Las cartas boca arriba. Pedro Sánchez identificó ayer el empeño de Pablo Iglesias en entrar en el Gobierno como "el principal escollo" para lograr un acuerdo de investidura. Pero hizo más: reveló a la ejecutiva del PSOE que en sus sucesivos encuentros con el líder de Podemos este le pidió una vicepresidencia y las áreas de Trabajo, Hacienda, Comunicación y Medio Ambiente. Los morados, por su parte, difundieron los resultados de su consulta a los inscritos: de los 138.000 que participaron, el 70% apoya la entrada "sin vetos" de miembros de la formación en el nuevo Ejecutivo.

En una entrevista en La Sexta, un Sánchez grave y solemne cargó sin tapujos contra Iglesias, de quien le separa, explicó, su muy distinta percepción de los "asuntos de Estado", singularmente el de Cataluña. Así, recordó que el líder morado habla de "presos políticos", defiende el derecho de autodeterminación, y además su partido recurrió la aplicación del artículo 155. Y él lo que necesita es "un vicepresidente que defienda la democracia española".

Dijo a continuación por qué. Cuando el Tribunal Supremo dicte la sentencia del "procés", vaticinó el candidato, España afrontará "una de las mayores crisis" de su historia democrática, y para encararla necesitará "un Gobierno con las ideas claras y cohesionado", no con "dos líderes que divergen en temas tan importantes".

Al presidente en funciones no le basta la disposición de Iglesias a firmar un documento para comprometerse a seguir lealmente las políticas del presidente del Gobierno. Porque a la vista de los planteamientos del líder morado sobre Cataluña, él no se puede "permitir el lujo de tener un vicepresidente" que "por lealtad mire para otro lado" o guarde silencio. Y no quiere un Gobierno "paralizado por las propias contradicciones internas".

Después pasó a las advertencias, pero pisando un terreno preparado por la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, que horas antes había aceptado por primera vez la entrada en el Gobierno de miembros de la dirección de Podemos, siempre y cuando Iglesias se quedara fuera. "Mantengo la oferta hasta el día de la votación, después no habrá ninguna oferta", avisó el aspirante del PSOE, dejando claro que, si Unidas Podemos vota "no" a su investidura la semana que viene, "cualquier formulación de entendimiento" posterior "no pasará ya por una coalición".

Fuentes de Podemos negaron que Iglesias exigiera a Sánchez una vicepresidencia. El propio candidato lo negó en una entrevista radiofónica el lunes, y ayer en televisión no lo dijo con todas las letras. Pero antes se lo había desvelado a la ejecutiva socialista.

La dirección de Podemos recibió de uñas las declaraciones de Sánchez, pero después fuentes del partido valoraron como un "avance" la oferta del candidato de pactar una coalición y pusieron en valor que haya hablado claro al señalar los motivos por los que no quiere a Iglesias en su Ejecutivo, sobre los que se abre a discutir.

Después, Podemos contraatacó con los resultados de la consulta interna que Sánchez tachó de "mascarada". De los 138.488 votos emitido, el 70% respalda un Gobierno de "coalición integral" de "programas y equipos" con el PSOE y "sin vetos" a su líder.