Uno de los efectos colaterales pero en absoluto desdeñables de la venta de la operadora Ono a Vodafone es la jugosa bonificación que se llevarán los directivos de la primera operadora. Según fuentes conocedoras de la negociación, José María Castellano, presidente de ONO, y su equipo se embolsarían 200 millones de euros en bonos.

El diario digital El Confidencial reveló que la dirección de ONO disfrutaba de un plan de incentivos por el cual si sacan a bolsa la firma o la venden a terceros y en consecuencia hay "un evento de liquidez" eso sí antes del 31 de diciembre de 2017 tienen derecho a ese plus económico. El número de beneficiarios de esta cuantiosa gratificación es una incógnita, pero es reducido y como mínimo entre los agraciados se encontrarían el propio José María Castellano y su número dos en Ono, Rosalía Portela.

Ésta es una las principales razones por las que Castellano cuando negociaba su desembarco en Novagalicia Banco exigía que la dirección de la entidad financiera no fuese incompatible con la presidencia de la operadora. Se trataría de no renunciar a un cuantioso bono. En su negociación para dirigir NCG, finalmente, logró que se le aceptara esta condición sine qua non. Curiosamente, Castellano reconoció desde un primer momento que no sabía nada de banca y que debía empezar desde cero. Sin embargo, pese a esa obligación autoimpuesta de dedicarse al negocio bancario para ponerse al día, en ningún momento dejo de compaginar la responsabilidad al frente de NCG Banco con la presidencia de la operadora Ono.

Tras la venta de NCG Banco a los venezolanos Banesco, el FROB, que todavía controla la entidad financiera, decidió destituir a Castellano y luego darle un cargo de representación institucional mientras no se culmina el traspaso a su nuevo dueño.