Tener una carrera mejora las expectativas laborales, aseguran las estadísticas, pero no siempre en la dirección marcada por los estudios. A veces hay que optar por puestos por debajo de la cualificación para capear la escasez de oportunidades. En esa dirección apunta el hecho de que un 28,3 por ciento de los titulados universitarios gallegos se sienta sobrecualificado para el puesto que desempeña. Al menos así lo consideran cuando les preguntan. Ese es el porcentaje que aparece bajo la casilla de quienes consideran "no necesario título universitario" para lo que hacen y que también incluye aquellos que manifiestan una sobreeducación autopercibida, según recoge un informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo.
El porcentaje de jóvenes titulados que considera que su formación es demasiado elevada para el trabajo que realiza es superior en Galicia a la media estatal en tres puntos, pero tampoco es la comunidad donde más extendida está esa percepción. La comunidad gallega ocuparía el quinto lugar en un ranking que estaría liderado por Extremadura, donde admite esa sensación un tercio de los titulados universitarios empleados (33,5%). Es lo contrario de lo que ocurre en Navarra, donde son menos quienes detectan un desequilibrio entre su formación y su ocupación laboral (un 18,3 por ciento).
En muchos casos el trabajo ejercido sí tiene que ver con los estudios. Un 77,3% de la población gallega con enseñanza superior universitaria contratada reconoce que trabaja en una especialidad de su área de estudios o en algo que está relacionado, aunque no necesariamente eso quiere decir que su tarea requiera el nivel de formación que alcanzaron. En España el porcentaje de quienes tienen un empleo que tiene que ver con lo suyo es idéntico -un 77,3 por ciento-, pero está siete puntos por debajo de los que puedan realizar esa afirmación en Navarra (84,6 por ciento).
Irse fuera
En el análisis de indicadores de inserción laboral que recopila el estudio, que alude a una encuesta publicada por el Instituto Nacional de Estadística, permite constatar también que la formación no garantiza quedarse cerca de casa. Así, un 8,8 por ciento de los jóvenes titulados gallegos asegura esta trabajando en el extranjero, mientras que otros no tienen que facturar la maleta para otro país; les basta ir a otra comunidad. En ese caso están un 22,9 por ciento. Ambos porcentajes suman un 31,7 por ciento, lo que en la práctica implica que un tercio de los titulados formados en las universidades gallegas, financiadas con fondos autonómicos, desarrolla su actividad fuera de Galicia.
La encuesta recogida por la Fundación Conocimiento y Desarrollo en su informe "Las universidades españolas. Una perspectiva autonómica. 2016" también revela que los titulados contratados gallegos en la modalidad de prácticas, formación o, más llanamente, becarios, suponen el 16,5 por ciento del total. Aunque el porcentaje sea similar a Asturias es 4,5 puntos superior al estatal y sitúa a Galicia como la cuarta donde más graduados tienen que conformarse con esta modalidad precaria de contratación.
Asimismo, un 34,7% es asalariado con contrato temporal, también por encima de la media del Estado (33,9%), aunque solo otras cuatro autonomías tienen datos mejores. Por lo que respecta a la tasa de paro en este colectivo, sería del 22,8%, la sexta más elevada de todas las autonomías, cuya media es 19,2%.
