Entrevista | Cristina Almeida Abogada, Presidenta del Club de las 25

“Al feminismo se le está atacando por todos los lados”

“Hay unos pasos hacia atrás que tenemos que evitar, luchando para no perder derechos ya adquiridos que ante cualquier crisis pueden caerse, bien dándolos por supuestos o bien quitándolos”

Cristina Almeida intervendrá el 15 de abril en el Club FARO.

Cristina Almeida intervendrá el 15 de abril en el Club FARO. / FDV

La abogada y política Cristina Almeida es un referente en la lucha por la igualdad y los derechos de la mujer desde el período del tardofranquismo y la Transición a la democracia hasta la actualidad. La asociación feminista que preside, el Club de las 25, está impulsando un proyecto de recuperación de la memoria de las mujeres que lucharon desde 1965 a 1975 por lograr conquistas que hoy podríamos perder, según indica. Estará en Club FARO el lunes 15 de abril.

– ¿Por qué considera necesario ahora hacer un trabajo de recuperación de la memoria de las mujeres que contribuyeron a la democracia y la lucha por la igualdad en la última década de la dictadura franquista?

– Aunque las mujeres no estuvieran directamente presentes como madres de la Constitución, de hecho se habla de padres, sí participaron de una manera muy abierta en la lucha política por la democracia, que entonces estaba muy unida a la batalla de muchas mujeres para que la Constitución reflejara su lucha. Para nosotras es muy importante unir ambas luchas, la de la democracia con la feminista, era una lucha para que todos los derechos de la Constitución llegaran a nosotras.

– El hecho de que se hable de padres de la Constitución indica que las mujeres estaban trabajando a la sombra?

– Claro, y además hubo una oposición a que metiéramos determinados derechos que habíamos tenido en la República en 1931, como el del divorcio, que no lo pudimos recuperar hasta 1981, bastante avanzada la Constitución.

– ¿Qué suponía ser feminista entre 1965 y 1975 en España ?

– En una primera fase no se hablaba de feminismo, sino de lucha de las mujeres, aunque sí había algunos despachos que se llamaban feministas, como el de Cristina Alberdi, que solo llevaba temas de mujeres. Yo trabajaba en un despacho laboralista y por lo tanto nuestra lucha abarcaba muchas más cosas, teníamos que atender a los trabajadores y a los presos políticos, era una lucha por la igualdad y ahí entraba que las mujeres empezáramos a tener ese espacio que no teníamos. No se decía la palabra feminismo como tal, pero sí hablábamos de que las cargas tenían que ser repartidas en la sociedad de otra manera. Nuestro despacho era igualitario, en el sentido de que las mujeres y hombres que trabajábamos ahí teníamos los mismos derechos. En esos años a las mujeres nos consideraban disminuidas, de segunda clase, teníamos que tener el permiso del marido para tomar cualquier decisión, al contraer matrimonio la sociedad cedía al hombre el derecho de la mujer, que además tenía que asumir con las cargas familiares.

– Estamos hablando de una época en que la educación obligatoria no era un derecho para la mujer y sin embargo usted estudió Derecho en la universidad.

– Y cuando murió el socio con el que monté el despacho me quedé como de jefa, aunque nunca me sentí así, yo decidía quién entraba, los sueldos ( todos nos poníamos el mismo salario), me consideraba como una persona responsable de todo aquello. Pero la sociedad, que iba con atraso, nos consideraban a las mujeres de menor calidad. Eso para mí fue un choque tremendo. Descubrí la igualdad mucho antes que el feminismo, que luego fue el arma que tuve para luchar por la igualdad. En una ocasión intenté denunciar al director de la cárcel de Jaén porque no me dejó entrar a ver a unos presos en huelga de hambre, como yo me acababa de casar, me di cuenta de que mi marido se había quedado con todos mis derechos. Entré en la facultad en el año 1961, en 1964 estaba ya en el Partido Comunista y ahí empezaron los choques entre la política y el feminismo.

"Las mujeres sí participamos de manera muy abierta en la lucha política por la democracia, para que todos los derechos de la Constitución también llegaran a nosotras"

– ¿A sus compañeros del partido comunista les costaba ver que la mujer debía tener igualdad de derechos?

– Por supuesto, porque ellos estaban educados en el machismo y el patriarcado, los tuvimos que educar nosotras luego. Cuando quisieron cambiar la sucesión de la corona pusieron una enmienda que obligó a quitar la UCD , y las mujeres parlamentarias tuvieron la valentía de salir todas del hemiciclo cuando se iba discutir ese artículo para no tener que votarlo, había que decirles a los hombres “oye, aquí estamos todos en nuestra lucha de la igualdad, que parece que no es la vuestra”.

– Salvando el hecho de que procedíamos de una dictadura, ¿qué diferencias encuentra en la lucha feminista de esa época y la actual?

– En aquella época las mujeres queríamos tirar para adelante, quitar todas las trabas que teníamos en el ejercicio de nuestra profesión, lo que había era un monopolio de hombres con traje y corbata que no entendían la igualdad de la misma manera que nosotras. Ahora estamos una época de tirar para atrás. A la extrema derecha lo que más les preocupa en estos momentos es la memoria histórica y la igualad de las mujeres. Hay verdaderos ataques a todas esas conquistas y me da la impresión de que eso está haciendo mella en el feminismo; en estos momentos hay unos pasos para atrás que tenemos que evitar totalmente, luchando para no perder derechos ya adquiridos que ante cualquier crisis se caen, bien dándolos por supuestos o bien quitándolos expresamente. Al feminismo en estos momentos, por ser un movimiento muy importante y haber tenido las mayores repercusiones en la calle, se le está intentando atacar por todos los lados. Ya vemos ahí la lucha con los trans, que yo creo que está perjudicando al feminismo de verdad, porque están metiendo en medio luchas que no son las de las mujeres. Hay peligro de que retrocedamos en derechos, por eso a la conferencia que daremos en Vigo la titulamos “Mujeres en lucha” .

– ¿Diría que la judicatura es machista?

– En 1979 las mujeres no podíamos ser juezas, pero ahora están entrando en masa y eso se está viendo en los juzgados de violencia de género, donde ofrecen otra mirada sobre el problema.

– Con el juicio de La Manada y las reducciones de condenas a agresores sexuales tras la ley del solo sí es sí una parte del feminismo atacaba a mentalidades machistas de jueces la interpretación de la ley. ¿Concuerda o cree que se debe a fallos en el texto de la legislación ?

– Esa ley es muy importante, pero estuvo mal planteada, al unir el abuso a la agresión es normal que tuviera que haber revisiones de condenas; la plantearon como intocable y no habría que oponerse a reconocer esos fallos y cambiarlos, pero hay jueces que en muchas resoluciones han ido tocarla y a atacar a las personas que la hicieron, a Irene Montero y a una serie de mujeres. Creo que ha habido un ataque tremendo a una ley cuyo fondo era importantísimo: el de saber que nuestra libertad está por encima de los deseos de otros, de que las mujeres no tengamos que estar justificando siempre nuestras relaciones y que además tengamos derecho a que no nos quieren comprar, como en el caso de Dani Alves, que sí indemnizaba a la víctima parece que ya no había delito. El otro día estuve viendo el documental ”No estás sola”, dedicado a La Manada, y fue increíble la movilización de mujeres que salimos a las calles el día que conocimos la sentencia a decir “yo sí te creo”, nos salió de dentro, de nuestro dolor de que alguien pensara que alguien puede usar tu cuerpo y dejarte tirada, y que alguien considere que eso es sexualidad. La sexualidad hoy tiene que pasar por la educación de los afectos y no en la reproducción de la pornografía donde están aprendiendo los chicos.

– También se llenaron las calles de mujeres dos años durante el 8M, con seguimiento notable a la huelga feminista, y ahora hay dos convocatorias separadas, ¿le desilusiona esa división?

– En primer lugar hay que decir que el movimiento feminista y las leyes de violencia de género que hemos hecho aquí en España nos han puesto en cabeza. Ahora se han metido otros que quieren que el 8M pierda el sentido por el que fue concebido. Por eso nos centramos desde el club de las 25 en defender las conquistas de las mujeres. Yo he luchado desde que éramos cuatro gatos y nos tiraban encima huevos. El 8 M es nuestra fiesta, nuestro proyecto de reivindicar la memoria feminista es precisamente para saber que ha habido un grado de lucha más importante que nos ha llevado a todas a sentir que teníamos algo más nuestro, solo nuestro.

"Como feminista no puedo pensar que la prostitución sea un trabajo cualquiera, es una explotación en la que cedes tu libertad al otro"

– Dos debates con posiciones opuestas en el seno del feminismo son la abolición de la prostitución y la maternidad subrogada.

– Los vientres de alquiler son una forma más de imponer que el derecho a ser padre te permite hacer lo que sea para conseguirlo, en vez de buscar otras soluciones. Respecto a la abolición, que la han sacado ahora del cajón donde la tenían durante años, la prostitución no es lo que algunos nos quieren vender, que son unas trabajadoras sexuales libres. Dicen que vender tu propio cuerpo es parte de tu libertad, pero cuando lo vendes cedes tu libertad para dársela a ellos, por lo tanto cuando defendemos abolir la prostitución nos tenemos que dar cuenta de que más del 80 por ciento, y me quedo corta, son víctimas de trata, que es una forma de explotación fuera de los derechos humanos. A lo mejor hay cuatro que prefieren vender sus cuerpos a fregar escaleras y piensan que están haciendo lo que ellas quieren, cuando la realidad es que hacen lo que quieren los otros. Yo como feminista no puedo pensar que eso sea un trabajo cualquiera, es una explotación fuerte que será aprovechada por otros para generar dinero.

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