Galicia abre una vía legal para permitir los conciertos en bares y discotecas

La Lei de Espectáculos Públicos que entró en vigor el año pasado generó cierta alarma en el sector porque entendía que se laminaba la opción de música en vivo en locales pequeños, Sin embargo, la Vicepresidencia de la Xunta maneja ya un borrador para renovar el Catálogo de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas e Establecementos Abertos ao Público, que entre otras opciones elimina los tablaos flamencos de la comunidad, una figura usada por algunos locales para ampliar de forma fraudulenta su horario de cierre ante la inacción municipal, como adelantó FARO.

En lo tocante a los conciertos, la norma mantiene la figura de las salas de fiestas para acoger estos espectáculos, estableciendo como requisito que cuenten con pista de baile, escenario, camerinos y ropero y los cafés-espectáculo, donde veta las pistas de baile. Pero abre nuevas posibilidades. Por un lado, elimina el veto a las actuaciones en directo que están vigentes ahora para las discotecas y por otro introduce dos cambios legales.

El primero es permitir conciertos "de escasa entidad o incidencia" en locales con aforo menor de 75 personas y que no necesiten montar escenario, insonorización adicional o camerinos. El segundo, permitir que "en los establecimientos abiertos al público se puedan celebrar más de un tipo de espectáculo público o actividad recreativa compatible entre sí". Para ello, deberá constar el permiso para esa doble actividad en la licencia municipal o en la declaración responsable que presente el dueño, siempre que haya compatibilidad de horarios y condiciones de insonorización.

¿Abren la puerta estos cambios a que algunos locales sin licencia de sala de fiestas puedan organizar regularmente conciertos? "Nosotros entendemos que sí", explican fuentes de Clubtura, la Asociación Galega de Salas de Música ao Vivo, que celebra la modificación del Catálogo de Espectáculos que acometerá este año la Xunta. Destaca el cambio vinculado a permitir dos actividades por parte de un mismo establecimiento, pero avanzar que es necesario concretar más para adaptar la regulación a las diferencias existentes en Galicia.

"Nuestros socios de Vigo, A Coruña o Santiago no tienen nada que ver en las condiciones de los locales a nuestros socios de Petín, Valga o incluso Ferrol", exponen desde Clubtura. "Si solo se permiten los conciertos es salas en Valga no podrán tenerlos", apuntan sobre las exigencias de roperos o camerinos para negocios de pequeñas localidades. "Hay que hacer viable el sector", reclaman.

Además, durante la tramitación de este decreto propondrán hacer excepciones para locales de cascos históricos como el de Santiago "de especial acervo, para permitir que locales que no son salas acoger actuaciones como tal".

Cuando se apruebe, cada concello dispondrá de un año para revisar las licencias de cada local. Manuel Alonso, de la directiva de la asociación Músicos ao vivo también considera necesario modificar el citado catálogo y "homogeneizar licencias", pues reconoce que la mayor parte de locales que programa conciertos carece de un permiso específico, en muchos casos por problemas burocráticos. El efecto de la nueva norma "dependerá un poco de cómo se aplica a qué licencia se puede acoger cada local", aunque pide añadir un elemento al debate: exigir que se dé de alta a los músicos y artistas en la Seguridad Social cuando se les contrata y poner fin a los pagos en negro.

Por su parte, David Santos, programador de conciertos de Vigo, se muestra más incrédulo y considera la nueva normativa "un ajuste de mínimos". "Dependerá de cómo se aplique", dice antes de pedir una "ley sólida" que permita la música en vivo y dé más facilidades a los locales para celebrarla.