La larga lista de deficiencias detectadas en la AP-9 ha llevado al Ministerio de Transportes a ordenar una auditoría para analizar el estado de la vía de pago gallega, que por cuarto año consecutivo soporta una nueva subida de las tarifas en contra del abaratamiento generalizado en el conjunto de la red de autopistas del Estado (0,11%).

Días después de que este periódico revelase el contenido de informes oficiales remitidos al departamento estatal con competencias en la infraestructura y a la propia concesionaria, Transportes ha intervenido requiriendo una “inspección específica sobre seguridad vial” en AP-9, que –detalla– “se desarrollará e incluirá todos los aspectos de la infraestructura y, de la que podrán identificarse elementos susceptibles de mejora y derivarse, en su caso, actuaciones para su corrección preventivamente”.

Ante los peajes que tienen que soportar los usuarios de la autopista gallega, que Audasa sitúa entre los más bajos del país (un 0,7% inferiores a la media, según defendió en un comunicado emitido el miércoles), el departamento dirigido por José Luis Ábalos discrepa con los datos ofrecidos por la empresa.

“No se corresponden con el análisis de precios realizado por este Ministerio”, advierten desde Transportes, al tiempo que recuerdan el real decreto en el que está trabajando y que recogerá varios tipos de bonificaciones en la vía. Según anunció este mismo mes el secretario general de Infraestructuras, Sergio Vázquez, esta rebaja llegará este semestre.

Muros y desmontes sin protección, laderas con desprendimientos, cunetas demasiado profundas, arcenes sin asfaltar, luminarias sin protección y deficiente iluminación en algunos puntos, postes de hormigón junto a la vía, alturas de barreras insuficientes, incluso oxidadas o ya rotas, anchos de arcén en la entrada a la autopista que no cumplen la normativa, desagües sin barrera o altura insuficiente de las barandillas de protección en puentes.

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La AP-9 "se cae a cachos" a su paso por Pontevedra Gustavo Santos

Son algunas de las deficiencias que presenta en la actualidad la AP-9 y que, tras ser reveladas por este periódico el fin de semana, llevaron a Audasa a emitir un comunicado para asegurar que la infraestructura viaria se “consolida” entre las carreteras más seguras de España y que, además, el peaje es un 0,7% inferior a la media nacional.

Ayer fue el turno de Transportes. Y lo hizo, además de para anunciar una auditoría ante los fallos de seguridad y los incumplimientos de la normativa advertidos por escrito –no concreta quién se encargará de esta inspección–, también para desmarcarse del análisis que hace la concesionaria de los peajes que pagan los usuarios de la AP-9,.

En sus cuentas, Audasa sostiene que el precio medio por kilómetro en la autopista gallega es de 10,87 céntimos frente a los 10,95 en el conjunto de España. Este análisis es válido si se divide el importe total del viaje entre los 220 kilómetros de la vía de pago, pero no refleja la enorme desigualdad de tarifas que se aplican en función de los tramos. La evolución de los últimos años constata además que han subido a mayor ritmo que los del resto de autopistas del Estado.

Al contrario de lo ocurrido con la ampliación del puente del Centenario de Sevilla, obra que el Gobierno asumió su coste (106 millones), en la AP-9 fue la concesionaria la que afrontó las inversiones para la ampliación del puente de Rande y los accesos a Santiago. Un desembolso por parte Audasa que repercutirá en el bolsillo de los usuarios en los próximos 20 años y a razón de un 1% más cada ejercicio en las tarifas de todos los tramos de la autopista.

La nueva subida aplicada este año en las tarifas de la AP-9 es fruto de la combinación de dos datos. Por una parte de la subida anual del 1% por la inversión para las obras en Rande y Santiago, una actualización al alza extraordinaria que se aplicará –así lo recoge el convenio suscrito en 2011 con el Gobierno– hasta 2038.

El segundo dato es la evolución del IPC, que en este caso es negativa. La influencia de la primera sobre la segunda deja el incremento en un 0,92%. Hasta ahora se aplicaba una segunda alza extraordinaria, del 0,8%, con el que se resarcía a Audasa de las bonificaciones que aplica en el viaje de vuelta entre Vigo y Pontevedra, pero el acuerdo preveía ya que el incremento se aplicase por última vez en 2020.

Desde el PSdeG, su secretario xeral, Gonzalo Caballero, defendió ayer que la negociación del Gobierno central con Audasa busca rebajar los peajes hasta el fin de la concesión, en 2048, y apeló a la Xunta a que “contribuya” económicamente ya que el PP –advirtió– es responsable de que la concesión esté prorrogada hasta esa fecha.

La respuesta desde el Ejecutivo de Feijóo no se hizo esperar. Para la Xunta es “inexplicable” y “bochornoso” que el líder del PSdeG “anteponga los intereses de su partido al de los gallegos” al reclamar fondos de los presupuestos autonómicos para bonificar una infraestructura estatal. Por ello, emplazó a Caballero a que pida al Gobierno de Sánchez que aplique las bonificaciones previstas y suprima el peaje de Rande, así como que revise los acuerdos con Audasa, “desproporcionados” –calificó– a favor de la concesionaria.

Dos cartas al Gobierno en solo 24 horas

Dos cartas en apenas 24 horas para reclamar al Ministerio de Transportes que actuase “con urgencia” para subsanar la situación de “especial gravedad” que se había dado a conocer a través de este periódico, con decenas de deficiencias a lo largo de los 220 kilómetros de la AP-9.

El lunes la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, remitió una misiva al secretario de Estado de Transportes, Pedro Saura, en la que reclamaba que se dirigiese a Audasa para que “sin dilación” subsanase el “injustificable” estado en el que se encuentra la autopista. De “especial gravedad” calificó la conselleira que la concesionaria “no mantenga en perfectas condiciones la AP-9”. “Es su obligación y su responsabilidad”, sentenciaba en declaraciones a este periódico. Al día siguiente, el colectivo de víctimas Stop Accidentes registraba una carta en la Delegación de Carreteras del Estado, con sede en A Coruña, en la que instaba al Gobierno a “ofrecer el máximo de garantías de seguridad” en la vía de pago.

Los partidos exigirán que se arreglen los fallos

Todos los partidos con representación en el Parlamento gallego se movilizarán para exigir que Audasa garantice la seguridad en la AP-9 ante las deficiencias hechas públicas por este periódico. Desde el PSdeG, su secretario xeral, Gonzalo Caballero, llamó a “mantener la presión desde todas las administraciones sobre la concesionaria, para que no entienda que la concesión es un cheque en blanco”.

“No puede ser que Audasa quiere dedicarse solamente a llenar los bolsillos de dinero y después no quiera dar respuestas ni planteamientos, por lo que trabajaremos desde el grupo socialista en esa línea”, apuntó Caballero al ser preguntado si su formación promoverá iniciativas parlamentarias para reclamar a Audasa por los fallos detectados en la autopista gallega.

Apenas media hora antes de que Transportes anunciase una auditoría, el diputado del BNG Luís Bará confirmaba el registro de una iniciativa en la que preguntará a la Xunta si durante los últimos años hizo algún estudio sobre las deficiencias ya denunciadas hace años, así como la interposición de una proposición de ley para instar al Gobierno autonómico a que exija al Ejecutivo central que intervenga para corregir cuanto riesgo sea detectado.

“Es hora de poner fin a la permisividad y el trato de favor con Audasa”, sentenció Bará tras recordar el acuerdo del Parlamento gallego de 2018, a iniciativa del Bloque, de realizar una auditoría a la concesionaria así como el protocolo de actuación ante las retenciones en la autopista para que se levantasen barreras pero que “no se cumple”.

Desde el PP actualizarán las iniciativas presentadas sobre la rebaja de los peajes, incluyendo una reclamación a Audasa para que subsane los fallos de seguridad. En el seno de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), el vicepresidente primero y alcalde de Cervo, Alfonso Villares (PP), llevará el asunto al ente municipalista. “La concesionaria se escuda en el cumplimiento de los parámetros de seguridad y asevera que está realizando inversiones, cuando hay informes técnicos, entre ellos municipales, que desvelan que hay deficiencias”, cuestiona.