El verano empezó flojo para el sector turístico y las perspectivas no eran muy halagüeñas. La mayor estabilidad de la que gozan ahora países mediterráneos competidores con España amenazaba con arrebatar viajeros a Galicia. Sin embargo, el turismo remontó en agosto y rozó una ocupación hotelera del 90 por ciento, en niveles "similares" a los registrados el pasado, según el balance realizado por el Clúster del Turismo de Galicia sobre el periodo estival.

Los resultados alcanzados en 2017 fueron muy satisfactorios y el sector se marcó como hito igualar la demanda del año pasado. Los cinco primeros meses de 2018 arrojaron "buenas cifras de demanda". Pero en junio hubo un ligero estancamiento y luego llegó julio, un mes en el que la climatología no fue propicia. El mal tiempo situó la ocupación hotelera en este primer mes del verano entre un 75 y un 85 por ciento, lo que supone un descenso de hasta diez puntos respecto al mismo periodo del año anterior.

Sin embargo, los días de sol y calor llegaron en agosto y los hoteles gallegos lograron cubrir entre el 85 y el 90 por ciento de sus plazas. El Clúster del Turismo explica, en su informe, que se mantiene la tendencia al "incremento paulatino" del viajero extranjero, aunque aclaran que tampoco hay "grandes diferencias" respecto a otros años.

Entre siete y ocho de cada diez viajeros que visitaron Galicia fueron nacionales y el resto de otros países. Dónde sí se ha detectado un aumento más notable del turismo extranjero ha sido en Santiago, donde los viajeros procedentes de fuera de las fronteras españolas son ya el 45 por ciento de los que visitan la ciudad. El sector también aprecia un leve incremento de visitantes internacionales en la Ribeira Sacra, en Lugo y en Ourense.

La provincia de Pontevedra arrancó el año con un primer semestre "muy positivo", según el Clúster del Turismo. "Incluso superior al del año anterior", apuntan. Pero en julio la ocupación hotelera se situó en un intervalo de entre el 70 y el 85 por ciento. "Sin tratarse de un destino exclusivamente de sol y playa, la demanda es muy sensible a las posibles inclemencias meteorológicas", explican desde el sector. Sin embargo, y aunque las perspectivas eran conservadoras, en agosto los hoteles consiguieron llenar entorno al 90 por ciento de sus plazas.

Los mejores resultados fueron para Vigo y Sanxenxo, donde el Clúster del Turismo de Galicia cifra la ocupación por encima del 90 por ciento "en niveles de 2017 e incluso superiores".

Vigo fue la ciudad con mejores resultados durante los dos meses del verano. De hecho, en julio ya logró una alta ocupación hotelera con un 85 por ciento de camas ocupadas. En agosto la celebración del Marisquiño elevó esta cifra hasta el 90 por ciento.

En similares registros se movió la ciudad de Pontevedra durante el mes de agosto, alcanzando así "los buenos números que obtuvo en 2017". Sin embargo, en esta urbe sí se notó el descenso de viajeros en julio, bajando la ocupación hasta el 65 por ciento en algunos casos.

Dentro de la provincia, donde más se resintió el turismo por culpa del mal tiempo fue en O Grove que registró descensos de hasta el 12 por ciento en el arranque del verano respecto a 2017. En julio los hoteles ocuparon en torno al 73 por ciento de sus plazas. Esta cifra mejoró al entrar agosto y el sector hotelero llegó al 90 por ciento de camas ocupadas.

Además, según explica el Clúster del Turismo de Galicia, en esta zona de O Grove, con un claro predominio del turista nacional, los precios se incrementaron un cinco por ciento de media. En cuanto al empleo, se notó un parón en julio, mientras que en agosto "sí hubo contrataciones".

La meteorología también fue determinante en el caso de Sanxenxo. En julio los hoteles tuvieron hasta un 10 por ciento menos de ocupación por culpa del tiempo inestable. Pero el balance de agosto es "positivo", según apunta el Clúster del Turismo, "con ocupaciones por encima del 90 por ciento, en niveles de 2017 e incluso superiores".

En Santiago de Compostela, a pesar de que mejoró la situación en agosto, no consiguió compensar el descenso sufrido en julio, de manera que "su ocupación hotelera experimentó una bajada en el verano respecto a 2017". El pasado mes se movió en cifras del 80-85 por ciento de plazas llenas y solo puntualmente se llegó al 90 por ciento. Y en julio se situó en el 73 por ciento de camas ocupadas en hoteles. Eso sí, en la capital gallega, meta de los peregrinos, tienen más éxito las pensiones, con hasta un 84 por ciento de ocupación en julio. De hecho, el alojamiento en este tipo de establecimientos sí creció respecto a 2017.

En A Coruña también hubo un retroceso de tres puntos en el conjunto del verano por culpa del mes de julio y a pesar de que en agosto se llegó al 85 por ciento.

En Ourense los hoteles cubrieron el pasado mes el 80 por ciento de sus plazas, en Lugo se rozó el 90 por ciento en la primera quincena y luego bajó al 75 por ciento y en Ferrol se rozó el 90 por ciento. En la Ribeira Sacra, según los datos recabados por el Clúster, se llegó al 85 por ciento.