"Es un tema complejo que no podemos manosear más". Así se expresó José Antonio Marina, pedagogo y catedrático de Filosofía. El autor del Libro Blanco de la Profesión Docente, que escribió para el exministro José Ignacio Wert, se quejó de que no se llevara a cabo la reforma. "Recomendaría a la ministra que si no va a llevar esto hasta las últimas consecuencias no lo empiece", expresó Marina. Se trata de una reforma compleja, con muchas patas, "y todas deben encajar" para que funcione, según los expertos. Por ejemplo, que los docentes reciban formación irá vinculado a que puedan establecer su propia carrera profesional (objetivos, perfil) y a la autonomía de los centros (organización de horarios de los profesores). El periodo de inducción implicará atender a unos 20.000 profesores al año y para eso se precisa un número de centros educativos preparados para dar formación, así como de docentes tutores. Tras la jornada de ayer, en tres meses se tendrá un documento con el punto de partida. La intención mostrada por la ministra de Educación, Isabel Celaá, es tener las bases de la reforma antes de que acabe la legislatura y poder aplicarla para la siguiente.