La publicación de las balanzas fiscales divide España entre comunidades ricas y comunidades pobres, pero también marca distancias entre los partidos, incluso entre socios de gobierno. En esta ocasión, las posiciones de PSOE y PP son más cercanas que entre socialistas y nacionalistas.

El vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, lanzó ayer su voz discrepante para denunciar que el Gobierno español quiere con estas balanzas difundir la idea de que "Galicia es pobre y tiene que vivir de la caridad del Estado", lo que "está lejos de la realidad". El líder nacionalista discrepa de la metodología del Ministerio de Economía, y sostiene que, según datos de 2006, los gallegos ingresaron vía impuestos en el Estado más de 11.000 millones de euros, mientras que el Gobierno central devolvió a la comunidad apenas siete mil millones, vía transferencias e inversiones. Inmediatamente, el PSdeG ofreció una versión contraria y salió en defensa del reflejo que de Galicia ofrecen las balanzas elaboradas por un equipo de 25 personas. El coordinador de los socialistas gallegos en el Congreso, Antón Louro, aplaudió "el ejercicio de transparencia" del Ejecutivo de Zapatero y aseguró que "ni Galicia es un país pobre ni necesita de la caridad del Estado ni el Gobierno pretende vendernos esta historia".

Para el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, las balanzas fiscales evidencian que "Galicia necesita que haya una sola nación fuerte y solidaria, en lugar de un conjunto de naciones egoístas que se sacan el dinero las unas a las otras".

Para el líder de la oposición gallega, el superávit fiscal de Galicia le refuerza en su convicción de que el Partido Popular debe defender "cada día más la cohesión territorial".