En 2015 la Xunta selló con las universidades un plan de financiación hasta 2020, dotado con 2.470 millones de euros. Los actuales rectores, sin embargo, ven insuficiente las transferencias que reciben de la Administración autonómica.
Las tasas universitarias,que son una importante fuente de ingresos para los campus, llevan ocho años congeladas por la Xunta. Aunque los rectores están de acuerdo en dar facilidades a las familias, han defendido que se debe compensar a las universidades con más fondos por parte del Gobierno gallego para contrarrestar la pérdida de recursos procedentes de las matrículas.
Pero hay otro factor, que está minando las cuentas de las universidades, el descenso del alumnado. No solo ingresan menos por las tasas universitarias sino que el reparto de fondos recogido en el plan de financiación universitaria se realiza en función del número de estudiantes. Los rectores creen que debería aumentarse la financiación por alumno.
En 2018 se destinaron 420 millones de euros a las universidades, más otra parte que se reparte en función de los resultados. Las universidades están, de acuerdo, con los criterios de distribución de fondos, pero creen que hay que aumentar la cuantía global que la Xunta destina al sistema universitario de Galicia.
En cada apertura del año universitario, la reclamación de mayor financiación para la universidad por parte de los rectores es una constante.En año y medio la Xunta y los responsables de las tres universidades tendrán que sentarse de nuevo a negociar el modelo económico que regirá para los próximos años.
