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Las causas de la cada vez más reducida oferta de pisos para alquilar

Encontrar un piso en alquiler se ha convertido en una difícil misión en Galicia. El temor a impagos desde el estallido de la crisis sanitaria es el principal detonante de la estampida de propietarios del mercado del arrendamiento, a lo que se suma el trasvase de inmuebles al mercado vacacional, una situación que se ha agravado con la tercera ola de contagios por coronavirus y también con la incertidumbre generada por la amenaza de la intervención de los precios de la vivienda en alquiler puesta sobre la mesa por Podemos.

Hasta el momento son los pequeños y medianos concellos los que más han acusado la el impacto de la crisis del COVID en el mercado inmobiliario, con una caída en solo tres meses de casi el 30% de su oferta de pisos en arrendamiento. Aunque en las ciudades son un 15% más las viviendas en el circuito de comercialización, la patronal inmobiliaria advierte de que ya a partir de mayo la vivienda vacacional que se había pasado al régimen tradicional de alquiler volverá en la urbes a anunciarse para turistas este verano.

Municipios más afectados

En la actualidad, en la comunidad gallega se ofertan 4.650 pisos en alquiler, un 2% menos que hace solo tres meses (4.750), según datos de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Es en los pequeños y medianos concellos donde se produce la estampida de propietarios, con tan solo 1.340 viviendas ofertadas frente a las casi 1.900 que había antes del estallido de la tercera ola. En el caso de las ciudades, los pisos disponibles para arrendar aumentaron en el último trimestre al pasar de 2.870 en diciembre a 3.310 este mes. Pero el presidente de la patronal inmobiliaria, Benito Iglesias, dibuja un mapa del mercado del arrendamiento cada vez más reducido.

“Si la coyuntura sanitaria es similar a la que había en verano de 2020, a partir de mayo habrá una vuelta de la vivienda vacacional que se había ido al circuito tradicional al mercado turístico, en especial en las ciudades de A Coruña, Santiago y Vigo”, detalla Iglesias. Y es que el turismo nacional, apunta, apuesta más por la vivienda turística que por los hoteles al sentirse más seguros en una casa o piso por no tener que estar en espacios comunes como ocurre en los establecimientos hoteleros.

Hugo Barreiro

El grueso de la oferta para arrendamiento en la actualidad se concentra en la provincia de A Coruña (2.250 frente a los 2.400 de hace tres meses), seguida de Pontevedra (1.375, solo 25 menos que antes del estallido de la tercera ola). Lejos de estas cifras están los pisos disponibles en Ourense (650 frente a 500 de diciembre) y Lugo (375 frente a 450).

Difícil encontrar inquilinos

Pero la mayoría de los inmuebles que siguen anunciados en las agencias o portales inmobiliarios llevan meses sin encontrar nuevo inquilino, bien porque su estado de conservación no es el adecuado o porque el precio es desorbitado. Se trata de pisos en municipios con escasa o nula demanda, en un tercero o cuarto sin ascensor o a precios desfasados, según explican desde el sector.

La patronal inmobiliaria augura que en los próximos meses se reducirá aún más el mercado del alquiler en la comunidad. Por un lado, por la polémica generada por la Ley de Vivienda estatal que se ha convertido en un “campo de batalla político” y ha generado “incertidumbre” entre los propietarios con el debate sobre la intervención de los precios del alquiler.

A punto de cumplirse cuatro años de la entrada en vigor del decreto que regula el uso de pisos turísticos en Galicia, ya son más de 12.000 las viviendas vacacionales, con la provincia de Pontevedra a la cabeza –casi 5.800– seguida de A Coruña –con cerca de 4.600–. Lejos de estas cifras, están las viviendas vacacionales en Lugo (más de 1.500) y, finalmente, Ourense (apenas 500). Se trata del triple de la oferta de viviendas en alquiler en el mercado tradicional (4.650).

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