La entrada y salida de Galicia por el extremo noreste de la comunidad está vigilada por dos nuevos radares de tramo. La Dirección General de Tráfico (DGT) instalará este sistema de vigilancia en el puente de Os Santos, que conecta Ribadeo con Asturias. Su función es controlar la velocidad media a la que pasan los conductores por un tramo determinado.

Sin embargo, este sistema no funciona con radares, como los 16 fijos que tiene la provincia de Pontevedra, sino con cámaras de visión artificial muy parecidas a las que sancionan en los semáforos de algunas ciudades. Según explica la DGT, estás cámaras graban las matrículas de los vehículos al principio y al final del tramo y calculan la velocidad media.

Cómo funcionan los radares de tramo

El procedimiento es el siguiente: las cámaras -una por carril- graban de forma continua a todos los vehículos a la entrada y salida de un puente, por ejemplo. Estos dispositivos están sincronizados por fibra óptica y a través de satélite para que sus relojes marquen la misma hora. Con los datos almacenados, un ordenador 'casa' las matrículas iguales, comprueba los tiempos de paso de cada vehículo y calcula su velocidad media.

El sistema solo sanciona a los conductores que sobrepasen el límite permitido. Una vez detectada la infracción el proceso es igual a las captadas por radares fijos: las imágenes y datos viajan por el cableado de fibra óptica al centro de gestión correspondiente, que tramita la denuncia.

A diferencia de los radares fijos, con el radar por tramo no pasa nada si en algún momento puntual se supera el límite de velocidad permitido. Lo importante es mantener una velocidad adecuada de forma continua a lo largo de todo el tramo. En el caso del radar del puente de Os Santos.