Cada vez es más frecuente encontrarse en las redes sociales con vídeos de familias de jabalíes que avanzan por zonas urbanas con total confianza, como si estuvieran en su propia casa. El abandono del rural ha provocado que el censo de animales salvajes vaya a más y su desplazamiento hasta las zonas más habitadas, siguiendo a la población humana, en busca de alimento. Si a eso se suma que las infraestructuras viarias dibujan un mapa arterial que riega prácticamente todos los rincones del territorio y que, además, la cifra de cazadores está en su mínimo histórico, el terreno está abonado para que se multipliquen los siniestros viarios con fauna. A esas posibles razones aluden desde la Federación de Caza de Pontevedra para explicar por qué la cifra de percances con fauna cinegética ha engordado en los últimos años y que en 2021 se haya alcanzado el dato más elevado desde que hay registros.
En concreto, según los datos recopilados por la Federación Galega de Caza a partir de la Dirección General de Tráfico, a lo largo del pasado año, y únicamente tomando como referencia los incidentes producidos en las carreteras gallegas por jabalíes, corzos, ciervos, lobos y zorros –el resto, señalan desde la Federación, es protagonista de cifras “residuales”–, se notificaron 4.584 accidentes, un 40 por ciento más que en 2017, un lustro atrás, y más del doble si la fecha que se toma de referencia es 2010 (1.879).
“Evidentemente que haya menos cazadores influye. Menos cazadores, menos presas se van a abatir”, concede el presidente de la Federación de Caza de Pontevedra, Francisco Couselo, quien mira sobre todo al “abandono del mundo rural” y sus efectos colaterales. No solo, señala, porque los animales tienen una capacidad reproductora “enorme”, sino también porque están “desplazados de sus hábitats” en busca de alimento. Con la mudanza de residentes a la ciudad, explica, dejan de cultivarse los campos y especies como jabalí se acercan a las urbes, allá donde encuentren comida. Además, apunta, en esas zonas puede “esconderse y estar tranquilo”, porque no se puede cazar por motivos de seguridad. A todo ello se suma que hay quienes al ver uno de estos animales le dan de comer, ignorando el riesgo que corren; avisa que estas criaturas suelen moverse al anochecer y al romper el día, cuando menos visibilidad hay en las rutas; y que además son precisos pasos de fauna porque los animales, honrando la redundancia, son “animales de costumbres”.
Según la Federación Galega de Caza, los percances viarios provocados por el jabalí y por el zorro durante los últimos doce años casi se triplican, mientras que los causados por el corzo son el doble. En todo caso, el protagonista de la mayoría de los encontronazos con vehículos en las carreteras es el jabalí. Durante el año pasado, estuvieron implicados en 3.293 incidentes, siete de cada diez de los siniestros protagonizados por las cinco especies cinegéticas analizadas, y vinculados al 87% de las víctimas originadas por choques con fauna cinegética.
Aunque nueve de cada diez accidentes fueron causados por los principales animales de caza mayor y el zorro, desde la Federación Galega de Caza indican que si se contabilizan todos los percances vinculados a animales, incluidos aquellos con cabras, perros, gatos, caballos, ovejas, cerdos o vacas, entre otros, en 2021 se habrían registrado 5.240 siniestros con daños materiales y 51 con víctimas. De hecho, apuntan que, pese a que el grueso de colisiones tiene que ver con animales cinegéticos, son los domésticos los que tienen mayor proporción en víctimas: 21 en un total de 698 accidentes, frente a 30 en casi 4.600.
La mayor concentración de siniestralidad, recoge la Federación, se da en Lugo y Ourense, “a pesar de ser las provincias con mayor número de capturas por temporada”, alega, “lo que pone de manifiesto la gran densidad de caza mayor en estos territorios”.
Galicia, segunda en incidentes con fauna implicada
La mayoría –el 53,2 por ciento– de los siniestros con animales en España se concentran en tres autonomías: Castilla y León (25 por ciento), Galicia (17,6 por ciento) y Cataluña (10,6 por ciento). La gallega ostenta el segundo puesto en el ranking, según el V Informe del Centro de Estudios y Opinión Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial sobre colisiones de vehículos contra animales, que recopila información acerca de 6.676 colisiones que constan en la base de datos de la entidad.
La información reunida en el estudio confirma al jabalí como el principal protagonista del binomio animales-accidente, al estar presente uno de cada tres siniestros analizados en todo el Estado. De ahí que aparezca en el informe como el número 1 en el ranking de animales “más peligrosos”. Le seguirían los corzos y, en tercer puesto, aparece una mascota doméstica: los perros.
Galicia estaría de segunda en el podio tanto si se analizan colisiones con especies domésticas como cinegéticas. En el primer caso, la superaría Castilla y León; en el segundo, Andalucía. El estudio desciende al ámbito provincial para alertar de que Burgos “se mantiene como la provincia más peligrosa de España, en cuanto a siniestralidad con animales, seguida de Ourense y León”, pero si solo se examina el dato de accidentes con fauna doméstica, es Pontevedra la que ocupa el segundo puesto después de Murcia.
El mes con más encontronazos en la red viaria, en el caso de Galicia, sería noviembre, mientras en el extremo opuesto se situaría julio. Las estadísticas relacionadas con la comunidad confirman al jabalí como la especie más problemática. Los datos de Tráfico que recogen en la Federación Galega de Caza van en la misma línea. El jabalí está implicado en el 71,7% de sucesos –en números absolutos, casi 3.300–, mientras que el corzo tiene que ver con uno de cada cuatro incidentes viarios –más de 1.130–. El resto de animales de caza mayor más los episodios con zorros tienen una presencia más anecdótica: relacionados con ciervos se notificaron el año pasado 13 accidentes, 16 con lobos, 125 con zorros.
