Análisis

La odisea de Pedro Sánchez entre los fabricantes de su demonización, por Ernesto Ekaizer

Un dirigente del PSOE, derrotado electoralmente, razona que lo que está haciendo ahora Pedro Sánchez es lo que se debería haber hecho en los últimos seis meses

Pedro Sánchez, en 'Lo de Évole'.

Pedro Sánchez, en 'Lo de Évole'.

Ernesto Ekaizer

Óscar López (Madrid, 1973), director del gabinete de Pedro Sánchez desde 2021, me dijo hace ahora cinco meses, el 13 de febrero de 2023, que el año político sería muy duro. Que los 10 meses que quedaban para el final de la legislatura, a caballo de la presidencia europea, supondrían una batalla encarnizada. Antes de despedirnos en su despacho en La Moncloa me dijo una frase cuya franqueza todavía me resuena: "Nosotros no podemos hacer más. En este país se ha instalado el trampantojo de que el presidente se levanta todas las mañanas, se mira al espejo y se dice a sí mismo qué puede hacer durante la jornada para destruir un poco más a España. Y no podemos deshacerlo. Si se trata de ayudar a Yolanda Díaz, es decir, a la izquierda del PSOE, a unificar a todo ese sector pactando con Unidas Podemos, lo respaldaremos. Ojalá lo consiga. Pero eso es todo".

Este lunes 26 de junio, con el tiempo político comprimido extraordinariamente tras las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo con la convocatoria de elecciones generales el 23 de junio de 2023, López cree que el periplo de Pedro Sánchez iniciado en 'Lo de Évole' el pasado domingo, con una audiencia de 1.345.000 espectadores o un 12%, es un buen comienzo, antes de emprender la marcha hacia los medios de la derecha.

No hablar de lo importante

"Se ha montado un potente trampantojo -como ya hemos hablado- para no hablar de las pensiones, de la subida del salario mínimo o de la excepción ibérica en materia de electricidad. Está muy bien que la gente vea que el presidente da la cara, que no se esconde. Aquí hay partido y lo vamos a dar. Ningún medio lo está desestimando. Estoy contento de cómo va la precampaña. El PP se pliega a Vox sin complejos y no oculta el caos de su política frente a la ultraderecha", dijo desde su despacho en La Moncloa en una conversación con este cronista. Y estas explicaciones ¿no hubieran dado mejores resultados con más de tiempo, digamos dos meses y tras el verano, por ejemplo, en septiembre? "Eso da para una comida y una larga charla, pero yo estoy convencido de que hicimos lo correcto, salimos a ganar, hay que ganarse las cosas, hay que merecerlas, no hay que esconderse, nosotros vamos a dar la cara, dentro de las dificultades estamos haciendo lo correcto", responde López.

"Todos hablan del PSOE, casi nadie de Sumar, me parece desolador. Las campañas de ambos no me parecen movilizadoras. Hay muy poco tiempo emocionalmente para un cambio en el voto directo respecto del 28 de mayo ¿Puede recuperarse de aquí a un mes? La gente está pensando en vacaciones, ve menos televisión y la baja participación le viene mal a la izquierda", señala Gloria Elizo (Madrid, 1966) exvicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados. "Quizá sea por mi actividad de los últimos tres años y medio en el Congreso, pero veo con verdadera preocupación el hecho de que políticos de Vox se hayan hecho con la presidencia de varios parlamentos. Es como un hecho perverso. Porque parece que la ciudadanía no se da cuenta de lo que ello supone institucionalmente. Porque ya hemos vivido estos años con sus discursos antidemocráticos. Y se están convirtiendo en la representación más alta en diversos parlamentos, es decir, son ellos quienes corporizan la voluntad popular, la democracia", enfatiza. Elizo también cree que septiembre podía haber sido una buena fecha para dar las explicaciones que ahora ha emprendido Pedro Sánchez. “Tantas entrevistas, una detrás de otra desgasta. Tampoco es que se pueden decir cosas muy diferentes. Pierden atractivo”, apunta. "En cambio, después del verano hubiese sido más razonable".

Acomplejados

Un dirigente del PSOE, derrotado electoralmente, según dice, por “causas ajenas”, a saber, la política nacional y el “trampantojo” del sanchismo, razona que lo que está haciendo ahora Pedro Sánchez es lo que se debería haber hecho en los últimos seis meses. Y si existía conciencia de que ello faltaba, la anticipación electoral podría haber consistido en disolver las Cortes y convocar elecciones para finales de septiembre. "La hostia del 28-M ha sido tremebunda. Y ahora es cuando se empiezan a explicar temas como Bildu, habiendo dado razón con el silencio a los que atacaban. Estábamos acomplejados", apunta. ¿Una entrega del poder? "En cierto modo ha sido una entrega.

Se ha dejado campar a los medios hostiles en el discurso del odio y en la demonización, sin dar respuesta hasta ahora cuando nos han barrido". El Partido Popular presume de unos sondeos internos que otorgan la mayoría absoluta al PP junto con Vox. Pero la expectativa de Alberto Núñez Feijóo y su círculo áulico apunta a un posible Gobierno del PP en solitario, como resultado de obtener 140/145 escaños, otros 30/35 para Vox, resultando ser la tercera fuerza, por delante de Sumar con 20/25 escaños. La idea es que Vox podría apoyar desde fuera un Gobierno de Feijóo.

Los efectos de la alianza PP-Vox, contra todo lo vaticinado, se dejan sentir como bombas cotidianas. Nadie podrá decir el 23 de junio que no tenía idea del tsunami que se avecinaba en España. Lo que está ocurriendo en Extremadura, por ejemplo, es sintomático de la falta de complejos del PP. María Guardiola ha tenido que envainar su espada después de blandirla contra Vox y ha presentado sus respetos. Lo primero es el PP nacional; lo primero es Feijóo, ha venido a decir en su carta a los militantes en la que ha abjurado de su ataque al partido de Abascal.

Pactar con Vox sin complejos

"El PP no muestra pudor alguno. Y no debería necesariamente ser así. El PP podría negociar con Vox en ciertas comunidades y en otras no. Es decir, esgrimir una línea electoral muy abierta, pero lo que pasa en Extremadura es que no tienen complejos, quien no haga el pacto para gobernar se enfrenta al PP Nacional. Quizá tengan encuestas que les dicen que estos pactos no tienen coste electoral. Voy a gobernar en toda España y con Vox. Y no pasa nada”, observa Elizo.

Feijóo tiene una política en pie desde el primer Gobierno de coalición PP-Vox en Castilla y León, aupado por él en marzo de 2022 y consiste en mantener la orientación de unidad para gobernar con Vox en la mayor parte del país antes de abordar el tema de La Moncloa, ahora anticipado al resultado del 23 de julio. Con esa unidad aspira a propulsar el tsunami del 28-M sobre el 23-J, reforzar la movilización de la derecha, y por el camino hacer que el PP rentabilice el voto útil, a expensas de Vox.

Pues eso: a por los 140/145 escaños con los votos de Ciudadanos y una parte procedente de Vox. Eso sí: con Vox como tercera fuerza, con 30/35 escaños.

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