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Alejandro M. Gallo Doctor en filosofía, escritor y comisario de policía

“Vivimos en una sociedad muy infantilizada”

“Internet, las redes sociales, el miedo y la incertidumbre son caldo de cultivo de las teorías de la conspiración”

Alejandro M. Gallo. FdV

A fe que la suya es una vida de lo más interesante, como lo son sus obras. Doctor en Filosofía y licenciado en varias carreras universitarias, Alejandro M. Gallo (León, 1962) fue oficial del Ejército, jefe de la Policía Local de Astorga y de Langreo y, actualmente, es el comisario-jefe de la Policía Local de Gijón. También es novelista, género literario que predomina en casi toda su producción literaria, hasta tal punto que se le considera el creador de un subgénero, al cruzar la novela negra con la Memoria Histórica. Pero a Vigo vendrá esta vez con otro de sus “registros” bajo brazo. Se trata de la presentación de “Crítica de la razón paranoide. Teorías de la conspiración: de la locura al genocidio” (Reino de Cordelia), título de su nuevo libro, en un acto organizado por el Club FARO el próximo miércoles en el MARCO”.

-¿De qué hablamos cuando hablamos de teorías de la conspiración?

-Las teorías de la conspiración son variantes de lo que yo denomino razón paranoide y que hoy en día abarca fenómenos como la retórica política (que apela más a los sentimientos que a la razón), las fake news, la posverdad…

"Las conspiraciones existen desde el principio de la historia y no todas tienen que ser políticas, también hay las conspiraciones criminales o mismamente las domésticas, que forman parte de la vida cotidiana."

Alejandro M. Gallo - Doctor en filosofía, escritor y comisario de policía

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Alejandro M. Gallo - Doctor en filosofía, escritor y comisario de policía

-Pero no son un fenómeno nuevo

-Ni mucho menos. Ya en su día, por ejemplo, Nerón urdió una conspiración mediante la cual acusó a los cristianos de haber incendiado Roma. Y caló tanto que tardó siglos en ser desmentida. Las conspiraciones existen desde el principio de la historia y no todas tienen que ser políticas, también hay las conspiraciones criminales o mismamente las domésticas, que forman parte de la vida cotidiana.

-¿Por qué ahora están tan en boga?

-Principalmente, por Internet y las redes sociales. Vivimos una situación en la que prácticamente cualquiera puede crear una noticia ficticia, que nunca ha ocurrido, y que además se puede extender por todo el mundo muy rápidamente; y lo grave es que este constructo conspiratorio está dirigido y tiene unos intereses y objetivos muy concretos, no es inocuo.

-¿Qué debemos hacer para detectarla? ¿Cómo podemos saber que nos están mintiendo?

-Un constructo conspiratorio es una estafa intelectual que, unas veces, proviene viene del poder y, otras, va contra el poder. Por lo tanto, y como tal estafa que es, hay que tratarla siguiendo las dos reglas que tiene la Interpol para las estafas, esto es: sé escéptico con lo que te cuentan y ponte a salvo (hasta que no te lo demuestren). Eso es lo primero que hay que hacer. Debemos tener en cuenta que la incertidumbre es el mejor caldo de cultivo para que calen socialmente las teorías conspiratorias. Porque cuando las condiciones sociales que han generado una conspiración cambian, la conspiración desaparece. Eso es lo que ocurrió con Qanon y las denuncias lanzadas por Donald Trump: cuando perdió las elecciones, ya no se supo más de las denuncias que hacía contra los “conspiradores demócratas enemigos de los Estados Unidos”. De igual manera que cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial se acabó la persecución de los judíos y que, cuando murió Franco, se dejó de echarles la culpa a los masones de toda cuanta calamidad le ocurría a España.

-¿Cómo se construye una teoría de la conspiración para que compita con la verdad, para que se convierta en una llamémosle verdad “alternativa”?

-Para empezar, hay que tener claro que no estamos ante una verdad alternativa, sino ante una mentira. Y como ya he dicho antes, una mentira fabricada con un interés concreto. Si hablamos de conspiración política, generalmente estos constructos se crean desde el poder y, la mayor parte de las veces, desde el poder dictatorial y con dos objetivos: señalar a un culpable de las desgracias y eximir de responsabilidades al que gobierna.

-¿Ejemplos?

-En la Historia hay numerosos. Antes cité el de Nerón y los cristianos, así como el de Franco y los masones, pero hay muchísimos más: la persecución de las “brujas” por parte de la Inquisición durante la Edad Media o , ya en el siglo pasado, la Alemania nazi de Adolf Hitler que señalaba a los judíos cupables de todos sus males, el Benito Mussolini que acusaba a los capitalistas ingleses, el Stalin que justificaba sus purgas contra los “enemigos del pueblo”…

"Trump construyó una gran mentira y la difundió por los potentes medios de comunicación proporcionados por las nuevas tecnologías"

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-Y hace muy poco, la de Trump, que también citaba usted…

-Sí, porque Trump construyó una gran mentira y la difundió por los potentes medios de comunicación proporcionados por las nuevas tecnologías.

-Es decir, que seguimos siendo víctimas de estas mentiras

-¡Y tanto! Por una parte, porque vivimos en una sociedad que cada vez está más infantilizada y, por otra, porque estos son tiempos de incertidumbre.

-El miedo juega un papel importante ¿Ese miedo está ahí o se fomenta?

-En esta sociedad nos preocupa mucho la seguridad, y esa preocupación lleva implícita el miedo. Quien tiene el poder sabe que si se anula en el sujeto su capacidad para analizar la realidad, el sujeto tiene miedo y, claro, como quiere seguridad, está expectante ante aquel que prometa porporcionársela. El resultado es que se vuelve más permeable a creerse cualquier constructo conspiratorio.

-Si algo ha caracterizado a esta pandemia de coronavirus ha sido la incertidumbre. Por cierto: ¿El negacionismo es también teoría de la conspiración?

-Sí, efectivamente, es otra variante de la razón paranoide.

-Jordi Évole entrevistó a Miguel Bosé, pero después de emitida la entrevista seguro que los negacionistas se pusieron de parte del cantante. ¿No le parece curioso?

-No me extraña. Ante cualquier persona razonable, Miguel Bosé está totalmente descalificado, pero es que aquí hay que tener en cuenta un fenómeno llamado sesgo cognitivo de confirmación.

-Que quiere decir…

-Quiere decir que los negacionistas, al igual que, por ejemplo, esas sectas que creen que el fin del mundo está a punto de llegar, parten de una creencia y, a partir de ahí, exhiben pruebas ficticias. Se trata exactamente de lo contrario de lo que hacen los científicos, quienes, para creer en algo, primero han de conseguir pruebas auténticas, verdaderas. En el caso de Miguel Bosé y los negacionistas lo primero que pasa es que creen en ello. Y, claro, cuando hablan, se dirigen a su propia “comunidad de fe”, que ya está previamente convencida, que les aplaude y que les reafirma en sus convicciones..

-¿Hay ideologías más proclives que otras a crear este tipo de mentiras?

-Quienes crean estas teorías son generalmente los extremistas de uno y otro lado, es decir, los radicales de la derecha y los de la izquierda. A eso se llama la paranoia de fusión porque, al final, los extremos políticos acaban fusionándose. Baste recordar aquellas movilizaciones negacionistas del coronavirus en Berlín, en las que se juntaron la extrema derecha y la extrema izquierda. Y, si recuerdas, lo que decían Bolsonaro en Brasil y Trump Estados Unidos en los inicios de la pandemia era exactamente lo mismo que lo que decían Daniel Ortega en Nicaragua y López Obrador en México.

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Manifestación en las calles de Berlín contra las restricciones por la Covid-19

-Se refería usted antes a la cazas de brujas, a la persecución de los judíos, a las acusaciones de Nerón contra los cristianos... Las religiones sido víctimas de conspiraciones pero, a la vez, también las han creado. ¿Son todas las religiones “per se” conspiratorias y negacionistas?

-No, no todas lo son. Pero lo que sí es cierto es que las religiones monoteístas suelen contener elementos conspiradores. No hay más que leer el Éxodo para comprobar cómo un “dios conspirador” castiga a los egipcios con las plagas. ¡A saber cómo se produjeron, si se produjeron, esas plagas, y por qué razones! Pero, claro, para el “pueblo elegido” fueron, “ sin duda”, obra de su dios. Este también es el sesgo cognitivo de confirmación al que me refería antes.

-Le he leído decir a usted que el independentismo catalán también usa y ha usado la teoría de la conspiración. Quisiera que me lo concretase.

-Pues, mire. Según ese nacionalismo, en los atentados yihadistas de agosto de 2017 se produjo una conspiracion del Estado español, concretamente del CNI y de la Guardia Civil que, según los independentistas, tenían conocimiento de que se iban a producir esos atentados, pero que no pasaron la información a los Mossos d`Esquadra. Esa “maniobra”, decían los nacionalistas, tendría como objetivo que ocurriesen los atentados para así desprestigiar al independentismo catalán. Pues bien: esa conspiración fue, literalmente, inventada, como no tardó en demostrarse y como así se reconoció por parte de los propios mandos de los Mossosd`Escuadra. Sin embargo, todavía hay sectores de independentismo catalán que continúan manteniéndola.

-¿Hubo conspiración en el caso de las cartas con balas al final de la campaña de las elecciones en Madrid?

-En este caso tendríamos que hablar de conspiración criminal. Sería, por tanto, competencia del código penal.

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