Las protestas vecinales contra el proyecto de ampliar el perímetro de seguridad del cuartel de la Brilat en Figueirido (Pontevedra) acabaron ayer en refriega: hubo una carga policial y dos personas resultaron heridas. Medio millar de vecinos de las comunidades de montes de Vilaboa, Figueirido, Postemirón, Lourizán y Salcedo, de las parroquias afectadas en Pontevedra, Marín y Vilaboa, así como el alcalde de esta localidad, el socialista José Luis Poceiro, participaron en la manifestación ante la base de la Brilat, que ayer celebraba precisamente el día de la patrona de Infantería. La concentración, autorizada por la Subdelegación del Gobierno, degeneró en una carga policial contra los manifestantes, como reacción a su intento de llegar hasta la puerta principal del acuartelamiento.

Dos personas heridas, una de ellas trasladada en ambulancia al hospital de Montecelo, fue el resultado del enfrentamiento entre manifestantes y agentes de Policía, si bien los testigos coincidieron en denunciar que fue un soldado, asignado a la Policía Militar, el que agredió a la mujer herida. La víctima sufrió un desmayo después ser golpeada. En el momento de ser trasladada sangraba por la boca. Tras ser atendida en el centro sanitario, la mujer presentó una denuncia en la Comisaría de Pontevedra.

"Brilat fuera", "Chacón dimisión", o "Militares: parásitos sociales" fueron algunas de las consignas que corearon los vecinos que se oponen a la ampliación del perímetro de seguridad por el cual se reserva un franja de 300 metros de ancho en todo el contorno de la base.

Esta afección incluye a 160 viviendas y otras muchas fincas y parcelas en las que los propietarios no podrán hacer ninguna actividad sin autorización expresa del cuartel. La titularidad de esas propiedades no cambia, pero sus dueños se verían obligados a requerir un permiso para cada obra que realicen en su vivienda o para la tala de árboles.

El alcalde de Vilaboa, José Luis Poceiro, acudía como autoridad invitada a la celebración del día de la Inmaculada Concepción en la base, pero decidió quedarse fuera, entre sus convecinos, en apoyo a la protesta. "Es lamentable que ocurra esto", dijo Poceiro en alusión a los episodios de violencia durante la concentración, "pero después de lo de hoy el ministerio debe tomar cartas en el asunto y sentarse a dialogar".

Los enfrentamientos entre manifestantes y agentes de la Policía Nacional y Militar se produjeron apenas pasados diez minutos del inicio de la movilización. Los vecinos se negaron a permanecer acotados y divididos en dos grupos en las carreteras de acceso a la base militar desde Pontevedra y desde Vilaboa y entonces se propusieron acercarse hasta la entrada del cuartel, por lo que se abalanzaron sobre el cordón policial.

En ese momento se solicitaron refuerzos, ante la evidencia de que los escasos funcionarios desplazados hasta la base se veían incapaces de controlar al medio millar de personas allí concentrado.

Los dos grupos iniciales de manifestantes, uno en la carretera de acceso a la base desde Salcedo y otro en la de Figueirido, se unieron finalmente ante la puerta principal del acuartelamiento, donde corearon sus consignas contra los militares y abuchearon a los invitados que iban accediendo a la base, por lo que se sucedieron momentos de gran tensión entre los manifestantes y las personas que accedían a la base castrense para asistir a las celebraciones.