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Los ángeles de la guarda del corazón

Medio millar de voluntarios están dispuestos a atender paros cardíacos antes de llegar la ambulancia guiados por el 061

Alumnos de un colegio de Vigo reciben formación en primeros auxilios del Concello. // Marta G. Brea

Un menor de edad fallecía hace unos días por una parada cardiorrespiratoria. Aunque en su caso los medios funcionaron y había un desfibrilador a mano e incluso habían logrado que recuperarse el pulso cuando llegó al hospital, no hubo final feliz. No obstante, las posibilidades de que sí lo haya se incrementan cuando se actúa cuanto antes, desde el minuto cero, como explican desde el 061. Esa es la razón principal tras programas como "Acude e axuda", impulsado por la Fundación Urxencias Sanitarias Galicia-061, que pone a disposición de toda la comunidad gallega un colectivo de ángeles de la guarda invisibles que están dispuestos a materializarse si se da la urgencia.

¿Cómo funciona? "Acude e axuda", como explica el director del 061, José Manuel Flores, es un programa que promociona el voluntariado de personas formadas en soporte vital básico para que puedan actuar en tanto no lo hacen los dispositivos asistenciales, como una ambulancia, y bajo su guía. En la actualidad, lo que arrancó siendo un programa piloto delimitado al área de Santiago se ha extendido ya por toda la comunidad con la colaboración de cerca de 500 personas que la Xunta espera que "sea muchísimo más amplia" en los próximos años.

Por ahora, los potenciales rescatadores que actúan en primera instancia se han ampliado contando con las sociedades científicas y empresas de ambulancias y similares, donde la Xunta sabe que hay personal en condiciones de manejar un DESA (desfibrilador semiautomático). En el futuro, el Ejecutivo espera que la formación que reciben los niños en los colegios dé su fruto, porque el 061 mantiene con Educación un programa para que niños de 12 años reciban en clase unos principios de las maniobras.

Todos los anotados, explica Flores, reciben en su móvil un aviso en el mismo instante en que a la central de emergencias le llega la noticia de que hay una posible parada cardiorrespiratoria, para que pueda reaccionar la persona que esté más cerca, en un rango de unos dos minutos, indica Flores.

Todo en aras de la "inmediatez". Este voluntario se acerca y hace la reanimación cardiopulmonar mientras llega la ambulancia. En estos meses solo en dos ocasiones se adelantaron a los recursos del 061. "Lo que se hace antes de llegar nosotros, aunque llegamos pronto, es muy provechoso. Desde el minuto cero que alguien tiene una parada, si tiene un soporte de que alguien le dé un masaje cardíaco y se pueda utilizar un DESA garantiza mucho más la supervivencia", afirma.

Aparte de más voluntarios, los gallegos tienen la tranquilidad de disponer de más medios. Desde 2017 es obligatorio la inscripción de los desfibriladores semiautomáticos en un registro que lleva el 061, que anota quién tiene el aparato y quién se encarga de manejarlo, además de sus coordenadas, y le da luz verde. Desde que el decreto que los regula se renovó, en 2017, y a pesar de que recomienda su instalación y no obliga a ello, como sí ocurre en otras comunidades, la cifra de DESA se ha disparado en Galicia un 25%.

A finales de 2017 se contabilizaban 1.217 dispositivos en la comunidad, cuando en 2015 no llegaban a 400. En la actualidad, según el registro, constan "más de 1.500", una cuarta parte más. Y la cifra sería aún mayor, dado que, como apunta Flores, hay quienes hacen los deberes de inscripción tarde porque no son conscientes de la obligación de comunicarlo. Las numerosas altas desde que existe la regulación autonómica hacen que el resultado sea "muy satisfactorio", señala.

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