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Septuagenarios contra el gueto cronológico

En una sociedad que les relega a un segundo plano una vez acabada su etapa laboral, personas mayores de 70 años demuestran que el envejecimiento activo no se limita a ir a clases de gimnasia de mantenimiento y a excursiones, sino a participar en proyectos vitales de gran utilidad para la comunidad y para sí mismos

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De izq. a dcha. y de arriba a abajo: Jacinto Barreiro, Alfonso Tellado, Tito Ucha, Manolo Conde, Teresa Martínez, Beny Fernández y Xaime Fandiño

“Al jubilarte pasas de tener una actividad en que estás todo el día al teléfono, recibiendo correos electrónicos y lo raro es comer en casa a que el teléfono suene cada vez menos, hasta que llega un día en que vas a ver si está averiado porque no has recibido llamadas. Y comer fuera es la excepción”. Así resume el expiloto Beny Fernández cómo vivió sus primeros años tras retirarse de la vida laboral y comprobar cómo la sociedad va apartando a la población “no productiva” de una participación activa. El cuidado de los nietos, los paseos, las visitas a las obras, los viajes a balnearios o a destinos como Benidorm y las clases de gimnasia de mantenimiento parecen ser las únicas propuestas que se les ofrecen a una parte de la población - la de una edad superior a 65 años- que en Galicia representa un 25,6 del total.

Pero los tiempos han cambiado, la calidad y esperanza de vida han mejorado y los intereses e inquietudes de los septuagenarios de hoy en día no son los mismos que hace una década. Hablamos en este reportaje con siete de ellos que se muestran muy activos en diferentes proyectos.

Manolo Conde

Manolo Conde, presidente del club Casa Paco de Redondela. / Marta G. Brea

Manolo Conde, muy conocido en Redondela por ser el presidente del club de fútbol Casa Paco y asiduo en todo cuanto evento cultural, deportivo o social se celebre en la villa, echó el cierre en enero de 2015 al negocio familiar de restauración al que estuvo atado toda su vida, desde niño, y se mudó a un piso en el centro de la localidad de los viaductos, junto al Ayuntamiento. “Ando todo el día rodeado de gente a la que le doblo la edad, creo que no soy consciente de que voy camino de los 72 años”, comenta. Y es que Manolo Conde aprovecha su retiro laboral para hacer cosas que no podía cuando trabajaba, como ir a fiestas, eventos, inauguraciones, exposiciones y demás actos a los que le invitan.

"Madrugo lo que sea, pero a la noche quiero venir a casa a estar tranquilo. Será por todo lo que trabajé de madrugada”

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En su agenda diaria no cabe el aburrimiento. “Me levanto a las 8, desayuno en ‘El Guay’ leyendo la prensa, me paso por las oficinas del club -hay ocho equipos que entrenan todos los días y juegan los fines de semana-, me dedicó a las plantas, que es mi hobby, voy a eventos, no paro en todo el día. Lo que sí cambié es la actividad nocturna: madrugo lo que sea, pero a la noche quiero venir a casa a estar tranquilo. Será por todo lo que trabajé de madrugada”, dice.

El club que preside y que el año pasado cumplió 40 años integra a un centenar de niños que practican fútbol sala y participan en diferentes proyectos socioculturales de Redondela. “Me gusta que Casa Paco esté involucrado en todos los eventos del pueblo -Reyes, Maios, Festa do Choco, el Artelixo,...-”. A nivel benéfico, realizan la recogida de alimentos para Caritas y de ropa y material deportivo para la ONG Da Man de ayuda al Senegal que preside la pediatra redondelana Pilar Martínez.

Tito Ucha

Tito Ucha

“Una sociedad que no respeta a sus mayores está condenada a no avanzar”. Así de tajante se manifiesta Tito Ucha, ingeniero naval retirado que desarrolló su vida laboral en diversas empresas como Ascón, una de frío industrial en Ponteareas, donde fue director, y en los últimos años como hombre de empresa. Combinó durante muchos años su actividad profesional con su activismo sindical en CC OO, donde fundó Comisións Mariñeiras y desempeñó diversos cargos, el más reciente el de secretario general del sindicato comarcal de pensionistas de CC OO en Vigo. A sus 74 años continúa colaborando en el sindicato, reivindicando mejoras en las pensiones, en el ámbito asistencial y en la ley de dependencia.

"Es necesario que la gente jubilada no sea pasiva ni una carga, sino útil, y la sociedad no está preparada para ello”

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“Antes la gente se jubilaba después de una vida laboral muy intensa y a los pocos años fallecía; ahora la esperanza de vida ha aumentado y tras el retiro laboral la expectativa de vida es de veinte años (y en 2050 será de 30 porque calculan que se llegue a una media de 95 años). Es necesario que la gente jubilada no sea pasiva ni una carga, sino útil, y la sociedad no está preparada para ello”, comenta. A nivel económico, “hubo un intento perverso de cambiar el sistema de pensiones cuando el PP en 2013 planteó su reforma, que preveía que en lugar de cobrar el 80% de tu salario percibieses el 50% y quien quisiera más, que se suscribiera un seguro privado”, comenta.

En el ámbito asistencial, Tito Ucha menciona la ley de dependencia aprobada en 2006 y “llamada a garantizar una vejez digna a la gente con dependencia”. “Eso se llamó el cuarto pie de la sociedad de bienestar, basada en la educación, sanidad y pensiones públicas. A diferencia de las tres primeras, que son mayoritariamente públicas pese a los repetidos intentos de privatizarlas, nos encontramos con que el 80% de las residencias están en manos privadas, normalmente de fondos buitre que encuentran un negocio donde el estado le garantiza clientes y dinero. Eso hay que corregirlo, al igual que las prestaciones que te dan por dependencia, que en muchos casos llegan cuando ha muerto la persona que las ha solicitado”, explica Ucha.

“Crear un consello galego de personas mayores para que participemos en el ámbito de la administración y aportemos ideas"

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En lo que se refiere al plano cultural y de participación social, Ucha destaca la necesidad de “crear un consello galego de personas mayores para que participemos en el ámbito de la administración y aportemos ideas sobre la función y el papel que estamos haciendo ahora como soporte de la sociedad, cuidando a nietos y ayudando económicamente a nuestras familias, y cómo debe cambiar el modelo para que aportemos más cultural y socialmente”.

Este ingeniero naval y sindicalista no es solo activo en CC OO, donde además participa en el coro Cantos de Libertade, integrado en ACOPOVI (Asociación de Corales Polifónicas de Vigo), y que interpreta un repertorio de canciones ligadas a valores de igualdad, libertad y solidaridad. Ucha también es integrante de la Asociación Galega de Instrumentos de Cuerda (AGIC), que organiza desde hace diez años el concurso de mayor prestigio a nivel de España y Portugal destinado a músicos que estudian violín, viola, violonchelo y contrabajo, “para que tengan una plataforma donde orientarse en el campo de la música”. También es secretario de la Comunidad de Montes de Castrelos y directivo de la Asociación para a Recuperación da Memoria Histórica de Camposancos y la fosa común de Xestas, que, entre otros proyectos, quiere crear en el antiguo edificio de Jesuitas de Camposancos un centro de interpretación histórica de los 300 campos de concentración que funcionaron en España entre 1937 y 1941, diez de ellos en Galicia, según apunta.

Xaime Fandiño

Xaime Fandiño ante algunas de sus “herramientas” audiovisuales. / Xoán Álvarez

Xaime Fandiño, periodista, realizador de televisión y profesor de Comunicación de la Universidad de Santiago retirado, se ha convertido un experto en envejecimiento desde que se jubiló en 2016 y se dio de bruces con lo que él denomina el gueto cronológico. “De repente vi que me sacaron las tarjetas de la universidad, como la de la biblioteca, y pensé ¿esto será normal? ¿te jubilas y quedas fuera de juego. Me fui dando cuenta de que sí, de que te quedas fuera de juego. Sigues estando activo, pero en el ámbito social resulta complicado relacionarte con personas que no sean de tu edad tal y como venías haciendo en tu vida laboral”, relata.

Ese descubrimiento llevó a Fandiño a querer profundizar y estudiar el fenómeno del envejecimiento desde el punto de vista social e incluso filosófico. Así que se matriculó en una máster de Filosofía y dedicó su trabajo fin de grado, al que tituló “El gueto cronológico”, a realizar una especie de mapa de cómo se ha ido tratando la vejez a lo largo de la historia, desde la época de Cicerón. Asimismo inició con su compañero de universidad Chimay el proyecto de innovación social “Vulnerables” formando el grupo musical Deteriorados junto a personas en edad laboral activa y explicando en sus conciertos con música y palabras el modelo social que conciben para la vejez. “Decíamos ‘vive en tu barrio y muere en tu casa’ porque del hospital y la cárcel se sale, pero de las residencias solo con los pies por delante. Era antes de la pandemia y la gente se reía, pero cuando vino el Covid... No era difícil ver que nos estaban metiendo en una especie de granjas o piscifactorías en las que cuando entra un virus mueren todos los peces”, explica.

Fandiño: “Pedimos que no nos roben nuestro futuro, que nos dejen actuar en el mundo sin cortapisas”

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Un proyecto intergeneracional llamado Compostela Interx, que quedó paralizado por la pandemia, fue una de las acciones que Fandiño pretendió llevar a cabo, en este caso con el Concello de Santiago. “Era interesante experimentar en un barrio esa intergeneracionalidad pero haciendo escenarios reales, no proyectos de laboratorio. Es complejo porque hay que crear conciencia de que los excedentes de conocimiento que tenemos las personas mayores son interesantes para la sociedad. Si has vivido 70 años, te han pasado cosas y puedes darles claves a otra persona de menos edad porque, aunque los tiempos hayan cambiado, los sentimientos son universales”, explica.

"Que no nos digan que lo que tenemos que haces es ir a determinados viajes y a gimnasia de mantenimiento”

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Con la máxima de “No me robes mi futuro”, Xaime Fandiño pide a la sociedad y a los gestores de lo público “que nos dejen vivir sin ponernos cortapisas”. “Normalmente a los 18 años tienes que decidir qué vas a estudiar y a qué te vas a dedicar durante tu vida laboral; si ahora vamos a vivir más años, que nos dejen al jubilarnos tener segundas o terceras oportunidades para hacer cosas distintas o corregir aquellas en las que te equivocaste, que nos dejen actuar en el mundo, sin caer en el dumping, y si tenemos que pagar más a hacienda porque generamos actividad económica y ya estamos percibiendo una pensión, que me digan cuánto debo. Es ridículo que Rosendo, el músico, pueda cobrar derechos de autor por sus canciones pero no cantarlas sobre un escenario. Prefieren que se quede en casa sin poder hacer nada. Que no nos digan que lo que tenemos que haces es ir a determinados viajes y a gimnasia de mantenimiento”, expresa Xaime Fandiño. que colabora con FARO DE VIGO con una columna sobre envejecimiento y está embarcado en diversos proyectos audiovisuales y culturales, además de impartir charlas.

Alfonso Tellado

Alfonso Tellado, exsindicalista del naval

Una visita casual al programa televisivo de Andreu Buenafuente en 2011 resolvió la duda del sindicalista jubilado de Bazán Alfonso Tellado sobre qué hacer con tanto tiempo libre que le dejaba su retiro de la vida laboral, que en su caso se produjo en 2003, después de 40 años, seis meses y 24 días de cotización a la Seguridad Social, como él mismo indica. Acudía como un espectador más y salió como un personaje conocido tras ser interpelado por el humorista catalán y mantener con él una divertida conversación. A partir de esa aparición espontánea vinieron otras más, ya programadas. “Compartín con este señor (Buenafuente) un tempo e pola exposición mediática conseguín estirar a miña vida activa ata prácticamente a semán pasada coa miña participación como colaborador no programa A Revista da TVG”, comenta Tellado, quien ha realizado ya de jubilado 60 programas de una hora de duración recorriendo Galicia tres días a la semana.

Antes de ese encuentro con Buenafuente, Tellado había prolongado su actividad laboral como responsable de seguridad en el trabajo de la CIG, “ata que por motivos sindicais nunca explicados, animáronme a ‘cesar voluntariamente’, o que aceptei sin pedir explicación algunha porque xa tiña entregado tempo suficiente da miña vida á causa sindical”, relata.

Aparte de cultivar el sentido del humor, Tellado ha aprovechado el tiempo libre que le deja la “inactividad laboral” para escribir “Antes de perdermos a memoria” (Embora), un ejercicio mental de memoria colectiva en el que el exsindicalista, militante nacionalista e histórico árbitro de baloncesto pretende hacer “unha homenaxe aos homes e mulleres referentes para persoas que coma min tivemos a sorte de coincidir no camiño”.

"Unha cousa é a xubilación (...) e outra moi distinta é a anulación das túas capacidades como pretenden dende as administracións e boa parte da sociedade”

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A las actividades mencionadas, Tellado añade las de “aturar a visita dos netos e netas a medida que ían nacendo”, atender dos ovejas, dos perros y “rapar herbas nas primaveiras” en la casa “moi vella (e moi barata)” que restauró con su compañera en el municipio de San Sadurniño. “Esta actividad levada a cabo despois da saída de Bazán pon de manifesto que unha cousa é a xubilación como elemento xurídico que permite recuperar as cotizacións abonadas a través dos anos e outra moi distinta é a anulación das túas capacidades como pretenden dende as administracións e boa parte da sociedade”, afirma Tellado.

El exsindicalista ferrolano se muestra crítico con un modelo social que “pretende apartar o que estorba ao sistema productivo no curto plazo” y con las jubilaciones anticipadas paulatinas que nunca se cubrieron con contratos relevo. “Para rematar ai andan erequerre con que as pensións hipotecan o estado, asi que como esto do custo das pensións pode provocar en min un ataque de ira, millor o deixamos”, expresa.

“O máis salientable é esto do envellecemento activo que pretende conseguir xusto o contrario”

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Sobre los programas de ocio y formación que ofrecen las administraciones a la población mayor, considera que “o máis salientable é esto do envellecemento activo que pretende conseguir xusto o contrario”. Confiesa haber ido a algún viaje del IMSERSO solo por aprovechar el precio ventajoso del viaje no por la estancia en hoteles “maiormente apartados ou que permanecerían pechados se non fora polos vellos” ni por la oferta de entretenimiento “maioritariamente aceptada e que provoca espanto”. Alude también a las clases y talleres que organizan los ayuntamientos para los mayores. “Eso si, non mezclados cos xóvenes non vaia a ser que se asusten contemplando que eles tamén serán vellos e que descubran a triste realidade por culpa do alcalde de turno”.

Jacinto Barreiro

Jacinto Barreiro con una copa del albariño que elabora. / Iñaki Abella

Conocido en el deporte gallego por haber entrenado a equipos de fútbol de clubes como el Celta, el Choco, el Portonovo y el Arosa, Jacinto Barreiro abandonó esa ocupación en 2010, dos años después de haberse jubilado como profesor de Literatura en el Instituto Castelao de Vigo, donde aún se le recuerda como el docente que no hacía exámenes por parecerle antipedagógico y prefería valorar la participación en clase y los ejercicios que hacían sus alumnos. Se retiró a os 60 años de esa tarea vocacional de la que disfrutaba “pola disciplina dos horarios, porque non me gusta madrugar, pero non cansei de dar clase”, aclara.

Su retiro le llevó a Sisán, una aldea de Ribadumia de donde procedía su padre y donde desarrolla una de sus aficiones: cultivar uvas y elaborar vino, heredando así la afición paterna. Cosecha dos variedades - albariño y espadeira- y consume su propio vino además de repartirlo entre amigos. Compagina esa afición con la lectura -como buen profesor de literatura- y con su labor de comentarista deportivo de los partidos del Celta que retransmite Radio Vigo.

“Non busquei actividades para ocupar o tempo na miña xubilación. Gústame ir cos tempos, non quero quedar desfasado, e sempre quero ter unha visión critica dos acontecementos”, comenta explicando su participación activa en el colectivo Pertenza que organiza actividades encuadradas dentro de la cultura gallega y siempre con una referencia a la ciudad de Vigo. “É un xeito de estar activo e tamén de velar pola cidade, de impedir, por exemplo, que se perdan o derruben edificios con interese artístico”. Barreiro, que también participa activamente en la Asociación de Amizade Galego Cubana, considera que “fan falta proxectos que aproveiten o saber da experiencia de xente que estamos nunha edade na que podemos aportar moito á sociedade”.

Beny Fernández

El expiloto de rallies Beny Fernández en su espacio de arte y motor MARTA G. BREA

El conocido expiloto de rallyes y expropietario de un concesionario de automóviles exclusivos Beny Fernández dedicó su primer año de jubilación - entre 2011 y 2012- a mantenerse en forma haciendo ejercicio y paseando, así como a realizar algún viaje y cultivar amistades. “Empecé a pensar que necesitaba hacer algo que me llenase y ocupase mi tiempo”, comenta a sus 72 años. Y surgió la idea de abrir un local que reuniera sus grandes aficiones: el arte, el motor y la gastronomía entre amigos. Así nació Espacio Beny, un local en la viguesa calle Doctor Cadaval donde expone obras de pintura y escultura que cada autor pone a la venta al público y cuenta con un rincón de exhibición de piezas y objetos del mundo del motor de la época en que él participaba en rallies. En el local también se organizan comidas, en las que bien cocina uno de los comensales o un cocinero, o encargan un catering y en las que la única condición es que Beny sea uno de los que se sientan a la mesa.

Abierto hace un año con obras de Silverio Rivas y de Amat, la galería ha dado satisfacciones a su promotor. “Ha sido maravilloso para mí poder estar tardes enteras con pintores y escultores, charlando con ellos en sus estudios; es agradable mantener vivas esas relaciones”. Pero también le ha traído algún sinsabor: “Me decepciona lo poco que se vende y ver la falta de sensibilidad hacia obras maravillosas por parte de gente que entra a la sala y no aprecia lo que está viendo. Aunque me alegro cuando llegan padres con niños y les explican en detalle”, dice.

Teresa Martínez

Teresa Martínez preside la ONG Asdegal MARTA G. BREA

Dos años antes de jubilarse como gobernanta de una residencia y un colegio, Teresa Martínez estaba fundando en 2009 junto a otras dos personas la ONG que preside en la actualidad: Asdegal (Acción Solidaria de Galicia), cuyo lema es “Acompañando soledades” y que cuenta, entre sus proyectos, con la atención a personas mayores que viven solas o en residencias. “Les hacemos visitas -lo que más necesitan es que se les escuche-, les acompañamos al médico o a hacer gestiones y ahora tenemos un proyecto de llamadas telefónicas semanales”, explica.

Si bien en la juntad directiva de esta entidad hay más jubilados, en el voluntariado la mayoría son personas jóvenes. “No creo que la sociedad aparte a los mayores cuando nos jubilamos, más bien creo que nos apartamos nosotros y hay que pensar que tenemos mucho que dar a los jóvenes”, asegura.

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