Ofrecer una mirada crítica del mundo que nos rodea envuelta en un estética que resulte atractiva a los ojos del espectador, invitar a la reflexión de ciertos aspectos de la sociedad, envolver en belleza lo vulgar, proponer alternativas para mejorar el mundo desde la honestidad, hacer progresar a la sociedad con la que se está comprometido o contribuir a mantener la esperanza. Estas son algunas de las funciones que debe cumplir el arte en el mundo actual, según apuntan algunos de los artistas y expertos consultados en este reportaje. La situación derivada de la pandemia, con el cierre de espacios expositivos y puntos de encuentro, ha sumido también a las artes visuales en estado de alerta, poniendo de manifiesto la precariedad con la que ya vivían muchos de los creadores e invitando a repensar en este paréntesis qué papel le corresponde desempeñar en un futuro.
“Os camiños andados pola arte desde a asunción da cultura de masas como materia creativa, e como consecuencia a súa manipulación crítica da mesma, provocou a elaboración de discursos estéticos que poñen en cuestión a nosa realidade global, frecuentemente por medio de incisivas olladas sobre a nosa sociedade, desde os seus aspectos máis banais e cotiáns -a linguaxe máis superficial - ate os sentimentos máis fondos e universais -o berro e a dor- , que nos fan ver a través do espello da imaxe consumida e de reproductividade xeneralizada”, comenta el historiador y crítico de arte Carlos Bernárdez, quien alude a que frente al mundo organizado como una red global, el arte actual sitúa lo local en el mismo plano que lo universal. “Aparece unha realidade de focalidade múltiple chea de posibilidades de creación”, dice.
Santiago Olmo, director del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC), se muestra optimista respecto al futuro del arte tras el paréntesis impuesto por la pandemia, ya que “a lo largo de la historia ha habido momentos de crisis que han generado grandes creaciones (el Decameron arranca en la peste negra)”. Las artes visuales, que también incluyen performances, elementos teatrales y arte sonoro, resumen la cultura y nos damos cuenta de su importancia cuando las perdemos, expresa Olmo. “Permiten la construcción de un imaginario para una sociedad, aportan conocimiento visual que enriquece la vida interior, social y familiar. La función del arte es central en ese aspecto y sin embargo ha sido desplazado a unos márgenes por un modelo instaurado que mira solo lo rentable a cortísimo plazo. Y eso es grave porque la sociedad es más ignorante en temas visuales y menos crítica en general con las imágenes que nos venden productos y con la propia propaganda política”, comenta el director del CGAC.
Desde el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (MARCO), su director, Miguel Fernández-Cid destaca que toda obra de arte importante responde a la manera de mirar y percibir el mundo de su autor. “El artista propone desde unas claves propias, personales, sirviéndose de materiales a los que todos tenemos acceso, y esa mezcla de reflexión propia y cercanía provoca que se perciba como algo a la vez atractivo y emocionante. Quien se sitúa en esas claves lo siente próximo, quien impone las suyas puede sentirse ajeno”, explica.
El director artístico de la Fundación Laxeiro, Javier P. Buján, comenta que el arte que a él le interesa es el que, a partir de la experiencia estética, le conduce a reflexionar y a formularse preguntas. “El arte debe ayudarnos a comprender el mundo, a ampliar nuestra percepción de las cosas y a generar dudas sobre nuestras convicciones”, comenta, a la vez que destaca que su ventaja frente a la ciencia o la filosofía es su registro poético, que posibilita una comunicación heterogénea, directa e intuitiva. Respecto a su función social, considera que es la de estimular el pensamiento crítico a través de la estética.
El papel de artista independiente, que cuenta al mundo lo que quiere, surge con el romanticismo, sucediendo a una actividad hasta entonces ligada a los poderes económicos, políticos y religiosos y, con las vanguardias históricas, asume una misión utópica, sostiene Buján, quien refiere que a partir de los 90 y de principios del siglo XXI se produce una alianza sin precedentes entre mercado, museos y crítica, facilitando la especulación económica con el arte. Sin embargo, “hay que distinguir entre el sistema del arte, como modelo cultural que se está reinventando, y el arte en sí, la creación, que está volviendo a su función principal: la de provocar cambios en las mentlidades que nos ayuden a superar las contradicciones de nuestra época”.
Respecto a la manera en la que se mide hoy el arte, lo que mueve a un artista a crear y lo que más valoran los expertos, público y artistas, Javier P. Buján manifiesta que en los últimos años “estamos asistiendo quizás a una mayor politización del arte, no ajeno a los retos a los que se enfrenta la sociedad. Cuestiones como las problemáticas de género, fronteras, desigualdad y ecología parecen centrar las temáticas de las principales bienales internacionales que son las que, en mayor o menor medida, marcan la pauta”.
Si bien el arte denota una manera de mirar, no un acierto en la mirada, Miguel Fernández-Cid considera que las valoraciones de una obra son distintas si las realizan expertos, artistas, visitantes ocasionales, personas que se fijan en el valor del mercado y otras que destacan su carácter comprometido o transformador. “Sé lo que disfruto más, sin imponer criterios ni dejarme seducir por las líneas generales, por lo que en cada momento parece esencial. Detrás de un excelente artista siempre hay un trabajo solitario, hecho contra el tiempo. Lo podemos llamar de distintas maneras, podrán ser obras incluso antagónicas, pero la selección natural une a las que te hacen pensar, te dan placer o revuelven tu espacio de confort. El arte surge de una inquietud común, compartida por los artistas, pero las soluciones son, afortunadamente, plurales, distintas, contrapuestas”.
Las experiencias vanguardistas de principios de los años 80 de empleo de la imagen en soportes variados con múltiples usos y con fines conceptuales menos marcados por puras concepciones estéticas y documentales consolidaron un cambio total en la manera de entender el medio artístico, de la mano de creadores con libertad de enfoque absoluta, según apunta Carlos Bernárdez. “No presente os temas de interese son variados: a reflexión metaartística, a identidade, o tratamento do corpo como motivo de análise conceptual e formal; a ligazón co medio urbano, os conflictos do mundo actual ou a cultura do cotián. Un abano de preocupacións que acaban por configurarse como un auténtico caleidoscopio dalgúns dos fenómenos do noso presente e que ten como punto de ligazón común entre os artistas o feito de participaren dunhas redes de información compartidas”, explica Bernárdez.
En un momento en el que se impone el arte contextual y relacional, dado que los creadores enfrentan los problemas de la sociedad, Santiago Olmo destaca la importancia de la incorporación a las artes visuales de nuevas disciplinas y aspectos de otras artes. “Por eso los museos ya no son como antes, un sitio donde se iba a ver una colección, sino que son espacios de aprendizaje y experimentación donde están presentes el teatro, la música, elementos escénicos, cine, vídeo y las tradicionales artes visuales”.
“A Arte emite sinais de supervivencia é un antídoto fronte ao mundo programado”
“A arte emite sinais de supervivencia. Axuda a vivir. Garda unha relación moi grande coa liberdade e cos aspectos esenciais da condición humana. Un antídoto fronte ao mundo programado (na administración total). Un espazo de resistencia e reinvención. A percepción expandida. Memoria, descuberta, expresión. A sensibilidade aberta na interacción cos estímulos do exterior. A arte é un feito social, un proceso dialéctico. As “obras” xorden aí: nesa interacción colectiva. As propostas artísticas máis lúcidas expresan unha época e o seu desacougo. Adoitan actuar como un sismógrafo da sensibilidade colectiva”.
“Dedicarse a la creación en sí es un compromiso casi político”
“Los y las artistas sufren la precariedad en primera persona. Según diversos estudios, al menos el 85% de nuestros creadores desarrollan su trabajo en condiciones de precariedad económica, incluso autores conocidos con buena proyección profesional no disfrutan de una mínima estabilidad que les permita vivir con normalidad. Es escandaloso que, en la mayoría de los casos, cuando se hace una exposición el artista es el único participante que no cobra por su trabajo. Sigue pendiente una legislación que contribuya a dar estatus profesional a la actividad artística. Por eso, el hecho de que alguien se dedique a la creación es en sí una actitud de compromiso, casi político, porque implica una posición valiente que afecta a su posición socioeconómica. En el arte se están dando muchas de las reflexiones más importantes sobre la deriva de nuestras sociedades complejas actuales en las que posiblemente falte una referencia filosófica capaz de liderar un cambio de mentalidad que es cada vez más urgente. La despolitización de la sociedad desde la caída del Muro de Berlín, que parece legitimar el neoliberalismo como única vía posible, ha generado desinterés por problemas colectivos, sobre los que el arte lleva años reflexionando”.
“Rumiando” pensamiento disidente
“Como cineasta de hoy, he tenido que aceptar la vulnerabilidad y precariedad como condiciones de nuestro tiempo. Esa vulnerabilidad se convierte en fuerza al sentirme sujeto colectivo uniéndome a gente con la defender líneas de pensamiento comunes. Son tiempos difíciles para la acción en el espacio público y el encuentro físico, donde mejor nos encontramos para debatir; pero a través de las redes sociales debemos seguir “rumiando” pensamiento disidente, cuestionar injusticias y proponer el cambio de las instituciones que necesitan renovarse. El Covid pasará, que la desidia no nos haya amputado el criticismo. Soy profesora asociada, vértice de la precariedad en una institución pública, la universidad, que precisa cambios y en la que el alumnado se siente alienado. El Novo Cinema Galego y los festivales de cine nos sirven para construir proyectos en comunidad. Como cineasta feminista, me siento doblemente unida con las creadoras por la doble condición de precariedad de ser artistas y mujeres. La pandemia ha acelerado procesos que llevaban tiempo cocinándose. Se requiere humanización del fenómeno digital. Las humanidades son necesarias ante el riesgo de totalitarismo asomando en muchos lugares.
“Podemos mentir de forma bonita, envolver en belleza lo vulgar”
“Este tema ha estado a lo largo de la historia encima de la mesa de debate. La contribución del arte ha sido enardecer la vanidad de quien lo paga, ya sean los poderes políticos, eclesiásticos y ,a partir del siglo XIX, los económicos. A finales del siglo XX ha habido una inversión de la situación y quien empezó a pagar el arte han sido las redes de museos y alguna burguesía. Esto es muy poco edificante, porque la ética que se le supone al arte queda en la orilla, al final hay un negocio y el arte es mercancía; si no hay rendimiento económico no hay mecenazgo ni obra. El panorama es tan pesimista como el desarrollo de la humanidad.¿Qué podemos hacer los artistas? Mentir de forma bonita, el arte es envolver en belleza lo que es vulgar. ¿El compromiso? El arte no comprometido puede ser interesante, inteligente, bello y además progresista. El compromiso con la sociedad es hacer que ésta progrese y eso no tiene porque estar inserto en la violencia, malas formas o escatología, en su acepción más vulgar. El compromiso es una apuesta vital y no coyuntural que tiene el artista. Se nos pide demasiado y se nos da muy poco. El artista es muy barato y los poderes políticos lo saben. Es una indecencia que algunos poderes quieren manipularlos. Lo caro es hacer autopistas”.
“Creación y ensoñación desde la libertad de pensamiento”
“La aportación del artista siempre tiene que surgir de la libertad de pensamiento y una idea amplia de la creación y ensoñación. Trabajando con intensidad y plenitud, con emoción y pasión. La sociedad crece con todos los sueños imposibles que hacen que progrese la ciencia, la filosofía, la literatura y el ser humano como persona. La realidad entonces aumenta y se nutre de nuevas miradas, incrementando la intensidad de la percepción”.
"Comprometerse con la realidad y ofrecer soluciones al presente"
“Basta con que un artista se comprometa a fondo con su trabajo y la realidad para que ofrezca soluciones al presente. El resultado es la suma de múltiples opciones, todas válidas si son sinceras”.
“El artista mira la realidad de un modo intenso y especial, a partir de sus percepciones más interiores. Generalmente, sus obras son la manera de entender el mundo o de exponer qué le preocupa y qué camino defiende que debemos tomar. Toda obra importante responde a esa situación”.
“Una mirada al servicio de la causa más noble”
“El arte y el artista pueden proponer un espacio de reflexión que aporte una mirada nueva, un nuevo prisma o una mayor profundización en determinados temas. La función del artista, en su compromiso con la sociedad, el mundo y su reflexión sobre su tiempo, es traer a la palestra determinados temas, detectar cuáles son los aspectos importantes para reflexionar en una selección que le permite ir más allá de los asuntos que aportan los mecanismos de control desde la política o el espectáculo. El artista como individuo tiene que sentir un compromiso con el tiempo en que vive y tratar de mejorarlo. En este sentido, estaría envuelto en esa cita sobre la definición de felicidad: dar lo mejor de ti mismo a la causa que consideres más noble. El artista tiene que detectar cuál es la causa más noble e importante sobre la que reflexionar en la sociedad y desde su práctica proponer una lectura, una mirada, una reflexión en torno a ese tema”.
“La importancia de las obras estriba en su capacidad crítica y su trasfondo ético de honestidad”
“El artista debe tener una visión crítica y ética. Es fundamental. La importancia de las obras estriba en su capacidad crítica y en su trasfondo ético de honestidad. Hay un tipo de arte contextual o del todo político que es muy trivial; para que sea realmente incisivo tiene que ser riguroso, honesto y ético, expresar con claridad los problemas, y fundamentalmente crítico para que permita que los espectadores crezcan, se sientan confrontados y aprendan. No dando claves, sino haciendo que las personas puedan aplicar esos elementos a su vida cotidiana, a su percepción de la realidad. Visualmente las personas que han ejercitado ese aprendizaje luego son muy críticos con los planteamientos de la propaganda política o de la propia publicad.”
“A aparición de algo no mundo e a vez fóra de todo o que se dá”
“Precisamos que a arte provoque a aparición de algo no mundo e á vez fóra de todo o que se dá” di o filósofo Jean-Luc Nancy What do we need art for? (2019). Se cadra é nesa ambigüidade onde reside o potencial da arte e máis en momentos de incerteza e precariedade. Quizais a arte non sexa outra cousa que a aparencia que se afasta da ollada e do significado no mesmo intre da súa aparición”.
“Más allá de un placebo”
“Es curioso que en el momento actual, con una crisis social económica y de convivencia brutal, el artista cumpla la función de placebo ante la sociedad, creo sinceramente que todos podemos aportar un poco mas, el arte ayuda a que podamos abstraernos por un momento de los problemas que nos rodean, cumple una función terapéutica, relajante canaliza de alguna manera nuestra violencia, hacia pensamientos mas positivos, (la realidad se pierde, contemplando la belleza que contiene una obra de arte)”.
Humanizar la sociedad
Desde mi punto de vista, una importante contribución del arte es la de humanizar la sociedad. Concibo el Arte como un proceso de entendimiento, como una manera de repensar el mundo en el que vivimos. Una parte de nuestro compromiso es impactar con nuestro trabajo para invitar a reflexionar, dar visibilidad a las problemáticas actuales, denunciar las desigualdades o desmontar estereotipos, creando otras formas de pensamiento que inviten a hacernos preguntas y ofreciendo al mundo un espacio de reflexión en un lenguaje universal y comprensible para todo ser humano, el de las emociones, el de los sentidos. Y de esta manera crear nuevos imaginarios y ayudar a sensibilizar a la sociedad en un mundo complejo e incierto.
“Intento dar esperanza con mi obra colorista”
“Es difícil contestar a estas preguntas en estos actuales momentos de obligado confinamiento para un artista. La situación es compleja , desde hace años desaparecieron muchas galerías de arte, las adquisiciones en las Comunidades Autónomas están en precario y son nulas. Creo que es el momento de ayudar al arte y retomar la compra de obras. Todo está a la baja y lo que vivimos en este momento pasará a la Historia. En estos días difíciles, de depresión, pesimismo e inquietud por el confinamiento, intento con mi obra colorista dar algo de reposo, alegría, tranquilidad y esperanza”.
