Las llamas dan una ligera tregua a Ourense. Si anteayer bastaban 13 horas para que el fuego devorase más de mil hectáreas, la situación mejoró un poco ayer al lograr los dispositivos de extinción acorralar o mantener acorralados dos de los principales responsables: el incendio que afectó a Monterrei, que la Xunta dio por controlado a las 12.30 de la mañana de ayer tras arrasar 384,6 hectáreas (57 arboladas), y el que sufrió Castro Caldelas desde el martes, donde las llamas consumieron 265 antes de que la Consellería de Medio Rural lo considerase como estabilizado, a las 18,17 horas del miércoles.

Pero no hay que confiarse. El departamento que dirige Ángeles Vázquez daba ayer por la mañana por estabilizado el fuego que afecta a Chandrexa de Queixa desde el pasado martes y en el último parte, con datos recopilados a las 20,00 horas, tuvo que desdecirse: "El fuego registrado en Chandrexa de Queixa, parroquia de Queixa, ha vuelto a la situación de activo tras su inicial estabilización". Explica la Xunta que las condiciones de calor y viento en la zona "propiciaron" su "reproducción" ayer por la "tarde". A eso se suma, añaden, que la extinción se ve dificultada por "lo escarpado del terreno". El resultado es una superficie dañada por las llamas de "unas 369 hectáreas" pese a que en su control han trabajado siete agentes, hasta 24 brigadas, media docena de motobombas, 4 palas, 11 helicópteros y 6 aviones.

En Ourense también seguía controlado el de Montederramo, que dañó 42 hectáreas, y se daba por extinguido desde las 16,36 horas de la tarde de ayer el registrado en A Pobra de Trives, parroquia de Cova, que afectó a 20 hectáreas.

Otras provincias

En Lugo también recibían una de cal y otra de arena, ya que el incendio que comenzó a las 18,16 horas del miércoles en Folgoso de Courel se dio ayer también por "estabilizado" y el balance provisional es de 35 hectáreas quemadas, y también seguía controlado el de Palas de Rei (30 hectáreas), pero en cambio seguía activo uno declarado a la 01,22 horas de la madrugada del miércoles al jueves en Cervantes que ya había quemado más de 1000 hectáreas en la parroquia de Vilarello pese a disponer de un operativo de cuatro agentes, 21 brigadas, nueve motobombas, dos palas y dos helicópteros.

En la provincia de A Coruña la Xunta daba por extinguido el foco de Porto do Son, parroquia de Nebra, tras arder 20,33 hectáreas.

La conselleira do Medio Rural, Ángeles Vázquez, cree que la jornada fue de "tranquilidad" tras tres días "de mucha intensidad" incendiaria pero lamentó el carácter "intencionado" de muchos fuegos y puso de ejemplo el de Cervantes, donde hubo "tres intentonas en la misma zona en dos días". El regidor del municipio lucense, Benigno López, también está convencido de que los últimos fuegos en su localidad fueron "provocados".