Sócrates solía decir que él no podía enseñar nada a nadie, que solo les podía hacer pensar. Sin embargo, si nada cambia, con la nueva Ley de Educación, conocida como “ley Celaá”, a los profesores de filosofía no se les permitirá invocar el pensamiento entre la juventud, tal y como le gustaba practicar al histórico filósofo. Con la nueva ley educativa, no habrá Ética en cuarto de ESO. Un hecho que los profesores de Filosofía califican como un “error incomprensible”, más aún dado el contexto actual, y que puede conllevar importantes “consecuencias”.
La “ley Celaá” llega hoy al Congreso con varias enmiendas “vivas”. Unidas Podemos, socio de gobierno del PSOE, volverá a pedir que la Ética sea obligatoria en cuarto de ESO. Javier Barcia, vicedecano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Santiago (USC) considera la decisión de laminar la Ética como “mala”, al menos por “media docena de razones”.
Una de esos argumentos, según Barcia, es de “peso estructural”, refiriéndose a la ruptura de uno de los pocos consensos del Congreso cuando en 2018 la comisión de educación aprobó que Filosofía contara con un “ciclo formativo” de tres cursos. Empezando con Ética en 4º de ESO, y siguiendo con Filosofía en 1º de Bachillerato e Historia de la Filosofía en segundo. Se recuperaba así la situación anterior a la LOMCE (“ley Wert”).
“El profesorado reclama que se estudie como un ciclo. Ese fue el acuerdo alcanzado. Todo el mundo entiende que no puede haber solo un curso de Lengua o Matemáticas, sino que tiene que ser un estudio continuado”, concuerda Carmen Adán, filósofa.
“Borrar Ética es contradictorio a apelar a la responsabilidad para cumplir normas”
La también política gallega considera un “error absolutamente incomprensible” su eliminación, sobre todo “en el momento que estamos viviendo”, en el que en “muchos hospitales y empresas existe un comité ético”.
Por su parte, Barcia esgrime que “la eliminación de esta materia implica que los alumnos cursen Bachillerato de Humanidades no tengan absolutamente ningún contacto previo con cuestiones de este carácter”. Y luego está el lado contrario: el caso de un estudiante de ciencias que termine todo su proceso educativo sin haber tenido contacto alguno con cuestiones filosóficas, “lo cual no es malo, sino verdaderamente grave”.
“Se trata de huir del adoctrinamiento, pero nos estamos aproximando a él”
“Estamos eliminándole al alumnado la oportunidad de una reflexión no solo sobre lo que debe hacer sino sobre el por qué se debe hacer”, subraya Barcia, que es coordinador de Filosofía para las pruebas de acceso a la universidad. En este sentido, lamenta que Ética no tenga las mismas oportunidades de asignaturas como Religión: “¿Por qué unas y no otras?”.
En opinión de Adán, resulta “contradictorio”, en plena pandemia, apelar a la responsabilidad individual y borrar Ética del currículo escolar.
“No es una cuestión de horas ni algo corporativista, es una cuestión de modelo. Una sociedad que no valora el pensamiento y la reflexión es una sociedad que acaba pensando que la libertad es hacer lo que uno quiere”,
Aunque es consciente de que “una asignatura no soluciona una realidad compleja”, cree que en educación se “empieza siempre la casa por el tejado, en vez de tener unos buenos fundamentos que hagan pensar, así después tenemos estudiantado incapaz de argumentar por qué una cosa es justa o injusta”.
Por otro lado, si la ley lo aprueba, al mismo tiempo, surgirá una nueva materia en 3º de ESO: Valores cívicos, similar a la denostada Educación para la ciudadanía. En cualquier caso, ambos profesores valoran que no se trata de una materia “sustitutiva” ni “equiparable”. Habla Adán: “La ética es la dimensión de pensar sobre el comportamiento humano desde los valores comunes, no se puede confundir con moralina”. Barcia se expresa en la misma línea: “Se trata de huir del adoctrinamiento y en cierto modo nos estamos aproximando a él”.
