Las medidas de austeridad impulsadas por Alberto Núñez Feijóo desde su llegada a la Xunta en 2009 han creado escuela dentro del PP y el líder nacional del partido, Mariano Rajoy, no iba a ser menos. De hecho, la política de recortes en el gasto público, que se está aplicando en Galicia, se ha convertido en una de las propuestas claves de su programa electoral para las próximas elecciones generales. "Es preciso la austeridad como ha hecho la Xunta. No se puede gastar más de lo que se tiene", advirtió ante los 315 alcaldes y portavoces del PP en los ayuntamientos gallegos, con los que ayer almorzó en Santiago.

Rajoy, que se mostró orgulloso de los resultados electorales obtenidos en Galicia en las elecciones municipales del pasado 22 de mayo, explicó que el plan de austeridad de Feijóo ya comienza a aplicarse en otras comunidades gobernadas por el PP. El caso más claro es el de Castilla La Mancha donde su nueva presidenta, María Dolores de Cospedal, pondrá en práctica medidas ya impulsadas en estos dos últimos años en Galicia como la supresión de entes públicos o la reducción de altos cargos.

"La austeridad es decisiva para generar crecimiento económico y que los españoles recuperen la confianza en el país", apuntó Rajoy. Fue su propuesta más concreta para sacar a España de la crisis económica. Tras descalificar al Gobierno de Rodríguez Zapatero del que dijo que "no tiene ninguna credibilidad", "es provisional y está en funciones" y además se encuentra "deteriorado y es incapaz de generar confianza", el presidente del PP nacional enumeró las seis propuestas claves que llevará en su programa de gobierno. "La primera será favorecer el crecimiento económico y crear empleo", citó sin entrar en más detalles. En segundo lugar, abogó por reformar el sector público al estilo de lo hecho en Galicia por Feijóo. El tercer punto es el fortalecimiento institucional del país. Su cuarta promesa alude al mantenimiento y mejora del estado de bienestar. También considera prioritario una mayor proyección exterior de España y reforzar el sistema educativo.

Y en el ámbito económico el líder del PP defendió además "menos intervencionismo" en los mercados así como simplificar la legislación existente:"menos reglamentos, menos decretos...".

Rajoy se erigió en "catalizador" del "clamor" que, en su opinión, existe en España y que demanda un "cambio político". Ese cambio debe ser "ya", porque, en su opinión, cuánto más se tarde, más difícil va a ser salir de la crisis.

El líder del PP nacional prometió un "gobierno serio" y con "coraje" y lo contrapuso a la actual gestión de los socialistas en la Moncloa. "Y los que nos trajeron hasta aquí ahora se ofrecen voluntarios a arreglar los problemas de los españoles después de haber estropeado España", recriminó en alusión a las propuestas del candidato del PSOE a las próximas elecciones, Alfredo Pérez Rubalcaba.

"Yo os aseguro que vamos a salir de aquí", sentenció en presencia de la plana mayor del PP y de los representantes populares en los 315 municipios a los que pidió que no se relajasen tras los buenos resultados del 22-M. "No bajéis la guardia", aconsejó.

Comida

Además del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, Rajoy compartió mesa ayer en Santiago con el conselleiro de Presidencia y secretario xeral del PPdeG, Alfonso Rueda, la coordinadora de Participación Social del PP, Ana Pastor, el tesorero del partido, Romay Beccaría, el portavoz parlamentario de los populares gallegos, Puy Fraga, la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, los secretarios del PP de Ourense y Lugo, José Manuel Baltar y Xosé Manuel Barreiro, el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, los alcaldes de Santiago, Ferrol y A Coruña y los portavoces municipales de Pontevedra, Telmo Martín, Ourense, Rosendo Fernández, y Lugo, Jaime Castiñeiras. Solo faltó en la mesa central algún representante municipal de los populares vigueses.

No faltaron tampoco los conselleiros de Educación, Jesús Vázquez, y Medio Ambiente, Agustín Hernández, así como el presidente de la Diputación de A Coruña, Diego Calvo.

A su llegada a la Plaza do Obradoiro, donde Rajoy fue recibido por el nuevo alcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa, fue saludado por numerosos peregrinos, turistas y ciudadanos que se agolparon en torno al líder del PP nacional.