Podemos fía a Yolanda Díaz la unificación de la izquierda en Andalucía. El partido morado confía en que el proyecto impulsado por la vicepresidenta de Gobierno aterrice de cara a las elecciones anticipadas que se prevén en este territorio, donde el espacio está más fragmentado que en ningún otro lugar, con tres fuerzas a la izquierda del PSOE. De esta manera, Podemos insiste en la línea de acelerar los tiempos de la dirigente para la construcción de su candidatura, con el objetivo de asegurarse un papel relevante en la nueva marca, según publica este martes El Periódico de España.

Después de la polémica de la semana pasada, en la que Díaz tuvo que pronunciarse para frenar las prisas de los morados, Andalucía se presenta como una nueva razón para tratar de adelantar los plazos. La inevitable prórroga presupuestaria del Gobierno andaluz aboca a su presidente, Juanma Moreno, a un adelanto electoral, y los morados defienden que la nueva relación de alianzas en la que trabaja la dirigente debería estar presente también estos comicios, al tratarse de uno de los bastiones más importante del país.

Fuentes autorizadas de Podemos reconocen, preguntados por el escenario electoral de Andalucía, que "si hay un frente amplio, lo lógico es que sea en toda España", destacando el protagonismo que ha de tener Yolanda Díaz en este proceso: "Es vital que sea ella quien lidere este tema", aseguran estas fuentes, dejando en sus manos cualquier decisión en este sentido.

Admiten en Podemos la suma importancia de estos comicios, al tratarse de la comunidad autónoma más poblada del país, y cuyos resultados, consideran, marcarán indefectiblemente tanto la deriva nacional como las expectativas electorales de cara a unas generales.

Un campo difícil

Andalucía se presenta como un campo de batalla especialmente difícil para la izquierda después de las distintas rupturas vividas en los últimos años y la existencia de tres fuerzas que disputan el espacio del cambio, tras la dramática ruptura de Unidas Podemos y Teresa Rodríguez, que representa ahora las siglas de Adelante Andalucía; a esto se suma Más Andalucía, la federación liderada por Esperanza Gómez del partido impulsado por Iñigo Errejón.

Sin embargo, la reconciliación de estos tres actores se presenta difícil, debido a la mala relación existente y tras la guerra abierta vivida en el seno del Parlamento andaluz, donde se vivió una pugna por los recursos económicos del partido, que terminó con la expulsión de Rodríguez y sus afines del grupo parlamentario morado. Aunque los actores implicados admiten que es un "suicido" concurrir con tres papeletas diferentes, desde todas las partes constatan la ausencia de contactos para una eventual alianza.

Las declaraciones públicas también van en el sentido del acuerdo, pero las palabras no tienen visos de traducirse, de momento, en hechos; Teresa Rodríguez ha lanzado su ofrecimiento público para explorar un acercamiento con Díaz. Sin embargo, estos movimientos han coincidido con las bajas expectativas electorales que le otorgan las últimas encuestas y consideran que responden a un intento por obtener relevancia pública; en este sentido, esta oferta de la líder andaluz va también en dirección contraria a sus duras críticas hacia la acción de Gobierno, del que Díaz forma parte. En el caso de Podemos, lleva semanas defendiendo que "si alguien puede" conseguir una alianza en Andalucía, es precisamente la vicepresidenta segunda, poniendo sobre sus hombros esta responsabilidad.

Díaz no se mueve

Sin embargo, la futura candidata parece haber descartado dar pasos en este sentido. Desde su entorno advierten de que el que haya o no acuerdo "es una decisión que debe tomar Andalucía", sin interferencia de los actores estatales. Una apuesta encaminada a la descentralización por la que Díaz aboga para su proyecto que, por otra parte, no tiene todavía un horizonte temporal.

Más allá del acto de Valencia, donde se exhibió por primera vez un escenario de posibles alianzas, la ministra de Trabajo ha aparcado la construcción de su candidatura hasta 2022, una vez cerrados los distintos frentes que tiene abiertos en el Ejecutivo, como la reforma laboral, la negociación para la subida del SMI, los Presupuestos o la Ley de Empleo, que previsiblemente irá al Consejo de Ministros de la próxima semana.

No será hasta entrado el próximo año cuando Díaz inicie el llamado "proceso de escucha activo", por el que mantendrá encuentros formales con distintos actores políticos y de la sociedad civil para la conformación de su alternativa. Ésta es también una razón por la que el desembarco de la dirigente está a día de hoy descartado en la arena andaluza.

Aunque Díaz muestra su intención de colaborar para el acercamiento en caso de ser necesario, la realidad es que su proyecto de país, por el que será candidata, no parece extrapolable a Andalucía. No sólo por los tiempos, que no cuadran con el calendario que maneja la dirigente, sino por la ausencia de poder orgánico: la presidenciable no tiene control sobre ninguno de los partidos que ahora le aclaman como una vía de consenso, ni tiene capacidad de mando sobre los actores implicados.

Al no contar aún con una plataforma electoral, los movimientos o las palabras de Yolanda Díaz sólo representan, de momento, a Yolanda Díaz. Considera que no depende de ella, en definitiva, dar pasos en este sentido. Por todas estas razones, la vicepresidenta no tiene previsto pronunciarse sobre las alianzas andaluzas, al circunscribir su proyecto, aún incipiente, al ámbito nacional del que será candidata. Una circunstancia que no obsta a que pueda prestar su ayuda en momentos puntuales, en caso de que así se lo requieran.