Dos tercios de los testamentos vitales del último año incluyen la eutanasia: más de mil

Desde que existe la ley, 1.500 gallegos explicitan esa posibilidad | Era una demanda “latente” y que ahora se materializa, sostienen desde la asociación Morrer Dignamente

Una manifestación en apoyo a la eutanasia.

Una manifestación en apoyo a la eutanasia. / Marta Fernández Jara

Carmen Villar

Carmen Villar

“Quiero que se me facilite la prestación de ayuda para morir si me encuentro en alguno de los supuestos clínicos previstos en la Ley de regulación de la eutanasia (sufrir una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante en los términos establecidos en la ley)”. Así aparece recogido en el modelo de documento de instrucciones previas colgado en la web del Sergas el nuevo derecho que nació en junio de 2021, con la entrada en vigor de la ley de eutanasia. En ese modelo, basta con marcar la casilla asociada al epígrafe para indicar que ese es el “deseo” de quien otorga el documento. De un modo u otro, son cada vez más gallegos los que dejan constancia expresa de esa opción para el futuro, caso de cumplir los supuestos, a través del testamento vital. De hecho, son ya una mayoría de los que se preocupan de manifestar sus voluntades médicas por si llega un momento en que no pueden comunicarlas.

Solo a lo largo de 2022, casi dos de cada tres gallegos que hicieron testamento vital dejaron explícita esa posibilidad, lo que supone en la práctica más de mil personas. En concreto, según datos facilitados por la Consellería de Sanidade, el pasado año el Rexistro Galego de Instrucións Previas sumó 1.663 documentos y en particular en 1.046 de ellos se solicita eutanasia, en caso de llegar a una de las situaciones que contempla la ley.

Mayoría de testamentos vitales

Suponen un 62,89% del total de nuevos testamentos vitales de 2022 y además es un porcentaje que duplica el registrado un año antes. Entonces, durante el primer año en vigor de la ley –en realidad solo el segundo semestre de 2021– incorporaron a su esquema de demandas y rechazos de tratamientos esa posibilidad de ayuda en la muerte uno de cada tres firmantes de testamentos vitales (un 32%), lo que se traducía en alrededor de 430 documentos más que abogan por la eutanasia para sus otorgantes.

Instrucciones Previas Galicia 2

Simón Espinosa

Isabel Blanco, vicepresidenta de la asociación Dereito a Morrer Dignamente Galicia, explica que, desde que se legalizó la ley, consta en el testamento vital esa opción y eso permite que a día de hoy, al hacer dicho documento, “puedes indicar que si llegado el momento reúnes los requisitos que marca la ley para solicitar una eutanasia, que te la apliquen”, señala. “Pensamos que es una demanda que ya estaba latente previa a la publicación de la ley y lo que abrió la ley fue expresar esa posibilidad”, argumenta Blanco para explicar el elevado número de documentos de instrucciones previas que incluyen ya ese deseo. Además, desde la asociación entienden que quienes incorporan esta posibilidad al documento, y “demandan una ayuda a morir, que es la eutanasia, saben lo que implica”.

“De todos modos”, recuerda que en relación al testamento vital, un documento para cuando el interesado no pueda expresarse, se puede “cambiar de opinión, revocarlo, hacer uno nuevo o modificar”. Al margen de eso, incide, Morrer Dignamente entiende que existe una demanda social al respecto que al final reflejaban las estadísticas.

Ley "garantista"

Precisamente de falta de estadísticas y de transparencia sobre número de eutanasias se quejan desde la asociación, que cuestiona que en Galicia no haya información pública sobre solicitudes, número de aprobaciones y rechazos o cifra de fallecidos en el transcurso de la solicitud. “No hay. Es algo que echamos en falta”, apunta Blanco, igual que “la divulgación de ese nuevo derecho entre la ciudadanía” o la formación a los profesionales. Porque, alega, el disponer de una ley, “muy garantista”, aprobada para poder solicitar una ayuda a morir es un “gran avance”, pero “hay que trabajarlo para normalizarlo”, que sea “una prestación sanitaria más”. “Pero hacemos una valoración muy positiva y pensamos que en el primer año de ley hay dificultades en su aplicación, algo mejorable con voluntad política”, afirma.

Centros de salud y testamento vital

Advierte, volviendo a los testamentos vitales, que Galicia está de cuarta por la cola en su formalización entre las autonomías. En Navarra es el cuádruple, sostiene. “Reivindicamos que haya más puntos donde se pueda formalizar el testamento vital para que sea fácil y demandamos divulgación de esa posibilidad”, añade. En concreto cita los centros de salud. “Si se pudiera hacer en ellos el testamento vital, sería más fácil” sostiene.

Pese a que Galicia aún siga en el furgón de cola en registrar instrucciones previas, no dejan de aumentar cada año. En 2022 se sumaron 1.663 más y suponen ya 14.810 las contabilizadas por la Administración sanitaria. En el segundo semestre del año el documento experimentó un acelerón, con una media de 40 inscripciones por semana.

No obstante, aunque el número crece se mantiene la tendencia a que sean las mujeres quien más se anima (62%) y se constata otra al envejecimiento de los declarantes, con una media de 62 años, frente a los 56 de 2014, cuando se creó este instrumento. Lo que también crece es la solidaridad: un 56% de los declarantes está a favor de donar órganos y tejidos, un 43 por ciento más que durante el primer año de existencia.

Suscríbete para seguir leyendo