X. A. Taboada / Santiago

El Gobierno gallego se ha propuesto reducir las emisiones de gases con efecto invernadero producidas por el sector del transporte, la agricultura, la pequeña y mediana industria, la gestión de los residuos y el consumo doméstico, un conglomerado de actividades que en Galicia generan el 52% de las emanaciones de CO2, el principal gas responsable del cambio climático. Para ello, la Xunta ha diseñado un plan que involucra a todas las consellerías en el que se prevé gastar 347,6 millones de euros y cuyo objetivo es reducir de aquí a 2012 las emisiones a la atmósfera de 12,25 millones de toneladas de CO2, a un promedio de 2,45 millones cada año.

Las grandes industrias, 61 en total, quedan al margen de este programa, porque sus emisiones de gases de efecto invernadero ya se regulan por el Protocolo de Kyoto y siguiendo el Plan Nacional de Asignación, que establece los límites para cada empresa.

Tomando como referencia 2006, Galicia envió a la atmósfera 34,5 millones de toneladas de CO2, de los cuales 17 corresponden a las llamadas emisiones difusas, aquéllas producidas por toda la actividad que se registra en Galicia menos la atribuible a la gran industria.

"Es un compromiso inequívoco de Galicia para evitar los riesgos del cambio climático", subrayó el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, en la presentación del "Plan Galego de Acción frente ao Cambio Climático". Con esta iniciativa, Galicia se coloca como la cuarta comunidad autónoma con planes autonómicos propios para mitigar la emisión de CO2.

Más que reducir, lo que este plan permitirá hacer será contener el aumento de las emanaciones de gases de efecto invernadero. Para ello, la Xunta propone 51 acciones en las que también se tratará de involucrar a los ayuntamientos y a las diputaciones provinciales y también a los ciudadanos y a pequeñas empresas de forma voluntaria.

Entre las acciones anunciadas, que contarán con apoyo económico de la Administración, figura la renovación del parque de vehículos en el ámbito público y privado, el uso de biocombustibles, el fomento del transporte público, tanto por carretera como por ferrocarril, la aplicación de las normas del hábitat, la mejora de las instalaciones térmicas de los edificios existentes, la introducción de la madera en la construcción de viviendas, la renovación del alumbrado público, la reducción de la utilización de fertilizantes sintéticos o la promoción de electrodomésticos eficientes.