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Rueda promete “continuidad de la buena” con una oposición que enfoca ya las elecciones de 2024

El presidente electo inicia un mandato exprés de dos años para completar los proyectos iniciados por Feijóo | BNG y PSOE presentan sendos programas de gobierno para cuando se convoque la cita con las urnas

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Ana Pontón saludando a Rueda y Luís Álvarez, a Feijóo, al terminar la sesión de investidura. Xoán Álvarez

El Parlamento gallego eligió a Alfonso Rueda como nuevo presidente de la Xunta en una sesión en la que a pesar de que él era el único candidato, BNG y PSOE aprovecharon para presentar sus programas alternativos de gobierno aunque no tuvieran ninguna opción. “El candidato soy yo”, ironizó el popular. Pero es que nacionalistas y socialistas plantean esta nueva etapa, de medio mandato de duración, como de transición y con la vista ya puesta en las elecciones de 2024 al entender que ahora sus expectativas mejoran sustancialmente sin Feijóo al frente del PPdeG y de San Caetano. La oposición, en esta línea, le acusó de ser el “pasado” y de ser más de lo mismo que Feijóo. “¿Continuista? A lo mejor pensaban que iba a romper con todo. Mi proyecto es continuar por esa senda. La hoja de ruta está marcada. La nueva etapa no estará marcada por la ruptura. Será continuidad de la buena. No hay razón para bruscas sacudidas”, reforzó su mensaje Rueda, sorprendido de que BNG y PSOE le pidieran cambiar el paso de una gestión de la que él formó parte directa durante los últimos trece años.

La sesión de investidura concluyó pasadas las tres de la tarde con la votación de su candidatura. La apoyó solo el PP, pero con 41 votos. Faltó el de Pedro Puy, su portavoz parlamentario, que sufrió un episodio cardíaco y fue trasladado al hospital. La oposición votó en contra.

Mandato limitado

Rueda inicia ahora un mandado exprés de dos años de duración para completar –y mejorar, dijo– los proyectos iniciados por Feijóo y tratar de cimentar los pilares con los que dar al PPdeG su quinta mayoría absoluta consecutiva. “Sé de dónde vengo y lo que quiero hacer. La gente quiere gobiernos responsables y estabilidad”, aseguró el nuevo presidente de la Xunta, repitiendo un mantra de Núñez Feijóo.

Tras la primera jornada de investidura el pasado martes –en la que solo intervino el candidato–, le tocó el turno a la oposición. La líder del BNG, Ana Pontón, reprochó la elección “accidental y de rebote” de Rueda por no pasar por las urnas, y la mayor parte de su discurso lo destinó a desgranar su programa de gobierno, hablando de sí misma como presidenta, sin pasar por alto la crisis interna del PP que llevó la defenestración de Casado y los casos de corrupción.

Por el PSOE, Luís Álvarez se empleó más a fondo en desacreditar el legado de Feijóo, pero también tuvo tiempo para esbozar los proyectos de gobierno de los socialistas, “cuando seamos convocados a las urnas”.

Investidura virtual

Como ambos partidos acusaron al candidato de ser el “pasado”, Rueda recordó los 18 años, “6.144 días”, que lleva Pontón como diputada, “desde antes de que Messi debutara”, y censuró que la oposición esté “instalada en el no”, además de presentar sendos programas de gobierno “ilusorios e irrealizables”, eso sin contar que no era el momento. “Es la investidura virtual de los mundos de Yupi”, ironizó el nuevo presidente de la Xunta sobre las propuestas de Ana Pontón.

Rueda lamentó que tanto el BNG como el PSOE “ridiculizaran” su promesa de rebajar el IRPF, lo que a su juicio demuestra que no entienden por qué no reciben el respaldo electoral de los gallegos. “No entienden absolutamente nada. Galicia seguirá siendo sitio distinto a lo que proponen ustedes”.

Diálogo poco creíble

Hubo llamadas al diálogo, pero poco creíbles dado el tono empleado en las intervenciones y que todos los partidos ya están pensando en las elecciones de 2024, por lo que conviene ir marcando el territorio.

“Alfonso Rueda les derrotará en 2024”, les soltó el diputado popular Miguel Tellado cuando sustituyó a Pedro Puy a mitad de la sesión por la indisposición del portavoz parlamentario. Antes, Rueda había precisado, con sorna, en que su llamada al diálogo estaba condicionada a que aclarase el PSOE sus líos internos por las distintas posturas de sus “distintos líderes”.

Eso sí, Rueda reclamó el apoyo de la oposición para “pactos de país”, sin especificar, y le pidió ayuda para que el Gobierno central respalde los proyectos industriales de Stellantis y Altri. Prometió, en contraposición con Pedro Sánchez, gobernar para todos los gallegos, no permitir el acoso y derribo de las instituciones, ser leal al Estado y al Rey, y no ceder al chantaje de los nacionalistas.

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