiares de la cajera Elena López y del reponedor Esteban Carballedo defendieron ayer en la apertura de la vista oral que “siguen confiando” en la Justicia y en que la Fiscalía, que pide el archivo de la causa, vea “los indicios” contra el único procesado. Lo indicó Isabel López, hermana de la cajera asesinada, quien confía en que “haya juicio con justicia”. “Desde el minuto cero, cuando empezamos esta lucha, siempre pensamos que había sido él”, indicó. Avelina Sánchez, familiar de Carballedo, espera igualmente que “este señor vaya para el lugar para el que tiene que ir”. Carmen Balfagón, abogada de la acusación, cree que la vista es una “ocasión única” para “aclarar determinadas cosas que siempre han sido una incógnita”. Confía en que el juicio dé “fruto” y que la Fiscalía cambie su perspectiva. “Es un partido que hay que jugar”, alega, y para eso cuentan, dijo, con “29 años de instrucción”. Que la Fiscalía no haya formulado acusación inquieta a la hermana de una víctima. “A ver si con los indicios que hay conseguimos convencer a la Fiscalía de que es la persona que tiene que estar en prisión”, dice.