El modelo tradicional de unitaria, con todos los avances en metodologías activas en pleno siglo XXI, está ganando peso entre familias que apuestan por unidades pequeñas, próximas y familiares a centros educativos grandes. El ambiente diario es muy distinto y la relación que se crea entre el alumnado, incluso con el profesor y las familias, también. "Son aulas con muy pocos alumnos, imagina, ocho, diez, quince... comparado con aulas de 25! No tiene nada que ver. Te permite una atención diferenciada", cuentan las profesoras consultadas.

"Trabajamos por proyectos, no tenemos libro de texto. También tenemos una línea novedosa en lógica matemática y hemos introducido robótica", expresa Mónica Martínez, del CRA Raíña Aragonta. En cuanto a la convivencia de distintas edades, las docentes aseguran que en etapas como Infantil es incluso mejor combinarlas: lo ven más positivo para el aprendizaje que separar por nivel. "Se percibe muy bien cuando llegan los niños y niñas de tres años, la adaptación es mucho más rápida precisamente por estar con algunos mayores", expresa. Y unas de las principales diferencias: "la inmensa implicación de los padres".