Las carreteras de Vigo y su área metropolitana son las que más vigilancia de radares sufren en toda Galicia. Solo en el acceso a la ciudad olívica a través de la A-55 se pueden contar seis cabinas que vigilan la velocidad de los conductores que entran y salen de la mayor urbe de la comunidad. Más allá de los límites vigueses, en el resto de la provincia, se cuentan 46 dispositivos fijos y móviles, lo que la coloca entre las provincias más vigiladas por la DGT.

El área de Vigo no solo tiene el honor de "disfrutar" de una tupida malla de radares -el futuro radar de tramo en los túneles de A Madroa está a punto de entrar en funcionamiento- sino que en la entrada y salida de la ciudad tiene dos de los radares que más multan en España. Uno es el de la curva de Los Molinos y el otro se ubica en la N-550 a la altura de Os Valos, en Redondela.

Aunque los conductores de Vigo levanan el pie del acelerador cada vez que ven un radar, no todos los dispositivos de vigilancia de las carreteras de Pontevedra se encargan de controlar la velocidad. Ocho cámaras distribuidas por diferentes puntos de Pontevedra vigilan el uso del cinturón de seguridad: dos en la N-552, otros tantos en la VG-20 y el resto, en la N-550, N-556 y PO-11.

Mapa de radares fijos en Pontevedra