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Más de ocho mil gallegos dejan un trabajo para estudiar o para preparar oposiciones

La mayoría de inactivos que el pasado año reemplazaron empleo por formación tienen entre 16 y 34 años | Cinco mil personas abandonan un puesto por el cuidado de niños o mayores

Oposiciones para Educación de la Xunta este año. Gustavo Santos

Aunque para muchos pueda resultar casi una odisea lograr encontrar un trabajo, también hay quienes, teniendo empleo, hacen un paréntesis del mercado laboral para reformular su camino mediante una mayor formación o la preparación para un puesto que creen mejor, mientras otros abandonan porque deben ocuparse de familiares. En concreto en Galicia el año pasado alrededor de 8.200 personas que ahora forman parte de la población inactiva (ni ocupada ni parada) decidieron reemplazar empleo por formación y otras cinco mil retornaron al hogar para hacerse cargo de hijos, mayores o de personas con discapacidad.

Son cifras que recoge el Instituto Galego de Estatística relativas al año 2021 resultado de la explotación de la Encuesta de Población Activa. El mismo análisis permite constatar que en gran medida –en el 96 por ciento de los casos– quienes resuelven salirse del mercado laboral para coger impulso y seguir formándose son jóvenes.

Las últimas cifras que analizan formación e inserción, también de la EPA, apuntan a una relación entre ambas variables. Para Galicia, indica que las tasas de empleo de la población de 25 a 64 años por nivel de formación oscilaban el pasado año desde el 59,5% entre aquellos que no acabaron ni la ESO al 80,9% de los que contaban con algún título de educación superior.

En todo caso, los gallegos han hecho los deberes y han elevado el listón de los estudios. Entre la población de 25 a 64 años el salto en dos décadas ha sido considerable: la EPA refleja cómo el porcentaje de los que no han acabado ni la educación obligatoria ha caído casi a la mitad, del 63% al 36%, mientras en la educación superior ocurre al revés: del 21,4% de 2002 se ha pasado en 2021 al 41,9%.

Pero no necesariamente se dejan actividades remuneradas para progresar en enseñanzas regladas. El epígrafe dela EPA sobre quienes trabajaron anteriormente y la causa por la que dejaron el último empleo alude a “realizar estudios o recibir formación”. En esa formación cabrían también quienes preparan una oposición. Hay estudios que elevan al entorno del 30% el porcentaje de jóvenes que aspiran a ser funcionarios y en coyunturas económicas complicadas, como la derivada del impacto de la pandemia, los ciudadanos miran más hacia la Administración como salida. Durante este ejercicio y el anterior se programaron más oposiciones tras el paréntesis obligado por el COVID y algunas acumularon vacantes, como las promovidas desde la Consellería de Educación destinadas a maestros y profesores. 

Las mujeres salen más del mercado laboral por formarse o por cargas familiares

Poco más de la mitad de los 8.200 gallegos inactivos que dejaron un trabajo para instruirse son mujeres –el abandono educativo temprano es mucho menor entre las chicas que entre sus compañeros varones– y ese desequilibrio entre sexos es mucho más acusado cuando el parámetro analizado es el de quienes plantaron el mercado laboral para dedicarse a cuidar a alguien que precisa atención.

Son mujeres nueve de cada diez personas que en 2021 abandonaron una actividad remunerada para asumir el cuidado de niños, adultos enfermos, mayores o incapacitados. El grueso de estas “cuidadoras” (3.100 de 4.700) no se concentra no entre las más jóvenes, sino en el grupo siguiente, de 35 a 54 años.

A veces ambas motivaciones, el buscar otro trabajo a través de unas oposiciones y asumir el cuidado de alguien, sustentan la decisión de tomarse un descanso del mercado laboral. Es el caso de Ana, de 36 años, doctora en Química, con dos másteres y formación en el extranjero y madre de un niño pequeño. El bebé marcó, dice, un “punto de inflexión” y la decidió a seguir su vocación e intentarlo con una OPE “complicada”. En ese camino dejó un trabajo indefinido para irse a un puesto en la Administración pública con “fecha de caducidad”, explica, que le proporcionase puntos para mejorar las posibilidades en las convocatorias que ahora prepara, ya que es consciente de que competirá con interinos que le llevan ventaja por su experiencia en el puesto. Esta joven indica que ha recibido ofertas de trabajo, pero que ahora está centrada en estudiar, “sí o sí”, para intentar sacarse una plaza. “Sobre todo para conciliar con la vida familiar, porque estamos muy lejos de alcanzar esa conciliación que se supone que debería haber para una mujer trabajadora y con hijos”, sostiene.

 

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