Aunque los exámenes extraordinarios en Secundaria son cosa del pasado con la Lomloe, no ocurre lo mismo con el concepto de recuperación y la Xunta ha aprovechado la adaptación a la comunidad del real decreto de evaluación, promoción y titulación para dejar un margen a los escolares que lleguen al final con problemas. Además, de paso le ha dado una vuelta al calendario escolar respondiendo a quienes, como los padres, demandaban sacarle provecho académico a junio una vez aparcadas las pruebas extraordinarias.
En el borrador que Educación llevará pasado mañana a mesa sectorial con los sindicatos, la Xunta retrasa la evaluación final ordinaria, ahora reconvertida en evaluación final a secas. En la ESO, esa convocatoria estaba prevista a partir del 6 de junio y pasa a estarlo a partir del 23. En ese intervalo, desde la tercera evaluación, que en Galicia solía hacerse coincidir con la final, los estudiantes realizarán “actividades de apoyo, refuerzo, recuperación, ampliación y tutorización”.
Fuentes de la Xunta explican que se pretende “seguir dando oportunidades al alumnado para la superación de las materias”. Al eliminarse la evaluación extraordinaria, argumentan, se les priva de una posibilidad de recuperación y por eso se establece que, tras la tercera evaluación parcial, el profesorado “debe determinar las partes que el escolar tiene sin superar y realizar actividades para que adquiera las competencias”. Lo que es la calificación “definitiva” de las materias o ámbitos se hará “efectiva” en la evaluación final de curso.
Una oportunidad también para quienes llevan bien el curso
Fuentes docentes puntualizan que en el período que va desde la tercera evaluación a la sesión final, que es donde se pondrían las notas del curso, no solo se destinarán esfuerzos a los alumnos que no hayan adquirido aún las competencias y que, haciendo lo que les pidan los docentes, trabajos u otras opciones, en función de las materias, no tiene por qué ser un examen, puedan aprobar, sino que también implica trabajar con el resto de cara a la evaluación final; por ejemplo, cabría la posibilidad de trabajos para subir la media.
Con todo, suspender ya no será un criterio determinante a la hora de promocionar. Sí sacar una media y que los docentes que el alumno tiene las competencias que se precisan. La Xunta establece para pasar de un curso a otro al margen de suspensos tener al menos un cinco de media, incluidas las materias no aprobadas, y lo extiende a obtener el título. Para facilitar el trabajo a los equipos docentes, quienes deciden sobre promoción y titulación, una herramienta informática calculará las medias.
Sindicatos como ANPE celebran que se unifiquen las decisiones de promoción, pero les habría gustado “debatir” si una media de un 5 “es suficiente” para promocionar sin valorar el peso o el número de suspensos.