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La rotundidad de Ábalos con los plazos de la alta velocidad vasca que no muestra con la gallega

El ministro de Transporte, José Lius Ábalos, mostró ayer una rotundidad inusitada con la conclusión de las obras del AVE en el País Vasco, a pesar de admitir que desconoce si se trata de una fecha posible, que contrasta con la ambigüedad con que el Gobierno central marca los plazos del tren de alta velocidad en Galicia, para el que no se atreve a dar una fecha concreta para su puesta en servicio por mucho que se lo exija la Xunta.

En un acto oficial en San Sebastián, el ministro mantuvo en 2023 la fecha para concluir la construcción de la Y vasca, la red ferroviaria de alta velocidad que unirá las tres capitales vascas. Ábalos reconoció no saber si se trata de una fecha "viable" por los muchos inconvenientes surgidos, pero aseguró que es un "horizonte que hay que intentar mantener para meterse toda la presión posible y no relajarse". Recordó que están pendientes cuestiones que afectan a los estudios informativos y declaraciones de impacto ambiental.

"Pero si uno desprecia ese objetivo temporal de conclusión de la línea, al final lo único que conseguimos es relajarnos y lo que no queremos en ningún caso es relajarnos", apuntó. Por ello, apostó por mantener la fecha de 2023, porque permite "esforzarse más y sentirse más presionados".

Sin embargo, con el AVE gallego el ministerio no da ninguna fecha concreta. Y eso que está ya en su fase final, prácticamente ya en periodo de pruebas de seguridad, y a pesar de que la Xunta denunció oficialmente que no entrará en funcionamiento este año y no deja de reclamar un calendario real definitivo.

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