Estudiar una carrera, un máster, comenzar un doctorado, apuntarse a unas oposiciones... Nos pasamos la vida formándonos, estudiando, sin reparar en la otra cara de la moneda: prepararnos para la vida de verdad.

Y es que, como ya adelantaba Claudia Bruna a FARO, "a veces hace falta un examen, un carnet de padres". Por eso, además de su ponencia en la conferencia "El valor de ser diferente", la coach educativa impartirá un taller en el VI Foro de Educación este mes de septiembre.

Con "5 habilidades de coaching para generar niños seguros y felices", Claudia Bruna compartirá con los participantes una serie de herramientas que nos ayudarán en esa tarea tan importante y para la que, a veces, no nos sentimos preparados.

Y es que los objetivos y resultados que aporta el coaching educativo son variados: conseguir establecer límites, un mejor comportamiento, la gestión de las tareas de la escuela, evitar conflictos entre hermanos... Todos procesos que implican conciencia y cambio.

Escuchar, comprender, confiar... Comunicar

Y es que el coaching, esa palabra tan "de moda" ahora, supone sacar lo mejor de nosotros mismos. Y eso implica inevitablemente optimizar nuestras fortalezas, pero también detectar nuestras limitaciones.

Una habilidad muy importante para optimizar esas fortalezas es saber escuchar. "Siempre me dicen 'pero si yo ya sé escuchar!' y es necesario darnos cuenta de lo importante de hacerlo activamente", comenta Claudia, que nos da una clave tan sencilla como preguntar: "Solo tenemos que acercarnos y decirles '¿qué es lo que necesitas de mí?' Y escuchar su respuesta. Ver si necesitan simplemente ser escuchados, si necesitan que les hagamos reflexionar, que les demos una opinión..."

Porque detalles tan pequeños como coger el teléfono o ponernos a hacer otra cosa mientras un niño o niña nos cuenta su día le impacta más de lo que creemos, un impacto que en edades tempranas puede marcar su autoestima, ya que el mensaje que damos es "no me interesas, no me importas".

"Si crees que va a pasar, pasará"

Atender a su lenguaje corporal (ya que a los más pequeños les cuesta comunicar verbalmente las cosas), detectar necesidades y, sobre todo, no proyectar en ellos nuestras frustraciones, son puntos clave detrás de la gran carta: creer en ellos. Lo que conocemos como efecto Pigmalión.

"Motivarlos y apoyarlos es vital para un desarrollo feliz y seguro"

De hecho, muchos de nosotros podemos tratar de recordar aquellos momentos en los que la influencia positiva de un adulto nos ha ayudado a ser quién somos, a alcanzar nuestros sueños: decidir qué estudiar, qué camino tomar... acompañados en la victoria y en los fracasos.

Este apoyo en sus pasos también implica no tener miedo a dejarlos caer cuando es necesario. "No podemos dejarnos llevar por la sobreprotección. Si no estudia, que suspenda, y es entonces cuando hablamos con él y nos cuestionamos '¿Qué ha pasado? ¿Por qué? ¿Qué podemos hacer para que no vuelva a suceder?"

Se crea así una unión basada en el compromiso y la confianza, creando alianzas familiares.


VI Foro de Educación


Vuelve el mayor encuentro de toda la comunidad educativa gallega: padres, docentes, pedagogos...
Más información

Compromiso sin premios ni castigos

Estos "pactos" son una forma de hacerles partícipes en las tareas relativas a la familia, fomentando el desarrollo de su responsabilidad: "Son cosas como poner la mesa o lavar los platos, que muchas veces se fomentan con la idea de "si lo haces, te compro un juguete', 'si no lo haces no puedes ver la tele'. Pero ellos también son miembros de la familia, también tienen que participar de forma activa, y por eso tenemos que aludir al compromiso. Lo entienden, son inteligentes."

En definitiva, en "5 habilidades de coaching para generar niños seguros y felices", Claudia Bruna aportará herramientas con las que podrás descubrir quién es realmente tu hijo y cómo ayudarle lejos de los castigos, mejorando la comunicación familiar y siendo mucho más felices.